Cosas raras vieres,
amigo Sancho y ninguna de ellas huele bien y los tiempos parecen, más que
avanzar, retroceder.
Hace dos días que supimos,
a través de los diversos medios de comunicación, que la fiscal del Tribunal Supremo
había pedido (Abril 2015) el sobreseimiento de la causa abierta contra la
alcaldesa de Cartagena y diputada en el Congreso, Pilar Barreiro, por el caso “Novo
Carthago”. La fiscal que lleva el caso, Illana Navia-Osorio, presentó un
escrito ante el alto tribunal donde decía que “De lo actuado hasta el momento
no puede imputarse a Barreiro un delito de prevaricación”.
Hace la consideración
de que este sobreseimiento es provisional ya que la causa sigue siendo
investigada en los juzgados ordinarios de Murcia. Recordemos que con la
dimisión esperpéntica de otro de los imputados-aforados, el exconsejero Cerdá,
el caso debía de ser arrebatado al Juez que lo instruyó durante más de ocho
años en el T. Superior de Justicia de Murcia y devuelto a los ordinarios, que
ahora estarán estudiando toda la causa para conocerla.
Sin embargo, sucede que
esta misma fiscal, el pasado noviembre concluyó que de las diligencias del caso
sí se deducían indicios suficientes contra la alcaldesa de Cartagena y diputada
nacional, que justificaban que fuera investigada por un presunto delito de
prevaricación. Este informe, coincidía prácticamente con las conclusiones del
magistrado de la Sala de Lo civil y de
Lo Penal del TSJ de Murcia, Manuel
Abadía.
¿Qué puede haber
sucedido para este cambio de opinión? ¿Hay acaso alguna prueba que desbarate la
extensísima instrucción de Abadía? De noviembre 2014 a abril de 2015 lo único
relacionado con este caso fue la declaración de Barreiro el 5 de marzo, y ésta,
como es lógico, nada objetiva para
dirimir sus posibles delitos. ¿Qué mueve entonces a la fiscal para
desdecirse de sus declaraciones de noviembre? La larga visita de cuatro horas
de Vicente a la Fiscalía General del Estado el pasado mes de marzo, ¿Tiene
alguna implicación en el cambio de opinión de la fiscal Navia-Osorio?
Con la presentación de este sobreseimiento de Barreiro ¿Se pretende
cerrar la posible y pendiente inculpación de Valcárcel? ¿Para cuándo los
miembros de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo darán su opinión? ¿Se ha
pretendido mal limpiar la imputación de la alcaldesa para que pueda presentarse
en las próximas elecciones municipales y engañar así a los incautos y cándidos
votantes, que siguen siendo muchos, por desgracia.
Son preguntas que
surgen ante tal espectáculo de indecencia política y democrática.
El aforamiento ha de
ser abolido de nuestro Estado Social, representa una reminiscencia y
privilegios más de la Edad Media y sus aristocracias y señoríos, que del siglo
XXI. Evitaremos los privilegios de unos ciudadanos sobre otros y la Justicia
podrá ser un poco más justa e igual para todos.
No quisiera terminar mi
aportación a tan deplorables hechos sin mencionar la magnífica oportunidad que
tienen los ciudadanos españoles, en las cercanas elecciones municipales y
autonómicas, de cambiar el rumbo de su pueblo, de su ciudad, de su comunidad y
de nuestro País en noviembre. Dejen de confiar en aquellos que solo les engañan
y les arrebatan sus derechos y su dignidad de seres humanos. Tienen solo dos
letras: PP y un pájaro depredador sobre un fondo azul. Cuando desaparezcan,
este viejo País podrá empezar a vivir sin tanto listo de ladrón de guante
blanco, que eso es lo que son y no otra cosa.
¡Piénselo solo un RATO! Y después,
si lo quiere, váyase al “Bar de cenas” y se sacude de tanta sanguijuela suelta.
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