En
el día de ayer 16 de junio de 2020 tuvo inicio el debate parlamentario sobre el
Estado de la Región de Murcia en la Asamblea Regional de la misma. Ayer, solo el
presidente de esta uniprovincial y mal llamada Región de Murcia, habló. He
leído muy por encima su discurso y sigue siendo el mismo que sus colegas de
partido han estado haciendo en los últimos 25 años. Más planes estratégicos,
van tropecientos mil, y el caso, la
cuestión, es que, tras ellos, esta Región no avanza, retrocede más y más. En
estos 25 años no ha habido avance alguno, todo va hacia atrás. Seguimos igual o
peor que entonces, con una deuda que ya supera en dos veces el presupuesto
comunitario, más de 10.000.000.000,00 de euros, copando los peores datos
estadísticos de cualquier estudio que valore los índices de bienestar,
desarrollo y progreso, así como los culturales, los patrimoniales, los
turísticos y los ecológicos y medioambientales.
Hoy
tocará el turno a los grupos de la oposición que serán más de lo mismo. No
quiero dejar pasar la ocasión para dar mi parecer al respecto como
sufriente ciudadano. Por ello me he
puesto a escribir lo que realmente siento. Les cuento:
El caso es que ayer y hoy el presidente de
esta Comunidad Autónoma viene a Cartagena y yo le pregunto: Al entrar a Cartagena, ¿NO LE DA VERGÜENZA VER LO QUE VE?
El
diccionario de la Real Academia de la lengua española dice con respecto a la
palabra VERGÜENZA y en su primera acepción, que es la “Turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta
cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante”
¿Siente
usted, Sr. Presidente, vergüenza al entrar a Cartagena? Les aseguro que
ninguna, no le produce ninguna. Como a sus anteriores y a su partido. No es esa su política.
Es
verdad que usted solo lleva tres años al mando, pero es el heredero
directo de las políticas que su partido ha desarrollado para con Cartagena en
estos 25 años y no se le ha visto la más mínima intención de modificarlas.
Sigue actuando como sus predecesores, solo el término municipal de la ciudad de
Murcia es lo que importa. Todo cuanto lleva el apelativo de Región de Murcia se
circunscribe a esa ciudad, sea o no cierto, sea o no producto del hacer de sus
gentes y del legado de su historia. Porque es el nombre de Murcia el único que
ha de ondear y figurar, los demás tan solo son el atrezo de esa obra de
aniquilación y etnocidio de las demás idiosincrasias. Y de estas, la más
antigua y rica es la cartagenera, mucho más importante que, incluso, de la
propia murciana. Ahí está la HISTORIA para confirmarlo. Y han de saber que no
basta con el poder administrativo que poderes interesados y malévolos le
otorgaron como pago de sus favores o serviles servicios, porque los
cartageneros sabemos mantenernos fieles a nuestro acervo de más de tres mil
años de antigüedad. Y que, por más que lo intenten, por más que nos humillen y
nos arrebaten lo que es nuestro por derecho histórico, no podrán hacer
desaparecer el legado de nuestros antepasados.
El
caso es que cualquier persona normal, sea local o foránea, sentirá perplejidad
al ver lo que ve al entrar a Cartagena. Sentirá cierta apoplejía al ver esa
Sierra Minera hecha un desastre medioambiental. Sentirá caérsele el alma al
suelo al ver lo que las políticas de su partido le han hecho al Mar Menor, que
está muriendo porque ustedes lo condenaron hace tiempo. Y sentirá congoja al
adentrarse por el Casco Histórico de la ciudad más antigua de esta Región y de
todo el Mediterráneo español, hecho un verdadero erial, sin vecinos, sin alma
alguna que le de vida, de solares y edificaciones cutres, las más, y dejadas de
la mano del señor. Otras, que, aun conservando su señorío de otros tiempos, están
vacías, depreciándose, esperando al pelotazo que nunca llega. Porque ustedes y
su partido en estos 25 años decidieron que Cartagena, y sus 215.000 habitantes
(Cada año menos) tenían que venirse abajo para el enaltecimiento y mejor vida
de una ciudad con una catedral que es la de Cartagena y un Casino que es
privativo de unos pocos señoritos de Murcia. Nada más.
Las
políticas que ustedes han desarrollado, todas en contra de Cartagena y de su
Comarca Natural del Campo de Cartagena (Incluido el Mar Menor, porque así fue
siempre) han hecho la realidad que es esta vieja tierra, un verdadero
estercolero, donde solo se reparten las sobras de esa oligarquía política y
económica florecida gracias al monopolio que le significó esta CC.AA.
uniprovincial y con todas las capitalidades centradas en esa ciudad que es
extractiva y dilapidadora de todos los recursos del resto de ciudades y pueblos
de esta Región. Y es, seguro, que tanta desmedida centralidad ha producido el
retroceso general del millón restante de ciudadanos que padecen las carencias
de todo tipo. Así no es posible desarrollo sostenible alguno ni para todos.
Ustedes y sus políticas centralizadoras, todos los huevos puestos en el mismo
cesto, son los culpables de la situación de RUINA en la que estamos todos.
La
realidad es la que es. Ustedes han quebrado el presente y el futuro de esta
Región por su codicia y avaricia, por su extremado celo en centralizar incluso
lo que no debiera serlo. Ustedes han despreciado los valores naturales e
intrínsecos, su capacidad de generar muchas más sinergias, su capacidad
creativa y su instinto de superación tantas veces demostrado en las páginas de
nuestra historia. Hundiendo como han estado haciendo con Cartagena y su Comarca
Natural, no se han dado cuenta de que también se estaban hundiendo ustedes.
Así, si queremos cambiar este destructivo rumbo, será necesario acudir a una
especie de CATARSIS para que las cosas estén donde tienen que estar “per se” y
no por los intereses particulares y destructivos de unos pocos, que olvidándose
del sentido común y de los intereses generales, se enriquecen solo ellos a
costa del lomo de todos los demás.
Esta
Región es el garbanzo negro de todas las que forman parte del Mar Mediterráneo.
Desde Gerona hasta el Estrecho, todos los focos de crecimiento se desarrollan a
sus orillas. Todas son mucho más ricas y prósperas. Solo aquí, donde todos los
huevos se han puesto en la cesta de una ciudad interior y sin recursos innatos,
abandonaron su otrora famosa huerta en post de una urbe moderna y sin alma, el
crecimiento es nulo, tan insignificante que es más bien de decrecimiento.
Creo
que esta es la triste radiografía de esta deformada y hundida Región y si nadie
me demuestra lo contrario seguiré defendiendo que las inversiones hay que
hacerlas donde sus resultados sean más favorables, sostenibles, rentables y más
redistribuibles para todos. Y como ya dije en un artículo anterior: Si tienes
un portaaviones, no lo destruyas, no lo desgüaces. Apóyate en él, cuídalo, es
el único que te podrá garantizar seguridad y futuro para todos.
Y,
por último, y en coherencia con estas generalidades que les he descrito, pido a
todos los ciudadanos responsables de Cartagena y su Comarca no den, cuando sea
menester, su confianza ni su voto a quienes han hecho posible esta cruda
realidad, que huyan de ellos, porque han de saber que el MASOQUISMO es una “Conducta sexual en la que se obtiene
la excitación y la satisfacción sexual a través del propio dolor físico o
psíquico, la humillación, la dominación y el sometimiento” No sea usted una
masoquista gratuito y tonto, que no le va bien. Pregunte a sus hijos, verá.
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