A pesar de tener en contra a los tres grupos políticos de la
oposición; a pesar de no contar con el apoyo de los vecinos, ni de los
comerciantes, ni de los hosteleros, ni tampoco de la Universidad, todos ellos
del Casco Antiguo, la alcaldesa de Cartagena sigue con el desgobierno que su
mayoría absoluta le procura. Prueba de ello es su solitario y oscuro empeño en
trasladar la estación de Adif a los terrenos de Mandarache.
Son las prisas ante los procesos electorales (En mayo de este
año, las europeas y en el 2015, las municipales, autonómicas y nacionales) lo
que, entre otras tenebrosas razones, mueven a Pilar para trasladar la estación
1.500 metros. Con esas mismas prisas se podría haber movido para evitar que
Madrid exponga, antes que Cartagena, el tesoro de la Mercedes. Estar de
diputada en el Congreso no ha servido para evitarlo. Burdamente, y pretendiendo tomar el pelo, una vez más, a los
cartageneros, la alcaldesa afirma sobre los restos encontrados en la Plaza del
Lago que es:
“Una foto de la toma de Cartagena por Escipión, del momento
exacto en que la ciudad de Aníbal fue ocupada y saqueada por los romanos”
Unas tinajas más y unos restos calcinados le son suficientes
para tamaño titular. ¡Qué poca vergüenza y qué poco rigor científico! Lo que la
arqueología ha perdido por no contar con Pilar como experta y pitonisa.
Pocas son ya las cosas que puede ofrecer a su siempre
engañado electorado. Aún no han terminado, con más de 20 millones de sobrecoste
y casi 10 años de obras, el Palacio de Deportes. Pilar ha dilapidado el dinero
de los cartageneros y no le queda un euro suelto. Sus megalomanías, bien caras
que las estamos pagando en el presente y, hasta en el futuro más lejano, la
recordaremos como la mayor embustera y despilfarradora.
A mí me da la intuición que, de salirse con la suya,
Cartagena habrá hecho uno de sus peores negocios como ciudad. Se desarrollará
una zona, la de Mandarache, demasiado amplia para las necesidades urbanísticas
actuales, sin equipamientos sociales (Los suelos serán para la estación) y sin
una chispita de alma, como las plazas que mal arregla, como la de S. Francisco.
Ha colocado por más de 130.000 euros una cafetería en medio de la plaza, que
cuando ésta ponga sus sillas y mesas, será todo un espectáculo y, además, el
concesionario de esta obra pública se las verá y deseará en obtener los mil
euros mensuales que le cuesta el alquiler. Eso sí, todo quedará registrado por
las muchas cámaras colocadas en los mástiles del alumbrado. Alumbrado
insuficiente y que, al ser de led todas estas luces te pegan fuerte en los ojos
y tienes que ir con la cabeza baja, como si buscarás algo en el suelo. Somos
testigos de la proliferación de bares, cafeterías en el Casco y esto es muy
probable que se convierta en una particular Burbuja. El Casco está
prácticamente deshabitado, los cruceristas no son suficientes y no hay tantos
visitantes, ¿Quiénes darán de comer a tantos establecimientos? ¿Qué ocurrirá
cuando llegue el verano? Un sector de servicios, como este que están
desarrollando, necesitan primero de los clientes y aquí se está poniendo el
carro delante de los caballos. Y con mayor inquina está el peor negocio al que
me refiero, cual es, trasladar la estación del tren a Mandarache. Parece
contrario con esa proliferación y cuando menos demasiado adelantada a la
llegada de los posibles visitantes del centro peninsular que no podrán llegar
paseando al Casco. Así, el futuro inmediato que espera al sector estación y,
por ende, al Casco Histórico, será iniciar, continuar, un lánguido proceso de
agonía. Sin regenerar los terrenos de la antigua Potasas, ni los de Zincsa,
estos seguirán como una verruga en la cara, que nadie quiere ver, pero que es
inevitable hacerlo, ya que es la entrada principal de la ciudad. Continuaremos
dando una imagen deplorable y tercermundista que disuadirá al más pintao. Además,
este sector se quedará –ya se ha quedado- sin el Rosell como segundo hospital
de la Comarca. ¿Qué futuro han previsto para este sector? Ninguno.
Adif dice que esa nueva estación del AVE en Mandarache será
singular. Miedo me da escuchar tal cosa, porque si no va a ser como todas las
construidas hasta ahora, no será de AVE.
Poco se sabe qué va a venir a Cartagena. Unos dicen que a las
dos vías le van a añadir una tercera. O sea, que por las mismas vías irán los
diferentes trenes, convencionales, alta velocidad y mercancías. Todo irá por un
solo ramal, que sale más barato. De Cartagena iremos a Murcia, de Murcia iremos
a Alicante, de Alicante volveremos a Murcia, después iremos a Albacete, de
Albacete a Cuenca y, por fin, de Cuenca a Madrid. En fin, que el billete nos
costará la paga de un mes, si viaja solo, y tardaremos más que ahora.
Desde el convenio firmado en julio de 2006 entre el huido
presidente Valcárcel, ella y Adif, han estado dilatando la llegada del AVE a
Cartagena con propuestas absurdas y los millones de euros (Más de 3) invertidos
en los trabajos previos en la antigua estación, tirados a la basura. Que por el
puerto de La Cadena para que pasara junto al aeropuerto privado y ahora
público, sin aviones. Que si esto, que si lo otro. Al final solo habrá dinero
para el soterramiento de las vías en Murcia y en Cartagena, que otrora fuera la
verdadera Estación de la Región, ahora pasará a ser un mero apeadero residual.
Esta es la filosofía: Cartagena ha de ser el trastero
regional donde arrinconar lo que los capitalinos murcianos no quieran. Además,
eso sí, recoger para la capital los beneficios que Cartagena y su Comarca sean
capaces de producir. Así, ésta mal
llamada y uniprovincial Región no progresará en la vida. A tanto llega la
mezquindad y la injuria capitalina hacía Cartagena y su Comarca.
Y con alcaldesas de Lugo el juego es mucho más fácil. A ella
plin, pues duerme más en Madrid que en Cartagena. Ya saben, cuando tengan
ocasión, van y la siguen votando, a ella y a su partido de la gaviota.
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