Ya sabrá lo último, sí, eso del déficit, que en todos estos
años de subidas de impuestos, tasas y pérdidas de servicios, derechos y puestos
de trabajo, y que, a su pesar, han sido incapaces de ajustar a las
recomendaciones de Bruselas. Muy al contrario, en cada uno de estos últimos 6
años lo han aumentado. Y la deuda también, no lo olvide, buen hombre, porque es
igual o más importante que aquél. También el PIB lo han bajado un montón de
puntos. Algunos se han dedicado a expoliar lo que era de todos y, de no
ponerles freno –echarlos de lo público-, no pararan hasta beberse nuestra
sangre. Tanta y tanta es la incompetencia y el desprecio hacia nosotros, los
gobernados. Han hecho gala de las conductas más indecorosas y depravadas y de
los engaños más profundos.
Tras esos 20 años dejan una Región con más de 6.700 millones
de deuda, con los índices de pobreza más altos, con las mayores tasas de
desempleo, con menos industria y capacidad productiva. Aquellos que aún pueden
trabajar, con los salarios más bajos y las pensiones más pobres. Al borde de la
intervención del propio Estado, al borde del mayor de los precipicios. O ese
Estado suelta dinero o lo vamos a pasar mal, muy mal. Tan grave es lo que nos
dejan las gaviotas tras su depredación. Pero tenemos un aeropuerto.
Los más grandes engaños, las más grandes mentiras, perpetradas,
legislatura tras legislatura, por elementos disfrazados de honorabilidad y
dignidades que no merecían. Sus siembras, al contrario del mal agricultor, no
las recogen ellos mismos, las recogemos nosotros, este desgraciado y arruinado
pueblo de esta uniprovincial y mal
llamada Región de Murcia. Estos elementos, con Valcárcel a la cabeza de tanto
despropósito e injuria, se han cuidado muy bien de sus propias recolectas y tan
solo los rastrojos han dejado a su paso para más de 1,5 millones de almas
engañadas y vilipendiadas.
Todos estos miembros de esta casta de embusteros hicieron
buen negocio para sus haciendas. Tan solo uno de ellos fue encarcelado y, sin
llegar a los dos años entre rejas, ya sale libre. Y les salen las cuentas de
sus crímenes, pues nunca devuelven el total de sus fechorías y la justicia, con
ellos, es leve, condescendiente y hasta buena amiga. La misma justicia que
ahora busca condenar a 9 años a aquellos que prendan fuego a un contenedor de
la basura y, que no digo yo que no haya de castigarse, pero dónde está la
proporcionalidad de los hechos y sus transcendencias. A esa justicia yo no la
reconozco, hace tiempo que me desengañó y quedaron rotos todos mis respetos
hacia ella.
El responsable de hundir esta Región huye de la quema
buscando refugio e inmunidad en Bruselas. Es un enfermo, un paranoico para una
tesis sobre el daño y el dolor que él y unos pocos bajo su mando, han estado
tramando, año tras año, para la gran mayoría de ciudadanos.
Pasarán muchas más décadas para recuperar los niveles
anteriores al 1995 –Año de la nefasta llegada- de este enfermo de soberbia, que
quiere evadirse lavándose las manos como hiciera el Pilatos. Nos deja hecha un
buen Cristo esta Región. Pero su cinismo le hace sentirse inocente y dormirá
por las noches a pata suelta, será verdad. Pero la Historia lo pondrá en el
lugar que le corresponde y dará vergüenza ajena comprobar tanto crimen gratuito
a todos aquellos que le dieron su confianza para que les administrara sus
cuartos. La Historia no falla. Y toda su sangre y la sangre de los que son como
él, serán malditos por siempre. Por sus hechos los conoceréis y sabréis,
sabéis, cuánto ha sido el mal que nos han dejado.
Ya saben, ahora en mayo vuelven a haber elecciones (Europeas)
no deje pasar la posibilidad de castigar, con su voto, a esta casta de
embusteros. Es su única arma. Acuda a su urna y ejecute su sentencia a este
partido fascista, neoliberal y enemigo de lo público. ¡Líbrenos del mal! Pues,
cualquier otro partido al que vote, será infinitamente mejor que este. Porque
es necesario reescribir los párrafos de una historia nueva y distinta a esta
pesadilla en la que nos introdujeron estos farsantes y trileros. ¡Mala gente!
Sin duda.
Un aeropuerto no, dos, uno al estilo castellonero o ciudadrealero que viene a ser lo mismo y también otro muy acogedor, que aunque ahora hay que pagar el parking en San Javier, lo asfaltaron, me gustaba mas cuando era de tierra virgen que era gratis.Tienes mas razón que un santo, te lo dice un valenciano-catalán casado con Murciana y residente en esa tierra fértil, jajaja, un abrazo José María.
ResponderEliminarMuchas gracias Futbolín. Sigo tus aportaciones en el blog de Palazón. Un abrazo muy cordial.
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