sábado, 31 de agosto de 2019

VOCES OFUSCADAS QUE CREO QUE RESBALAN

Pocos han sido los que han salido a defender el pacto anti natura que Ana Belén Castejón (Psoe) firmó y ratificó en el pleno de investidura del pasado día 15 de junio con PP y C´s para garantizarse su continuidad como alcaldesa –los dos primeros años- y vicealcaldesa, los dos últimos. No me cabe la menor duda que esa defensa proviene más bien del desconocimiento y de la ignorancia de una política sobrevalorada, cuya gestión tiene más sombras que luces, por mucho que algunos medios de comunicación –A saber cuánto nos ha costado- se empeñen en adornar los realitys shows que monta, ya que los resultados no se han visto por ninguna parte, ni siquiera en las urnas. Que el último alcalde socialista de la ciudad de Murcia, Pepe Méndez,  haya defendido en un artículo a esta impostada y folclórica política, que ha conseguido llegar a la cima a base de lisonjas y de decirle a todo el mundo lo que quería oír, me sorprende y demuestra que no ha entendido que la expulsión no solo obedece a un pacto que nunca debió darse, sino sobre todo a las circunstancias en que se produjo, arrastrando a la desobediencia a otros cinco cargos públicos de las normas del partido al que representan y en contra de las directrices recibidas por los votantes y desde la dirección regional y federal del partido. Llueve sobre mojado. No es la primera vez que afrenta a la dirección regional del partido y pone en el disparadero a sus secretarios generales (Como cuando encabezó a las alcaldesas rebeldes en defensa de la facción de Susana Díaz y desautorizó públicamente al anterior secretario general) Es lógico que los de la derecha lo defiendan, son muchos los réditos a obtener, pero que Pepe Méndez y algunos, pocos, socialistas lo justifiquen creo que es el resultado del ruido y embaucación de esta encantadora de serpientes. En mi opinión, patinan por no atender el verdadero fondo del tema y desconocen todo sobre ella. No solo de apariencias vive el ser humano y, éstas, la más de las veces engañan.

Si observamos la historia reciente, hay que recordar y partir de los resultados electorales de las dos últimas elecciones: En 2015, el Psoe fue la segunda fuerza política con 6 concejales, PP, con 10, la primera; MC, la tercera con 5 y C´s y Podemos con 3. En las elecciones celebradas en mayo de este año, el resultado fue el que sigue: MC, la primera fuerza política con 8 concejales, PP, la segunda con 7 y la tercera, Psoe con 6 concejales. C´s perdió uno de los tres que tenía anteriormente, igual a lo sucedido con Podemos.

De este resultado es fácil entender que los cartageneros optaron por MC, el único que subió, de 5 a 8 concejales, Psoe mantuvo los 6; PP perdió 3, quedándose en 7 y C´s perdió, igual que Podemos, un concejal quedando, tan solo, en 2. Entró Vox con 2 concejales. Claramente López fue el vencedor y el elegido por el pueblo y eso que fue el acalde dos años antes del proceso electoral y defenestrado todo su equipo los dos siguientes años. Castejón, siendo la alcaldesa los últimos dos años no supo ni logró rentabilizar la ventaja que esto procura y el viento favorable de tener un gobierno socialista en España, que sí se cosechó a nivel regional. Manifiestamente, rotundamente, categóricamente los cartageneros no querían a Castejón ni a su equipo.

En la legislatura anterior se formalizó un pacto entre Psoe-MC con el apoyo de Podemos que no quiso entrar en el gobierno.

Una vez vistos estos resultados hay que concluir que algo falló en la pasada legislatura para que en esta no se haya repetido el pacto con MC y Psoe, que no hubiera necesitado apoyo de terceros al haber conseguido entre los 8 de Mc y los 6 del Psoe, los 14 que posibilitan la mayoría absoluta del gobierno municipal de Cartagena.

Desde mi perspectiva y mis siete meses colaborando en la coordinación de ambos partidos Mc-Psoe al inicio de la legislatura 2015-19, les diré que la única culpable fue Ana Belén Castejón. Desde el inicio se dedicó a poner palos en la rueda y provocar a quien era entonces el alcalde, José López. Me argumentaba que nosotros éramos 6 y ellos 5. De tal premisa partía esta iluminada, obviando la firma y la lealtad debida a un pacto de gobierno. ¡Un disparate donde los haya! La crónica de una muerte política anunciada, pues le venía grande todo y ante la generosidad y superioridad –en todos los sentidos, políticos, éticos, culturales, humanos y morales del Sr. López- no encontró otro modo para joderle la gestión, hasta llegar al paroxismo, y una vez cedida la alcaldía por López en junio de 2017, no dudó en echarle a él y a sus cuatro concejales de las labores de gobierno, rompiendo así el pacto de legislatura para arrogarse todo el protagonismo y en un acto de prepotencia y soberbia que enturbia hasta el más mínimo sentido del raciocinio y lógica política. Por eso, sobran ahora las justificaciones para llegar al actual esperpento de pacto relativas a las maneras, los escándalos y exabruptos de López que argumentaban como ajenos a lo políticamente correcto. En realidad, este alcalde demostró conocer y sentir a Cartagena, y su mal genio obedecía y obedece solo a un estado de ánimo en respuesta a la degradación y todo tipo de agravios que soporta Cartagena y su Comarca en los últimos 37 años de Autonosuya murciana. Solo una mente perturbada y sin una visión política honesta y coherente en defensa de Cartagena y los cartageneros es capaz de semejante despropósito. Ya a primeros de 2018 reconocía en los medios estar “harta de equivocarse”. No voy a incidir en las cuestiones internas del propio grupo socialista que también las hubo y, todas, producto de una persona desequilibrada, artífice de todo este berenjenal y del que ella es la única beneficiada porque, entre otras cosas, le va el sueldo en ello.

El dramatismo que hoy quiere trasladar a la opinión pública por lo que considera una injusticia es parte de la medicina que ella ha venido aplicando entre todas aquellas personas que no aplaudían sus megalomanías y ocurrencias. Fui el primero en sufrirlas cuando me despidió tras meses de mobbing y también años después con la apertura de un expediente de expulsión del partido, tras 33 años de militancia. El motivo que se me achacó fue la utilización de mi libertad de expresión en las redes sociales, y visto lo visto, y que a ella no le venía bien… Expediente que fue presentado primero a una ejecutiva regional que rechazó. Sin embargo, tuvo más suerte con la llegada de una nueva dirección, que ignorante del pasado y de sus componendas, sí accedió a sus deseos dando curso. No me quedó más remedio, ante este atropello, que anticiparme a la infamia y, con un profundo pesar, darme de baja del partido al que tanto defendí y aun defiendo, porque para mí no son las personas –que van y vienen con mayor o menor acierto- sino su base ideológica que es lo que importa. No he sido la única víctima de sus truculentas maniobras. Otros concejales corrieron suertes parecidas, con traslados forzosos o resistiendo a sus incesantes amenazas. Por tanto, el tiempo ha querido que,  finalmente, se recoja lo que previamente se ha sembrado y quien a hierro mata a hierro muere. ¡Así parece que es esta vida!
Como resultado electoral, como voluntad de los cartageneros y cartageneras, hubiera sido normal y natural un nuevo pacto entre Mc – Psoe, en lugar de recurrir a la componenda anti natura de aliarse con el partido más corrupto de Cartagena, de la mal llamada CC.AA. de Murcia y de España. Solo ella ha sido quien han ido siempre en contra de esa voluntad y  han prevalecido los intereses personales sobre los obligados al partido y a los cartageneros. Mucha mediocridad y ruindad. Y no entro en la gestión puramente municipal de esta advenediza y oportunista de la política, porque sus frutos no pueden ser peores. No ha dado pie con bola. Algunas voces cuentan que sus actuales socios parece que se han llevado las manos a la cabeza cuando han echado un vistazo a las cuentas municipales. Lo que si diré para acabar es que ha faltado humildad y honestidad y esta profesional de la tergiversación ha optado por seguir dando el espectáculo, llevándose por delante al partido socialista en Cartagena y veremos qué pasa más allá del puerto de La Cadena. Mientras tanto, Mc continuará ganando concejales. 

Se lo dije en el verano de 2015: En las próximas elecciones electorales nadie alcanzará ya la mayoría absoluta, estamos condenados a entendernos. No me hizo caso y se deshizo de mí. No quieren asesores, quieren palmeros y soplagaitas.