lunes, 26 de diciembre de 2011

MALDIGO

A todos los que hacen del egoísmo su bandera
A todos los que mienten sin reserva
A todos los que mal educan
A todos los que acopian riquezas
A todos los que mal sanan
A todos los que no ven la angustia y la miseria en los demás
A todos los que explotan a sus hermanos
A todos los que legislan en su propio interés
A todos los que talan nuestros bosques
A todos los que ensucian nuestras aguas
A todos los que envenenan nuestros aires
A todos los que niegan nuestra felicidad
A todos los que ocultan las verdades de nuestro pasado y presente
A todos los que avanzan en contra del otro
A todos los que niegan el auxilio a los demás
A todos los que inician guerras
A todos los que asesinan
A todos los que inflingen daño ajeno
A todos los que se creen importantes y superiores
A todos los que niegan el pan
A todos los dictadores
A todos los políticos falsos e hipócritas
A todos los que roban
A todos los que utilizan su saber para sí mismos
A todos los que su riqueza ha restado la de otros
A todos los negociadores y especuladores de este mundo
A todos los banqueros y financieros
A todos los comisionistas y subasteros
A todos los codiciosos y usureros
A todos los que les sea indiferente la mirada de un niño
A todos los que les sea indiferente la mirada de un viejo
A todos los que predican bajo el poder del dinero
A todos los que fabrican armas
A todos los que manipulan los virus y bacterias
A todos los estafadores y timadores
A todos los insensatos
A todos los que no conmueve y defienden la injusticia
A todos los que utilizan la violencia física o moral para su provecho
A todos los que se alejan de la bondad, de la tolerancia, de la comprensión, de la aceptación del otro
A todos los que dejaron de ser seres humanos para convertirse en su propio enemigo
A todos ellos los maldigo porque han hecho de este paraíso terrenal un verdadero infierno.
Yo les maldigo a todos ellos, porque han hecho del hombre su propio enemigo. El hombre no es así. Otra realidad es posible y está en nuestras manos. ¡Exijásmolo!

lunes, 12 de diciembre de 2011

LO PREVISIBLE

Uno que tiene tiempo, y no todo el que quisiera, para navegar por los conocimientos que procura Internet va tomando las esencias de las cosas -mi limitada capacidad así lo requiere- y voy constatando que, desde los arcanos de los tiempos, hay un plan. Y que hay un viejo linaje encargado de la ejecución del mismo. Dinastías que se suceden sin interrupción alguna y que mantienen su hegemonía, llueva o truene. Pues ni tan siquiera el diluvio pudo con ellos.

De la vieja Babilonia parece ser su último origen. Ni Atlántidas ni Lemurias. Nada ni nadie pudo con ellos. Hay algo que los hace omnipotentes, algo, más allá de su poder terrenal, les ampara. Estoy seguro de que es en el conocimiento y en el saber de la verdad donde radica gran parte de su fuerza.

Hoy, tras siglos y siglos de avances sociales, tecnológicos y  también filosóficos desconocemos absolutamente todo sobre nuestro pasado. Esta es una de las ventajas con las que cuentan esos viejos linajes de sumos sacerdotes, reyes y sociedades secretas: ellos conocen el pasado. Siempre lo han conocido y gracias a eso es que modelan y adecuan el presente a sus míseros intereses. Lo mantienen escondido a las mayorías, recuerde, el conocimiento es poder. Ellos son los que lo ejercitan desde los tiempos inmemorables. No dudan en manipularlo y tergiversarlo para seguir con el engaño milenario al que nos tienen esclavizados.

Internet se les fue de la mano y por eso están modificando las leyes que les permitirán controlar el contenido de la misma. Europa también se les fue y la han traído al redil con una muy buena crisis económica y financiera, que magistralmente dominan. Ya hemos dejado de elegir a nuestros gobernantes. Ahora son ellos quienes ponen, con total impunidad, hasta los máximos dirigentes para que nos gobiernen con todas las garantías que ellos necesitan para su control sobre nosotros. Ya está bien de democracias y esas pamplinas. Años de miseria, de pobreza nos esperan a los que supimos dotarnos de un estado del bienestar, tras demasiada sangre derramada en dos guerras mundiales. Ese mismo estado que ellos, en su feudo, jamás permitieron con el falso pretexto de la libertad. Libertad que también han perdido. ¿Qué les queda a los ciudadanos norteamericanos? La misma miseria que a los europeos. ¡A trabajar como esclavos si queréis comer!, es lo que nos han preparado. Europa calla y acepta el plan. Cambiaran las monedas por aquella que a ellos mejor sirva. Pero antes, nos necesitan para su gran objetivo: Todo el Oriente, el cercano, el medio y el lejano. Esos que siempre se les han escapado de entre las manos. Necesitan su sangre negra y van a por él. Nos utilizaran de punta de lanza, ya lo han hecho con Libia. Creando un problema mayor, la atención y los recursos se dirigirán hacia él. Como borreguitos indefensos balando y balando haciéndoles su macabro y ancestral juego de sacrificio humano. Nuestra sangre roja será de nuevo derramada. Es su plan.

Instalan el problema que ellos crean, reaccionan dando la razón a la pobre y primaria sensatez de los temerosos y solucionan dando tranquilidad a los durmientes e ignorantes ciudadanos. Dame pan y dime tonto. No terminamos de despertar y hacen con nosotros lo que quieren. ¿Tan ignorantes somos?

En su maquinación secular, un francmasón de alto grado, Albert Pike, escribió una carta dirigida a otro colega del clan: “Deberá haber 3 grandes Guerras Mundiales. La III Guerra Mundial debe ser promovida aprovechando las diferencias entre el sionismo político y los dirigentes del mundo islámico. La guerra deber orientarse de modo que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente mientras que el resto de naciones divididas por este asunto se vean obligadas a entrar en la lucha hasta el punto de que se vean agotadas física, mental, espiritual y económicamente” Corría el año 1860.

Las dos primeras ya fueron, la tercera se está fraguando y los pueblos seguimos siendo manejados y engañados. ¡Despertemos! Todo al servicio de la economía. La economía que ellos han impuesto, la que les da el poder. Esa economía no es la que necesitamos ni la que queremos. El plan ha funcionado, el plan sigue funcionando. ¿Lo permitiremos?

Los tambores resuenan ya por todo el mundo. Los que agreden y los que se prestan a su defensa, todos se dirigen a lo que parece inevitable. Flotas que van tomando sus posiciones. Declaraciones de aviso. Y mientras haya un solo soldado dispuesto a disparar contra su igual, habrá guerra. ¡Soldados, uniformados del mundo, NEGAOS!

Sois los instrumentos directos de la atrocidad de la guerra. Sois los primeros en morir. No hay patrias, sólo seres humanos. Todos somos el mismo ser. ¿Por qué un brazo habría de arrancarse el otro? ¿No os dais cuenta? Aunque no os prepararon para ello, ¡PENSAD!, que aún no sois máquinas. Si vosotros no disparáis no habrá conflicto. Que llenen las cárceles de soldados valientes. Os sacaremos de ellas. Aún estamos a tiempo. Podemos evitarlo. No más sangre sobre la tierra. Está en vuestras manos y en las nuestras.

¿Por qué tanto sacrificio en vano? ¿A quién satisface tanta destrucción, si no es al propio mal? ¡Basta ya!

¡Unamos nuestra conciencia de seres humanos! El ser humano está llenado de bondad y de bien. Apartemos todo aquello que nos induzca a lo contrario. No nos dejemos manipular por más tiempo. ¡Despertemos! Sólo queremos la paz y que la riqueza que este planeta nos regala sea redistribuida hacia todos nuestros semejantes, eso es hacer el bien y no el mal. ¡Exijamos la instauración de la paz! Que sea instaurado el bien, la colaboración y la generosidad. Que las gráficas reflejen la felicidad de todos los seres de este planeta y no la riqueza de unos pocos y de sus planes. Hagamos triunfar al bien, que ya basta de maldad.

Porque lo que es previsible es evitable.



jueves, 8 de diciembre de 2011

DOGMATISMOS Y LA LÍNEA ROJA

Recordemos qué es DOGMA.- Proposición que se asienta como firme y cierta y como principio innegable de una creencia // Doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia (como si Dios necesitara de que alguien le testifique) // Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión.

A principios de este siglo XXI seguimos moviéndonos gracias a los dogmas. Los dogmas nos rodean por todas partes. Nuestra formación académica sigue a pies juntillas con los dogmas de hace siglos. El profesor que enseña a unos lo que otros le han puesto en el libro de turno y de donde nadie ha de salir. Nuestra formación social sigue condicionada con un entorno heredado, donde hasta la forma en que nos vestimos y peinamos, están sujetas a unos dogmas establecidos de antemano por otros. Nos levantamos a las mismas horas y repetimos todo de igual forma y manera. Hasta nuestro pensamiento ha sido dogmatizado. Desde nuestro nacimiento nos inoculan toda una serie de dogmas que cuando alcanzamos cierta madurez, y el tiempo libre nos lo permite, algunos ponemos incógnitas. No teníamos ni el tiempo ni las herramientas. Siempre nos han tenido corriendo y corriendo hacia ningún lugar, sólo para conseguir un trozo de pan que llevarnos a casa. Al final sólo era eso, porque ellos se llevaban lo más magro a través de tanto producto económico financiero inútil y falso. Nos han estado estafando y robando y la Ley les ampara.

Ocurre que, a pesar de todos esos dogmas, hoy son más los que ponemos incógnitas. Lo bueno es que cada vez son más jóvenes. Acontece que muchos de esos dogmas, por no decir todos, están siendo derribados lentamente. Hoy, ya no es la luz la que viaja más rápido, son los neutrinos, y mañana podría ser cualquier otra cosa que aún no es conocida. Ya tenemos constancia empírica de la existencia de planetas similares al nuestro y, por ende, acogedores de vida. La siempre dogmática Iglesia Católica reconoce la posibilidad de vida extraterrestre. Hoy los pueblos del mundo se levantan contra la injusticia y contra la inequidad y contra la pérdida de su dignidad. Hoy, el dogmático capitalismo está demostrando su máxima capacidad para hacer el mal a millones y millones de seres humanos. Ya no se esconden, ninguna cortina les oculta. Y cuando la oscuridad se hace luz, todos ven. Hemos empezado a ver lo que nos ocultaban, ya no podemos quedarnos inmersos en la pérfida ignorancia. Hemos de elevar nuestra queja, nuestro grito de ¡Basta ya!

Sabemos que las guerras suceden por intereses económicos de unos pocos a los que nada importa el coste de las vidas humanas, sólo su dinero. Antes, y aún hoy, lo fueron por dogmas religiosos que hemos confirmando que eran y son falsos.

La economía es la ciencia que administra los recursos escasos que nos regala la Naturaleza para transformarlos y obtener bienes y servicios que sean útiles para las personas y cubrir así las necesidades humanas. Esta es, a mi entender, una buena definición de lo que es la economía, de lo que tendría que haber sido siempre la economía.

Sin embargo, la economía actual no responde a esa definición. La economía hace ya tiempo que se convirtió en otra cosa: En un complejo mundo de productos especulativos legalizados por los colaboradores necesarios (políticos y economistas), con la única intención de obtener, sólo unos pocos “avispados”, la mayor cantidad posible de dinero para su particular y privativo uso y disfrute. Nos roban y consentimos bajo el hacha levantada del miedo y del chantaje.

Ya la economía no es un instrumento para el avance y desarrollo de todos los habitantes de este planeta, tampoco de sostenibilidad con la Naturaleza, es sólo para cuatro.  Llevamos más de tres años con la última y más grande explosión de esa economía especulativa, siendo los EE.UU., de América el centro de la detonación y Europa la receptora de todas las ondas expansivas. Y el dogma bancario-financiero ni tocarse. Y pasarán tres años más y la pobreza y la miseria se apoderaran de todos los europeos. Y el dogma bancario-financiero seguirá sin tocarse. Y, quizás entonces, sea Europa el detonante y la onda expansiva alcance al mundo entero. Y siempre que el dogma siga vivo, porque cabría la esperanza de que el dogma bancario-financiero acabara enterrado para siempre, y entrara en este mundo el aire fresco y limpio que tanto necesitamos. Pero no se entierra solo. Hemos de enterrarlo entre todos y ahí, en su entierro, es donde hemos de estar todos presentes y sin velatorio. Porque, o acabamos con él o él acabará con nosotros.

Hay también un conocimiento intuitivo que al mismo tiempo me deprime y alienta. Que asistiremos de inmediato al derrumbamiento de tanta farsa tras tanto siglo perdido. Que podemos ser los protagonistas de nuestra propia historia o los meros espectadores de la que nos quieran hacer.

Ese conocimiento intuitivo me dice que hay una línea roja, un orden superior que no es posible traspasar y que cuando se alcanza ese borde (estamos muy cerca) todo se resetea, que viene el Vigilante y le da al botón.
Y a cada cual lo suyo, que así está escrito en el manual de instrucciones que a todos nos dieron.