martes, 17 de agosto de 2010

DESDE LA ATLÁNTIDA

Desde La Atlántida hasta hoy, los seres humanos no hemos hecho otra cosa que jodernos. Parece que más allá de los últimos 10 ó 12 mil años hubo otras historias. Pocos son los vestigios que nos dejaron, de ahí “nuestro desconocimiento prehistórico”. Lo importante radica en que antes fueron otros y no consiguieron sobrevivir como civilización.

Hermosa palabra CIVILIZACIÓN –conjunto de ideas, creencias religiosas, ciencias, técnicas, artes y costumbres-. Pero, entonces como ahora, ese conjunto no funcionó y fracasó. Y en estas estamos. Quizás se deba a que las ideas, las religiones, ciencias, técnicas, artes y costumbres no son las correctas. Quizás sea que no hemos aprendido. O quizás a algunos no les haya interesado que sepamos y lo han conseguido.

Nos vanagloriamos de ser la especie superior de la Naturaleza, olvidándonos de que ésta nos supera y nos puede. A pesar de ello siempre vamos contra ella. En aras de no se qué desarrollo hemos acabado con los bosques, con miles de especies animales, y con los aires limpios. A la Tierra le hemos extraído hasta su magia. Hemos acabado con su capacidad biológica. Y a día de hoy necesitamos 1,5 planetas para mantener nuestro nivel de vida. Y sólo tenemos uno. Clara definición. ¿Es esto el desarrollo sostenible o la técnica de la que nos hemos dotado?

Y, después de todo, de los 7 mil millones de seres humanos que habitamos este aún hermoso planeta, sólo unos pocos gozamos de estas mieles. ¿Qué hemos hecho como la especie superior sino cavarnos nuestra fosa? Hoy lo que prevalece son los mercados y los bancos. Y si no tienes un chavo no eres nadie. Miles de años, quizás millones, de evolución y desarrollo para esto. Qué gran miseria de espíritu. Porque aquellos que se han estado ocupando de éste sólo han remado en su provecho y en su enriquecimiento. Y los que se han ocupado de lo material y mundano también.

De nada sirvieron aquellos que fueron visionarios como Malaquías, Nostradamus o los que bajo el estudio de los astros supieron, por sí mismos o por otros, definir los hechos futuros. A nadie interesó nunca ni el pasado ni el futuro.

Quien hoy es, aún, la gran potencia mundial aniquiló a los indios nativos de América. De millones a unos cuantos de miles. Y aún siguen. Todos los que han podido han actuado de igual forma, aniquilando a otros. Sólo por dinero. Ésta es una de una nuestras grandes costumbres, matar al otro y robarle.

Sin acabar esta crisis financiera global nos van a animar con la crisis alimentaria. Se la ve venir. Tantos desastres en tantos lugares no traerán buenas cosechas y unos cuantos aprovecharan para hacer un poco más de caja. Y, de ser necesario, sacarán a las fuerzas de seguridad y a los ejércitos. Que el hambre es muy mala compañera, eso lo sabemos todos, ellos también.

Nos han hecho más pobres y pretenden que lo seamos más. Nos quieren bajo los bueyes y para ello cuentan con los gobiernos, los bancos y las iglesias.

Malos tiempos para la lírica.

Y la ciencia sojuzgada y el arte abstracto.

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