Jamás, nunca, en estas décadas de pseudo-democracia, ha
habido un partido tan corrupto como el PP. Toda la geografía española se haya
preñada de casos donde la mayoría de los responsables políticos de este pseudo
partido se encuentran imputados. Digo pseudo partido, porque más bien se
parece, en sus formas y comportamientos, a una mafia siciliana. Desde su propia
estructura interna, donde todos son elegidos a dedo del capo, hasta el reparto
de sobres de dinero negro, y sin olvidar
los fondos evadidos a los paraísos fiscales en cuentas que no paran de
aparecer. Los chantajes a las empresas amigas, los sobrecostes en toda obra que
realizan, sin olvidar el despilfarro que suponen las obras innecesarias e
inviables. Ya hemos visto cómo completan el comportamiento mafioso con el
asesinato entre sus propios miembros por las desavenencias en los repartos de
la tarta, como en León. Que es el colofón de lo que verdaderamente son: Una
mafia, en toda regla.
Nos centraremos en el caso de esta uniprovincial Región de
Murcia, donde estamos asistiendo al caso más grave de cuantos han sido y,
quizás sea, por el número de imputados que ya lleva la causa. Hablamos de Novo
Carthago. Tres consejeros autonómicos (Uno en activo, otro ya no está y otro,
Delegado del Gobierno en la actualidad);
una alcaldesa-diputada, la de Cartagena, pues es en su término municipal
donde todo se sustenta; su vice-alcalde; varios altos funcionarios de la cuerda
municipales y autonómicos; aparte de los propios de la empresa promotora.
Prevaricación y cohecho, de momento, y más delitos que de seguro harán
aparición.
A usted, estimado lector, le supongo al tanto de este
deplorable caso, por lo que evitaré los datos del mismo. Mi intención es hacer
recaer la atención en la falta de dignidad, valentía y honradez que tienen
estos personajes del Pp. Ninguno de los activos y con representación por cargo
público, ha pensado, si quiera, en presentar su dimisión. Ni la
alcaldesa-diputada hará uso de la puerta que la Fiscalía le abrió para su
presentación voluntaria y con abogado, ante el juzgado para hacerle unas
preguntitas. Agotará todo el tiempo posible y después el proceso seguirá
alargándose, gracias a su aforamiento. Los demás harán lo mismo, ganar todo el
tiempo posible para no tener que enfrentarse ante la Justicia.
Lo más grave es el comportamiento del propio presidente de la
Región que, si ya en el caso de la alcaldesa de Pliego (Ya condenada por
prevaricación), la exculpa hasta la resolución de su apelación, es de
vergüenza. Pero, claro, tan solo es el presidente de la Región, no es el
presidente del Partido, ¡Sí!, el que se marchó a Bruselas, huyendo de la quema,
que no dice ni pío, no vaya a ser que también le imputen por algún papel o
alguna confidencia que puedan aparecer por ahí. Estos son los hombres y mujeres
del Pp que llevan gobernándonos 20 años.
Un verdadero contubernio de la política entendida como el medio para
hacerse ricos a costa de los ciudadanos. Que ese fue y es siempre su fin.
Como soy cartagenero, me permitirá ahondar en la situación de
la alcaldesa-diputada. Ella, Pilar Barreiro, no es cartagenera, fue acogida,
como bien hacemos los cartageneros con todos aquellos-as que deciden vivir
entre nosotros. Así, sería aún más triste y rechazable su traición para con nosotros,
los cartageneros. Porque eso no se le hace a quien te acoge, no. Barreiro nunca
ha actuado en beneficio de la ciudad, porque, de haberlo hecho, no estaría ésta
como está, hecha unos zorros. Ni tendríamos el mayor número de parados de toda
la Región; ni la deuda que nos deja; ni un Ayuntamiento gobernado bajo los
intereses de unos poquísimos de sus amigos. Ni un Consistorio que no gana para
pleitos y juicios que casi nunca gana y que tampoco cumple con aquellos que no
le interesa. Ni tampoco ha sido ningún beneficio para la ciudad pagar por un
Auditorio como si fuera un Palacio Real, ni un Palacio de Deportes que no
termina y que, más se parece a un ovni que jamás volará y que nos traerá muchas
más sorpresas. Pilar se creyó una diosa del Olimpo, sin serlo, ¡Claro! Y como
jamás fue demócrata, pensó en trasladar la estación del ferrocarril a otro
lugar para que sus amigos, los de siempre, puedan seguir ganándose el pan de
cada día. Porque no consultó a nadie y mintió contando los apoyos que tenía y
que, en verdad, no tiene. Pilar ha hecho mucho daño a Cartagena, mucho. Creerse
sus mayorías absolutas por debajo del 50% de participación, no son, en verdad,
mayorías, son secuestrar el poder.
Pilar, si no acude voluntariamente a testificar ante el Juez,
demostrará de qué está hecha. Demostrará que todo lo suyo ha sido una
continuada mentira en el tiempo, un continuado engaño a los cartageneros-as.
Una verdadera tomadura de pelo. Solo aquellos que se saben inocentes tienen la
valentía de hacerlo. Y no parece ser ese el caso de la alcaldesa-diputada.
Ha tergiversado las voluntades de los pusilánimes, ha
manipulado a los medios de información local, ha sentenciado a otros, ha
forzado al silencio a muchos y nos ha empobrecido a todos los ciudadanos ajenos
a sus gobiernos.
Esperaremos a que se haga Justicia, esperaremos el tiempo
obligado, pero el próximo año, estimado lector, no la vuelva a votar a ella o a
su partido, si alguna vez lo hizo, y no deje de asistir ante su urna. Ahí
también se aplica la Justicia, La Justicia del Pueblo, la del Pueblo Soberano.
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