Un nuevo pago a las
empresas que mal construyeron el Auditorio y Palacio de Congresos de El Batel, de
casi 500.000 euros, es para el vicealcalde de Cartagena algo menor y poco
importante. Toda una retahíla de disparates arrastra el mamotreto a la que también
habrá que añadir los costes procesales (Paga el que pierde), pero unas decenas
más de miles de euros, tampoco serán importantes para el vice. No lo fue que
para construir este armatoste se destrozara una grandísima zona portuaria y que
su impacto visual haya roto con el paisaje y el horizonte de una ciudad que se
abría al mar. Tampoco lo es que se tardarán más de 10 años en su construcción,
ni que el presupuesto inicial de 22 millones pasara, hasta ahora, a 66. Tampoco
es importante que se adjudicara a amigos y conocidos –sin experiencia en la
gestión de este tipo de infraestructuras- porque ya se les dotaba, para los
primeros 7 años de explotación, con una ayuda ¿Legal? De un millón de euros
para cubrir las posibles pérdidas. Además se creaba una Fundación Oficina de
Congresos de Cartagena (2009) que, aparte de los 60.000€ de su dotación
fundacional, no sabemos cuánto nos cuesta. Tampoco tiene importancia los costes
de mantenimiento de esta infraestructura, pues se hizo otro concurso y que otra
empresa se ocupara de los arreglos. Todo lo pagamos nosotros, los cartageneros,
pero no es importante.
Lo importante es, según
Cabezos, que vienen congresos a Cartagena, que vienen grandes eventos
culturales y que al propio edificio lo han premiado en varias ocasiones sesudos
arquitectos de no sabemos qué. No olvidemos que todo está cerrado por unas
planchas de policarbonato de colorines, que, por cierto, ya están descoloridos y
no han pasado ni cuatro años. Todo el hormigón se colocó en el subsuelo para
evitar las humedades de la mar colindante, el hormigón y las cuatro bombas
chulas y potentes que no paran de succionar las filtraciones, que continúan
produciéndose a pesar de tanto hormigón armado. Tampoco las salidas de
emergencia son importantes y por eso no se pusieron y por eso no cuenta con esa
licencia de apertura que cualquier entidad distinta al Ayuntamiento está
obligada a cumplir. Que nunca haya un incendio en plena función, dioses del
infortunio, que por favor os lo pido.
Para este vice, eso es
lo importante: que unos, mejor los amigos y allegados, hagan negocio a costa de
los impuestos municipales. Lleva 20 años junto a la alcaldesa que es quien le
ha enseñado todo cuanto sabe de la gestión municipal, pues, no en balde, ha
pasado por casi todas las concejalías habidas, incluida la de Hacienda, en la
que hizo un soberbio trabajo, pidiendo préstamos y más préstamos y los
funcionarios se lo agradecieron infinito. Ha sido fiel y obediente y eso es
importante para permanecer en el único lugar donde los resultados económicos
negativos no los paga la propia empresa, sino el administrado.
Porque, mire usted,
señor Cabezos, a mí y a muchísima gente como yo, que vengan Congresos, que
vengan artistas y turistas a Cartagena no ha de ser a costa de nuestro
empobrecimiento. Pero a ustedes, los que piensan en que lo público está al
servicio de lo privado, les importa bien poco que una parte de la población
tenga problemas de subsistencia, mientras otra disfruta y vive mejor y a su
costa. Ustedes sacrifican a un tercio o más de la población, para que otros
vivan mejor. Lo hacen a todos los niveles y con aquellos que no son de su
cuerda. A ustedes les encanta la desigualdad social y la beneficencia, les
encanta sentirse superiores a los demás y solo por el dinero que tengan en sus
bolsillos o en cuentas nacionales o extranjeras de paraísos fiscales. Ustedes
son maestros en tomar lo de todos y repartírselo entre ustedes y el que venga
detrás, que arríe.
No se esfuerce en
buscar justificaciones a lo que es injustificable. Ustedes, con su Jefa a la
cabeza y después de 20 deplorables años al frente del Ayuntamiento de
Cartagena, tienen hipotecado el desarrollo y el progreso de este término
municipal por muchos años. Han malgastado y dilapidado los fondos públicos
(Intervenidos por el Ministerio de Hacienda desde el 2012 y hasta 2022) y ahora
que saben que van a perder las próximas elecciones, están intentando dejar
atado todo cuanto a ustedes ha convenido y conviene. Ustedes han estado
mintiendo y tomándoles el pelo de forma continuada a los cartageneros y éstos,
por fin, se han dado cuenta. Lo dejarán claro en mayo y a ustedes los mandarán
a casa y verán cuán fría está la calle.
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