miércoles, 13 de enero de 2010

MIS REFORMAS ESTRUCTURALES - (3) LA PRODUCTIVIDAD ESPAÑOLA

Me encanta el cine. Hace años que observe un detalle en las películas norteamericanas. Desde el cine mudo hasta nuestros días, ese detalle no ha variado, siempre es igual. Les invito a que lo comprueben en la próxima película que vean. El detalle no es otro que el interruptor de la luz. Es el mismo. Sólo una palanquita que se sube o baja. Da igual el Estado, en California que en Nueva York. Da igual la clase social, en Harlem o en Bervely Hills, todos son iguales. Este ejemplo constituye, para mí, lo que debería ser la productividad.

Durante cien años, en España, hemos cambiado de interruptor millones de veces. Desde la perilla que colgaba sobre el cabezal de la cama de nuestros padres, a los más diversos modelos. Llegado el caso de tener que cambiar un interruptor de una de nuestras habitaciones, no encontramos igual modelo, se retiró del mercado hace tiempo. Lo que nos lleva a tener en cada dependencia un modelo distinto o a cambiar todos los interruptores de la vivienda. En EE.UU., no ocurre eso. Si algo funciona correctamente, por qué invertir en nuevos diseños y fabricación de los mismos. Ejemplo, no sólo de productividad, sino también de desarrollo sostenible.

España no es productiva. ¿Cómo vamos a ser productivos si siempre estamos con lo mismo? El gran problema son los salarios, el mileurista español gana demasiado y la repercusión del salario en el producto final hace que éste sea poco competitivo. Me revelo ante esto. El hecho de que nuestro país no sea productivo no radica en los salarios. Radica, según mi opinión, en dos agentes:

1º.- Las Administraciones españolas. Existen unas 80.000 personas con cargos electos. Éstos si tienen los salarios que quieren. Incluso varios a la vez. Van desde 100 a 400 veces el salario medio de un trabajador. Derechos a pensiones que exceden sobremanera la máxima (32.000€/año) del españolito y además pueden cobrar varias a la vez. Cuentan con gastos de protocolo, dietas y otros incentivos. Además, están los amiguitos, a los que ponemos en empresas mixtas, corporaciones, fundaciones, etc., con salarios que en ocasiones son superiores a los comentados. Lo curioso es que ninguna admón., controla, limita, supervisa a las demás en estos menesteres. No hay listón. Cada una va a lo suyo. Con subir los impuestos, lo arreglamos. Luego tenemos unos 3 millones de funcionarios que, la mayoría, trabajan poco, pa´ lo que cobro. Y con razón. Por las tardes han de buscarse un pluriempleo… que restan a otros.

2º.- El Empresario español, al que ya hice referencia en otro artículo anterior. No está de más demandarle su papel en nuestra sociedad. Han de ser las locomotoras de este tren llamado España. Hoy más que nunca. Han de aprender que el valor más preciado de su iniciativa es su trabajador, su empleado. Han de cuidarle y procurarle sus necesidades económicas y sociales básicas. Jamás le fallará. El trabajador español es leal y fiel, dará su piel si fuera necesario por su empresa. Pero desgraciadamente ocurre como con los funcionarios y los políticos. Luego tenemos algunos empresarios, con profesiones liberales, esos que no expiden factura alguna y presentan IRPF de pobres, les pediría que se comporten con más responsabilidad social.

Mi Primera Reforma Estructural que se hiciera un exhaustivo y objetivo estudio donde se recogieran las necesidades económicas necesarias de una familia, para mantener un nivel medio de vida en la sociedad en la que vivimos. La frustración de no llegar a fin de mes propicia que el trabajador acuda a su puesto de trabajo desmotivado; total, para lo que me pagan… El salario es la recompensa del trabajador, su sustento. Se acaba de aprobar una subida del salario mínimo interprofesional y ha quedado en 633€. En Francia está en los 1.280€. ¿Alguien, aunque sea sólo, puede vivir con 633€? Que me lo cuenten. “Si el de arriba vive como Dios y yo no llego a fin de mes, va a trabajar Rita La Cantaora”.

Mi Segunda Reforma Estructural, los trabajadores españoles mantienen horarios esclavistas. Jornadas partidas que ocupan todo el día. No se puede conciliar el horario laboral con el familiar y el del ocio. Provoca agotamiento y frustración que durante la jornada de lunes a viernes no se pueda hacer otra cosa que trabajar. Cambiar las jornadas de trabajo por jornadas continuadas. Ahorraríamos combustible en los desplazamientos del mediodía y electricidad, teléfono, etc., en los lugares de trabajo. Aprovecho, con la intención de bajar nuestra dependencia energética, para que, una vez cerrados todos los comercios urbanos, éstos apagaran sus iluminaciones de escaparates, rótulos, etc. Sólo el alumbrado público. Ahorraríamos muchos, muchos euros, con bajar la palanquita que les comentaba al principio.

Mi Tercera Reforma Estructural, especial consideración habría que tener con nuestros estudiantes, profesionales, diplomados y licenciados. No saldremos nunca de nuestra dependencia exterior si no poseemos trabajadores altamente cualificados. Éstos han de ser mimados por todos. Han de estar muy bien pagados. Pasan muchos años preparándose, renunciando a todo, para alcanzar una especialización que luego ponen a nuestra disposición. Evitaremos la desincentivación en nuestros adolescentes. Evitaremos los vergonzosos resultados académicos que hemos alcanzado. Es labor de los dos agentes antes mencionados.

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