A los cartageneros nunca les han sentado bien, algunos gallegos. Por las armas y la gracia de Dios, tuvimos que soportar cuarenta y dos años de la dictadura militar de un gallego de talla corta y pistola en mano.
Ya en democracia nos vino, en este caso, una gallega. Ésta silenció y amordazó las voluntades de los cartageneros. Nadie osa levantar la voz, ni siquiera la mano. Las represalias son inmediatas y te declaran non grato. Una ciudad, hoy, con encefalograma plano. Controlan todo aquello que pudiera ir en contra de sus intereses. No es una ciudad viva. Todo se supedita a su voluntad. Nadie se mueve. Es una ciudad a la que han sustraído su alma. Es como si el miedo se hubiera instaurado. Todo el mundo sabe, que mejor es estar callado. A quien proteste le zumban. Pobre paseo del muelle. Mucha Misa y sí señor.
Y esta obligada complacencia hace que sea una ciudad triste. Sus ciudadanos deambulan cuales zombis, perdidos, sin importarles nada de su ciudad. Tienen miedo. Han perdido la libertad de expresarse, de decir lo que sienten, sin temores a chantajes y presiones varias. Secretos a voces.
Quince años en los que Cartagena ha tirado por la borda gran parte de su creatividad y de sus ansias por vivir. Llegaron al gobierno municipal de rebote y sin proyecto alguno. Y así tenemos lo que tenemos: Una ciudad sin fuerza, sin ánimo y aborregada.
Ayer, en la junta de gobierno del Ayuntamiento de Cartagena, aprobaron la cesión gratuita a
Sino fuera así, esta dictadura democrática podrá alcanzar, muy fácilmente, los cuarenta como el de El Ferrol. Así es fácil, pero no es democracia. Que, a pesar de la crisis, te suben los impuestos, ¿qué más da? Todos callamos. Pagamos el agua más cara de España ahorrando más agua que nadie. Siempre proyectos a largo plazo. Obras que nos cuestan varias veces más de su presupuesto inicial. La megalomanía es cara, ya saben.
¿Cómo andarán las sociedades participadas? ¿Cuál será la deuda que nos dejará a los cartageneros y algún día, pronto, nos tocará pagar? ¿Qué beneficios hemos obtenido de su hipócrita presencia en Madrid, aparte de cobrar los plenos a 1.500 € y su sueldo de diputada? ¿De cuántos cargos y organismos, ad hoc, se podría prescindir, vistos los resultados? Hagan su plan de austeridad ya, y empiecen por ustedes mismos. Ya no habrá más rescates de
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