“Cómo volver a poner la economía al servicio del hombre. Pero entendámonos: no se trata de preguntarnos por qué sistema vamos a sustituir al capitalismo, sino de saber qué capitalismo queremos. Todos sabemos qué hubiera ocurrido sin la intervención estatal para mantener la confianza y apoyar la industria: el colapso total. No es una cuestión de liberalismo, ni de socialismo, ni de derechas, ni de izquierdas, es una realidad. Son los desequilibrios de la economía mundial los que alimentaron el desarrollo de las finanzas globales. Desreglamentamos las finanzas para poder financiar más fácilmente el déficit de aquellos que consumían demasiado con los excedentes de aquellos que no consumían suficiente. Seguiremos haciendo correr riesgos insostenibles a la economía y animando a la especulación y sacrificando el largo plazo si no cambiamos la reglamentación bancaria, las reglas de prudencia, las reglas contables. No reconciliaremos a los ciudadanos con la mundialización, con el capitalismo, si no somos capaces de aportar un contrapeso al mercado, correctivos. El presidente de EE.UU., Barack Obama tiene razón cuando dice que hay que disuadir a los bancos de que especulen para sí mismos o de que financien fondos especulativos. Pero ese debate no puede ser resuelto por un solo país sea cual sea su peso en las finanzas mundiales. Ese debate debe decidirse en el G-20”, Nicolas Sarkozy en la inauguración de la 40ª edición del Foro Económico Mundial de Davos.
Esta reflexión es lo único coherente que he podido conocer de lo tratado en esta 40ª edición. Y coincide con mis escritos publicados con anterioridad. Aprovecho para agradecer a este diario de El Faro su generosidad y la oportunidad que me brinda cada semana. Puede verlos todos en mi blog (amplituddemiras.blogspot.com)
Tenemos un mundo que aún es maravilloso. Todavía la Naturaleza nos regala belleza y armonía. Podemos dar un paseo por el campo y aunque éste no tenga bosque ni agua, es bello. Sólo hay que relajarse, confundirse con lo que nos rodea y observar que es una obra maestra, que nadie puede crear. Ni siquiera la mayor industria del mundo, ni tampoco el mayor banco.
También es verdad que sólo en unos 150 años, la Economía ha infringido los mayores daños a la Naturaleza. Y todo por el enriquecimiento de unos pocos. Durante estos años, la máxima ha sido y es, producir más y más. Hay que crecer más y más. Hay que ganar más y más. Y ese desaforado desarrollo nos está llevando a la esquilmación de los recursos naturales. De esa locura desenfrenada sólo unos pocos son los realmente beneficiados, los demás sólo somos, realmente, los perjudicados. En esta libre economía, en este libre mercado, sólo importa el dinero. El dinero que a unos pocos los hace más y más ricos, haya o no crisis. Su afán por el dinero y el poder que les reporta, está causando la mayor pobreza jamás vista en el mundo. En Europa ya somos más de 83 millones de parados. A los Estados los han endeudado hasta las cejas. Lo pagaremos nosotros, las mayorías, con pérdidas en todos los ámbitos: más y más paro, menos derechos y prestaciones, menos humanidad, más miseria, tristeza y rabia que puede llegar a ser incontrolable. Pérdida, en fin, del estado del bienestar. Y si esto ocurre en el primer mundo, imagínese lo que estará sucediendo en el resto.
Es por ello que apelo a la sensatez y a las palabras de Sarkozy en Davos. Aporto el título de este artículo: El Capital Socialismo. Unamos lo que de bueno hay en cada una de estas doctrinas. Pongamos siempre al Ser Humano por delante. Que sea Él el verdadero beneficiario de este Mundo. Sólo, cuando el fin de nuestro trabajo esté dedicado al bienestar de toda persona, conseguiremos alcanzar la meta del sentido de nuestra existencia. Veamos a nuestros semejantes como parte nuestra y no como enemigos; como partícipes del milagro que supone nuestra existencia. Tantos son los misterios que nos rodean que lo mejor es estar unidos en esta aventura que es la vida.
Desconocemos cuáles son los retos a los que nos tendremos que enfrentar, quizás antes de lo que supongamos, y es por ello por lo que demando a los poderes políticos mundiales su unión en las reformas estructurales que nos conduzcan, lo antes posible, a una nueva y mejor situación de nuestra vida en este mundo. En este mundo hay riqueza más que suficiente para todos y más. A los poderes económicos no se me ocurre pedírselo, ellos siempre han estado unidos en su propio enriquecimiento, cueste lo que cueste, caiga quien caiga.
Por ello, son nuestros representantes, los políticos, los depositarios del poder ciudadano, los que han de atender nuestras demandas. Tienen los instrumentos necesarios para hacerlo y como decía Sarkozy, “no es una cuestión de liberalismo, ni de socialismo, ni de derechas, ni de izquierdas”. Estamos viviendo momentos cruciales en la historia. Depende de nuestros políticos, ellos han escogido libremente su representación y no han de defraudar a su electorado. Deben estar a la altura de las circunstancias actuales. Son, hoy, los responsables, no sólo de nuestro presente, sino también de nuestro futuro. Nadie más.
Han de dejar a un lado todo aquello que vaya en contra de ese objetivo. Antepongamos al Ser Humano por encima de cualquier oligarquía. Utilicemos y desarrollemos los conocimientos, que otros nos ocultan, para lograr ese equilibrio entre nosotros y nuestra Naturaleza. La economía al servicio del hombre, la ciencia al servicio del hombre, la política al servicio del hombre. El hombre esté donde esté, sea del país que sea, es un Ser Superior, aunque lleve taparrabos. Es la criatura suprema de este mundo, de esta Naturaleza. Y además está hecho a imagen y semejanza de Dios. Y sea quien sea ese Dios, ¿cómo vamos a ir en su contra?
Estimado José María, nuestros políticos no nos representan, sino que son títeres de la élite económica-industrial, por la cual están completamente controlados y condicionados, lo mismo que las instituciones, los organismos internacionales y estatales y los medios de comunicación masivos. La sociedad está secuestrada por el sistema de esclavitud humana.
ResponderEliminarLos políticos no van a mover un dedo para cambiar realmente la situación en la que nos encontramos. Ellos no tienen ni pueden tener la solución, pues forman parte del problema mismo.
No es tiempo ya de ceder más poder a nuestros verdugos, y a sus títeres. Es tiempo de empoderamiento individual y colectivo, de asumir la responsabilidad por la propia vida, acceder a la información que se nos niega y discernir por nosotros mismos, para finalmente plantarnos de forma masiva y pacífica, de manera cada vez más amplia y decisiva. Sentamos un gran y exitoso precedente al rehusarnos masivamente en muchos paises a tomar la vacuna tóxica de la fraudulenta pandemia de gripe A.
Es tiempo de los ciudadanos. Conscientes, activos, empoderados, unidos.
Así lo vemos y sabemos todos aquellos que hemos investigado profundamente durante años, contrastando debidamente las informaciones y conexiones, viéndolas inequívocamente reflejadas en los hechos, frutos y resultados aberrantes de este sistema depredador y genocida, dirigido por psicópatas.
Enhorabuena por laborar por un cambio ineludible.
Un cordial saludo,
Freeman