Que el dinero del que
pueda disponer en su cuenta corriente, mañana, le sea arrebatado por la
legalidad del sistema.
Que sus años de trabajo
y de pagar sus impuestos no le sirvan para cuando más lo necesite.
Que la estructura
económica en la que ha estado obligado se derrumba por la codicia y la usura de
unos pocos iluminados.
Que todo cuanto le han
estado contando en su vida es tan solo una retahíla de mentiras y engaños para
que unos pocos pudieran vivir como verdaderos reyes y señores de todos los
demás.
Que la civilización que
le vio nacer ha llegado a su decadencia obligada y condicionada por la codicia
y la usura de unos pocos.
Todo eso y más habrá de
ser considerado por usted y mucho antes de lo que se pueda imaginar. Porque no
es que este barco se esté hundiendo, es que está ya hundido y tan solo nos
queda el oxígeno almacenado en los compartimentos estancos y durará lo que
dure.
Una vez más las fuerzas
del mal salen victoriosas. Van a acabar con otra civilización de las muchas que
antes lo fueron en nuestra Historia.
Es nuestro sino bajo el
gobierno de esas fuerzas oscuras de las que nunca supimos liberarnos. Es
difícil hacerlo cuando todo está bajo el engaño y la mentira desde el inicio de
los inicios.
Han conseguido nuestro
agotamiento más profundo y nuestra mayor ignorancia sobre todo cuanto nos
rodea. En contra de lo que pudiera parecer, hoy, somos más borregos que nunca.
Son ellos los que manejan la información, la manipulan y tergiversan,
convirtiéndola en basura. La verdad nunca se puede alcanzar. Ellos lo han
impedido siempre con la única intención de mantenerse en el poder sobre este
mundo.
Hay movimientos que
levantan la sospecha, cuando menos, de que algo importante y trascendental
pueda llevarse a cabo en breve, aunque pudiera parecernos inverosímil y
disparatado, dada la aparente placidez en la que nos encontramos en esta parte
del orbe.
En nuestro día a día no
cabe el análisis sobre hechos aislados que se producen en décadas y que, solos,
no son entendibles. Un plan maestro requiere de tiempo, de estrategias, de
arduas tramas que se tejen poco a poco en el tiempo pero que tienen una
finalidad manifiesta cuando se ven en su conjunto. Hay un plan que nos
sobrepasa y del que no somos conscientes porque nuestra percepción será, tan
solo, para ver el final. Lo de los hechos consumados, que se llama.
Movimientos amenazantes
de tropas en puntos estratégicos, ratificaciones de los apoyos de los aliados y
alerta a los puntos adelantados y que, junto a una economía en la más absoluta
ruina, indican la toma de posiciones para el inicio de “otra gran empresa”.
“Otra gran empresa” de
la que usted y yo solo seremos unas víctimas más. Porque jamás de los jamases
fueron esas fuerzas oscuras perjudicadas por sus propios actos, sino todo lo
contrario, salen renovadas y más fuertes. Saben mantenerse al margen, que por
algo son ellos quienes planifican, dirigen y ejecutan el plan desde sus amplias
mesas de camilla. Seremos los “daños colaterales” que pagaremos sus orgiásticas
y malévolas tramas. Apelaran a los mismos principios de siempre para convencer
a las mayorías de la necesidad y bondad de sus intenciones. Caeremos como
moscas. Como siempre ha sido a lo largo de la Historia de este ser humano, al
que nunca permitieron ejerce como tal.
No espere ayuda de
nadie. Nadie vendrá. Ellos, esas fuerzas del mal, siguen dominando este aún
bello planeta. Y será, que el infierno no existe más allá de este mundo, porque
está en este. Al fin y al cabo aquellos ángeles caídos cayeron aquí y aquí
siguen, no descubiertos, per secula seculorum y, todo ello, mientras no haya
una masa crítica suficiente que desmantele tanto engaño.
A pesar de mi visión nada
optimista por lo que veo por ahí, no pido más que esas otras fuerzas de luz,
que no me cabe la menor duda de que las hay, nos ayuden y no permitan más
desastres. Que ya está bien de tanto sufrimiento innecesario y que si cometimos
algún “pecado venial” yo creo que lo hemos pagado ya, y con creces, a lo largo
de toda nuestra existencia como raza. Que nos permitan cambiar de bando, que
para ellos no ha de ser tarea ni imposible ni baladí. Y, si es que estamos
condenados para siempre, que nos lo digan y nos dejaremos de tonterías y
sandeces, que mucho parece estar durando toda esta broma de tan mal gusto. ¿O
no?
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