Hace unos días Stephen Hawking, uno de los astrofísicos más prestigiosos del mundo, afirmaba que Dios no tiene lugar alguno en las actuales teorías científicas sobre la creación del universo. El tema viene coleando desde que el ser humano es consciente y piensa, o sea, millones de años.
Sale a la palestra el arzobispo de Oviedo, un tal Jesús Sanz, y suelta “No creer en dios o afirmar que no existe cuesta creerlo” “existe dios y la vida lo sabe” “basta tener las antenas bien puestas y la cobertura suficiente para entender que dios está, emite, tiene algo que decirnos, mucho en lo que acompañarnos, y con su acostumbrada discreción él está presente” y por último la mejor, “es el creador del Universo desde hace mucho tiempo”.
Si usted ha tenido la suerte de aprender a leer y a escribir y algo de números, su visión de las cosas es muy distinta de la de quien no lo ha aprendido. Es el conocimiento empírico primero, y después sabremos sintonizar mejor las antenas del subconsciente. Pues la comprensión de todo no llega por ciencia infusa, o quizás si. Y sea por que la cobertura la hayan limitado a unos pocos.
En el principio de nuestra era, dios era el sol. Gracias a él la temida oscuridad desaparecía y obtenían calor. También lo fueron el Agua y la Tierra. Los tres elementos básicos de la vida en nuestro planeta. El aire lo dejaron fuera y sería por que no lo veían. Más tarde se amplió con los astros más cercanos y vieron la influencia de la luna y crearon el zodiaco. Por su puesto fue en Mesopotamia, los griegos lo difundieron posteriormente.
En la mitad nos dimos toda clase de dioses mitad hombres, mitad animales en la cultura egipcia y antropomorfos gracias a griegos y romanos. Cualquier actividad humana tenía su dios particular. Los egipcios comenzaron a agrupar todos sus dioses en uno, Aton, allá por el 1300 a.c. Este intento fracasó más tarde y ya en el período romano los egipcios apenas opusieron resistencia a la difusión del cristianismo. Quizás por que éste guardaba demasiadas similitudes con sus dioses.
Y ahora, al final, y a poco que se investigue, todas las religiones coinciden en lo mismo. Aprovecharse del subconsciente humano. En esa verdad tan lejana y profunda que aún hoy no hemos sabido encontrar. O quizás nos han estado ocultando durante siglos. Mientras, los sumos sacerdotes, erigidos en guías y guardianes han perfilado lo que han considerado adecuado para sus acólitos. Y entre tanto mensaje de bondad y divinidad y que dios te lo pague, ellos viven mejor que nadie. No pagan el Ibi, ni el IRPF, están exentos del IVA, generan dinero negro y mantienen privilegios que los hacen estar por encima del resto de los mortales. Dentro de poco vendrá el sumo sacerdote católico a España y todos los españoles pagaremos los más de 60 millones que costará el viajecito. Trabajan poco, una misa por día y encima con vino. Son objeto de regalos que rozan lo ético y moral, pero les vale. Dan consuelo y limosna al necesitado, ¡faltaría más¡ Les confiesan y saben más de ti que tu mismo. No tienen mujer ni hijos. Visten ropas de seda y lino. Salen en procesiones circunspectas y hace rogativas de todo tipo. No le hablaré de los siglos de oscurantismo, ni de cruzadas, ni inquisiciones. Tampoco lo haré de pederastas, ni de los mujeriegos que hubieron y hay. Tampoco de hipocresías ni traiciones, ni de bancos y multinacionales sacros.
Lo que si le diré es que estamos en el inicio del siglo XXI y que el hombre ha aprendido algo más, a pesar de muchos, y hoy (hasta la iglesia lo ha admitido) el cosmos es algo más que la simple morada de un dios hecho a conveniencia. Millones de planetas se han descubierto y la vida en esa ilimitada inmensidad del universo no ha de ser una cuestión de azar sino de obligado cumplimiento. Este universo es de vida. Y nuestra existencia en este maravilloso mundo origen de otras vidas. Quizás lo hayan estado ocultando por mantener su supremacía y privilegios. Dios es una palabra que va más allá de nuestros conocimientos, avancemos más en éstos y dejémonos de monsergas que sólo han servido para guerras y muerte.
Decía León Felipe que había un atajo para el conocimiento. Nunca dudé que lo hubiera pero ¿le interesa a alguien? O es que no nos educan para ello. Nos educan para saber las cuatro cosas que se necesitan para que trabajemos (el pecado). Y si no trabajas no vives. Todo gira en su alrededor, en eso ocupamos nuestro escasísimo tiempo. Otros viven a costa de nuestro trabajo y la mayoría lo utilizan para saciar sus apetitos más vanos. Y como nunca se sacian quieren más y más y te montan crisis financieras a través de las que buscan tu esclavitud más denigrante. Y callamos.
¿Despertaremos algún día de esta esclavitud a la que nos obligan desde que nacemos? ¿Acabaremos algún día con los altos linajes, vengan de donde vengan, que nos mantienen coaccionados, chantajeados, durmientes y oprimidos? ¿O nuestra inmensa fuerza inconsciente seguirá desaprovechada en beneficio de unos pocos más y más siglos? Espero que no.
Quizás el ya próximo cambio de Era rompa con el secular régimen de unos pocos a costa de muchos y seamos todos juntos los que afrontemos, de una vez por todas, nuestro destino de ser luz en el cosmos.
De momento para el día 29 los sindicatos han convocado una huelga general. Allí le espero compañero.
Sale a la palestra el arzobispo de Oviedo, un tal Jesús Sanz, y suelta “No creer en dios o afirmar que no existe cuesta creerlo” “existe dios y la vida lo sabe” “basta tener las antenas bien puestas y la cobertura suficiente para entender que dios está, emite, tiene algo que decirnos, mucho en lo que acompañarnos, y con su acostumbrada discreción él está presente” y por último la mejor, “es el creador del Universo desde hace mucho tiempo”.
Si usted ha tenido la suerte de aprender a leer y a escribir y algo de números, su visión de las cosas es muy distinta de la de quien no lo ha aprendido. Es el conocimiento empírico primero, y después sabremos sintonizar mejor las antenas del subconsciente. Pues la comprensión de todo no llega por ciencia infusa, o quizás si. Y sea por que la cobertura la hayan limitado a unos pocos.
En el principio de nuestra era, dios era el sol. Gracias a él la temida oscuridad desaparecía y obtenían calor. También lo fueron el Agua y la Tierra. Los tres elementos básicos de la vida en nuestro planeta. El aire lo dejaron fuera y sería por que no lo veían. Más tarde se amplió con los astros más cercanos y vieron la influencia de la luna y crearon el zodiaco. Por su puesto fue en Mesopotamia, los griegos lo difundieron posteriormente.
En la mitad nos dimos toda clase de dioses mitad hombres, mitad animales en la cultura egipcia y antropomorfos gracias a griegos y romanos. Cualquier actividad humana tenía su dios particular. Los egipcios comenzaron a agrupar todos sus dioses en uno, Aton, allá por el 1300 a.c. Este intento fracasó más tarde y ya en el período romano los egipcios apenas opusieron resistencia a la difusión del cristianismo. Quizás por que éste guardaba demasiadas similitudes con sus dioses.
Y ahora, al final, y a poco que se investigue, todas las religiones coinciden en lo mismo. Aprovecharse del subconsciente humano. En esa verdad tan lejana y profunda que aún hoy no hemos sabido encontrar. O quizás nos han estado ocultando durante siglos. Mientras, los sumos sacerdotes, erigidos en guías y guardianes han perfilado lo que han considerado adecuado para sus acólitos. Y entre tanto mensaje de bondad y divinidad y que dios te lo pague, ellos viven mejor que nadie. No pagan el Ibi, ni el IRPF, están exentos del IVA, generan dinero negro y mantienen privilegios que los hacen estar por encima del resto de los mortales. Dentro de poco vendrá el sumo sacerdote católico a España y todos los españoles pagaremos los más de 60 millones que costará el viajecito. Trabajan poco, una misa por día y encima con vino. Son objeto de regalos que rozan lo ético y moral, pero les vale. Dan consuelo y limosna al necesitado, ¡faltaría más¡ Les confiesan y saben más de ti que tu mismo. No tienen mujer ni hijos. Visten ropas de seda y lino. Salen en procesiones circunspectas y hace rogativas de todo tipo. No le hablaré de los siglos de oscurantismo, ni de cruzadas, ni inquisiciones. Tampoco lo haré de pederastas, ni de los mujeriegos que hubieron y hay. Tampoco de hipocresías ni traiciones, ni de bancos y multinacionales sacros.
Lo que si le diré es que estamos en el inicio del siglo XXI y que el hombre ha aprendido algo más, a pesar de muchos, y hoy (hasta la iglesia lo ha admitido) el cosmos es algo más que la simple morada de un dios hecho a conveniencia. Millones de planetas se han descubierto y la vida en esa ilimitada inmensidad del universo no ha de ser una cuestión de azar sino de obligado cumplimiento. Este universo es de vida. Y nuestra existencia en este maravilloso mundo origen de otras vidas. Quizás lo hayan estado ocultando por mantener su supremacía y privilegios. Dios es una palabra que va más allá de nuestros conocimientos, avancemos más en éstos y dejémonos de monsergas que sólo han servido para guerras y muerte.
Decía León Felipe que había un atajo para el conocimiento. Nunca dudé que lo hubiera pero ¿le interesa a alguien? O es que no nos educan para ello. Nos educan para saber las cuatro cosas que se necesitan para que trabajemos (el pecado). Y si no trabajas no vives. Todo gira en su alrededor, en eso ocupamos nuestro escasísimo tiempo. Otros viven a costa de nuestro trabajo y la mayoría lo utilizan para saciar sus apetitos más vanos. Y como nunca se sacian quieren más y más y te montan crisis financieras a través de las que buscan tu esclavitud más denigrante. Y callamos.
¿Despertaremos algún día de esta esclavitud a la que nos obligan desde que nacemos? ¿Acabaremos algún día con los altos linajes, vengan de donde vengan, que nos mantienen coaccionados, chantajeados, durmientes y oprimidos? ¿O nuestra inmensa fuerza inconsciente seguirá desaprovechada en beneficio de unos pocos más y más siglos? Espero que no.
Quizás el ya próximo cambio de Era rompa con el secular régimen de unos pocos a costa de muchos y seamos todos juntos los que afrontemos, de una vez por todas, nuestro destino de ser luz en el cosmos.
De momento para el día 29 los sindicatos han convocado una huelga general. Allí le espero compañero.
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