El partido impopular ha presentado sus
segundos presupuestos, los del próximo año, y, a falta de la letra pequeña que
veremos ya publicada en el BOE, éstos manifiestan a las claras cuál es su
proyecto para la mayoría de los españoles; para los que se manifiestan y los
que prefieren la comodidad del sofá y que tanto gustan a Rajoy.
Van a meter mano hasta en la hucha de las
pensiones. Esa hucha que debiera ser intocable, va a ser esquilmada. Como todo
lo que están tocando. Poco les importa que sean los ahorros que millones y
millones españoles han ido pagando mes a mes para su retiro.
Profundizan en la herida ya abierta y
sangrante de los bolsillos menos pudientes de los españoles. Ahondan en el
cambio ideológico como con La Ser
y El País. Medallitas a la virgen del Pilar y harán alguna rogativa para que
aquellos que se han estado alejando de la fe, se reincorporen pronto.
Las previsiones que hacen de crecimiento no se
las creen ni en Sebastopol. Todos los índices van contra el ya esquilmado
ciudadano. Pagaremos más impuestos y recibiremos menos. El desempleo crecerá
con cientos de miles de funcionarios que
irán a la calle y otros miles de miles de trabajadores por cuenta ajena y
propia. Por pasear al perro habrá que pagar 20 euros y por salir a la calle y
hacer uso de las aceras nos pondrán una tasa y aquellos que anden por la noche,
dos. Aquellos otros, a los que la suerte
les sonría, tendrán que pagar el 20% del premio. Ya no es suficiente la parte
que sustraen de las recaudaciones, necesitan más, quieren más. Lo de subir las
pensiones es para tomar el pelo a tanto crédulo que aún creen que los niños los
traen la cigüeña desde París. Son muchos los crédulos y por eso hacen lo que
hacen.
Ya lo dijo Rajoy, son los ciudadanos los que
tienen que pagar el desastre producido por los que son como ellos: los
especuladores, los banqueros, los de las grandes empresas y corporaciones, los
políticos que se aprovechan de la política para hacer fortuna y/o vivir de puta
madre, rodeados de privilegios y exenciones.
Da pruebas de que han de ser sólo los
ciudadanos los que sigan apechugando con el muerto, mientras que con aquellos
que pierdan en sus inversiones en bolsa podrán deducirse, y con carácter
retroactivo al 1 de enero de este año, un buen porcentaje de las mismas. Ellos
no deben menoscabar sus fortunas por especular en bolsa. Por si fuera poco se incluyen a aquellos
ciudadanos que jueguen en los casinos o por Internet y que también podrán
desgravarse sus pérdidas. ¿Sabe o intuye quien pagará esas desgravaciones a los
ricos? Usted y yo. Además las instalaciones del Eurovegas estarán exentas de
impuestos municipales de hasta el 95% en el IAE, IBI y licencias varias. Serán
los impuestos de los vecinos los que apechuguen con todas ellas a cambio de
trabajo o no. Hasta julio, 250.000 millones de euros han abandonado España y
con ellos sus inversiones, recuperando la confianza que se llama.
Confianza que espanta, más bien. Hasta
miembros muy respetables del partido impopular han puesto el grito en el cielo
ante tanto disparate por parte del gobierno de Rajoy. Estos se vanagloriaban de
que iban a recobrar la confianza en España. La prima de riesgo, los intereses
de la deuda y el engaño pretendido de 100.000 millones de rescate para los
bancos, cuando sólo es la mitad, son prueba de haberla recobrado. El mundo
mundial, que diría un antecesor suyo, así lo corrobora. Confían en España, confían
en el gobierno de Rajoy, por la leche Nicolás.
Este gobierno impopular alcanzó la mayoría
electoral gracias a la gran abstención producida por las políticas erróneas del
PSOE y al engaño en su fraudulento programa electoral. Se jactan mucho de
haberlas ganado sin profundizar más allá del fondo del resultado. Se les llena
la boca. Y han vuelto a utilizar las mismas estratagemas que en los primeros
años de la década de los 30: La
CEDA y su nacionalcatolicismo, defensor a ultranza de la
religión, la patria, la familia, el orden, el trabajo y la propiedad, parece
haber resucitado (Si es que alguna vez murió) y hasta con el tema Catalán de
por en medio. Volvemos al pasado, a ellos les encanta ese pasado. Donde el amo
era quien mandaba y nadie osaba contradecirle, donde o tragabas o morías de hambre
sin más. Y mientras, vemos cómo de la Catedral de Santiago sacan carretillas llenas de
bolsas con el dinero (Negro) que los fieles dan tan generosamente para el
mantenimiento, ¿De qué, si ya lo pagamos vía concordato y arreglos?, De la
mayor estafa de la Historia.
Así volvemos a encontrar a esta, cada vez, más
pobre España, saqueada por los mismos de siempre, con la misma impunidad de
siempre, por los mismos privilegios de siempre. Y la gente que no se entera de
la película, con su silencio, están ayudando a que sus hijos, más pronto que
tarde, vuelvan a bajar la cabeza y a besar la mano de quienes sólo desean
verles engarzados a las cadenas que cada vez se ven más cercanas y pesadas.
Ellos siempre han sido así durante siglos y
siglos. Quizás, al fin y al cabo, no haya mucho que reprocharles. Pero sí es
reprochable a partidos de la izquierda, con el PSOE el primero, que no hayan
estado a la altura, que no lo estén tampoco, ahora.
Los principios ideológicos, en un contexto de
normalidad, pueden ser relajados y atemperados; pero en momentos como los que
estamos viviendo, sencillamente no. Hay que ser conscientes de la realidad y
que volvemos a estar en la misma lucha de siempre: El rico y su riqueza
insaciable, a costa de la miseria del resto sin derechos, sin que nadie los
defienda, sin igualdades, sin oportunidades. Asistir impasibles al
desmantelamiento de una escasa democracia sólo provocará, también, su
desaparición como estructuras de una sociedad libre, igualitaria y fraternal.
Basta con un solo “Real Decreto”, de esos que tanto prodigan ahora en el reino,
al margen del Congreso de los diputados. Ya lo hicieron antes, en los años 30.
Vidal Cuadras ya ha pedido un gran general de la guardia civil para Cataluña.
Siguen siendo los mismos, con las mismas armas, con las mismas mentiras, con
las mismas trampas.
El pueblo que olvida su Historia está
condenado a repetirla. Eso es lo que nos ha pasado a los españoles. Con el bulo
del consenso nos olvidamos de Ella y, quizás, estemos volviendo a repetirla.
Sería triste y terrible que fuera así. Pero la indiferencia y la apatía con la
que se está actuando en defensa de nuestra democracia y estado del bienestar,
ayuda a los desaprensivos nacionalcatólicos a cargarse el Estado de Derecho.
No es entendible que países con mayor deuda no
estén sufriendo el ataque de los mercados y mercaderes que España sí está
padeciendo. A esa incongruencia (No somos conejitos de indias) hay que
responder con firmeza y contundencia y si hay que romper con esa Europa del
mercadeo, pues se rompe. Y ya veremos, tras las correspondientes auditorías,
qué pagamos. No es solo España quien está jugándose su democracia, es Europa
entera la que está perdiéndola. Nadie parece darse cuenta.
La socialdemocracia europea no puede
permanecer por más tiempo achantada y expectante ante este expolio, no ya
económico, si no social e ideológico, además de indignante.
Frases ilustrativas al tema:
“Los
verdaderos gobernantes en Washington (y en Europa) son invisibles y ejercen el
poder desde detrás de la escena.” (Felix Frankfurter-Juez del Tribunal Supremo
de USA)
“Déjame
emitir y controlar el dinero de una nación y no me importa quién escriba sus
leyes.” (Mayer Amschel Rothschild Banquero 1790)
“No me
importa qué marioneta se coloque sobre el trono de Inglaterra para gobernar el
Imperio en que el sol nunca se pone. El hombre que controle el suministro de
dinero de Gran Bretaña controla al Imperio Británico, y yo controlo el
suministro de dinero Británico” (Nathan Mayer Rothschild, banquero 1815)
“Está
bastante bien que la gente de la nación no entienda nuestro sistema bancario y
monetario, porque si lo entendiesen, creo que habría una revolución antes de
mañana por la mañana.” (Henry Ford, fabricante de automóviles, USA)
¿Por qué,
cuál es la razón por la que el Banco Central Europeo y con el dinero de todos
los europeos se lo vende a los bancos al 0,75% de interés y luego los bancos se
lo vuelven a vender a los Estados al 5, 6, 7% o más de interés? ¿De dónde
procede ese dinero? ¿No es de los Estados que lo recaudan a sus ciudadanos?
Pues que se lo vendan a los Estados y los ciudadanos nos ahorraremos esos
intereses especulativos, hipócritas y falsos. Relea las frases anteriores y
entenderá mejor.
Que los
caminos del Señor no son tan inescrutables, por lo menos éstos.