Así
andamos todos, alarmados, desasosegados, inquietos y temerosos. Sabemos que
vivimos en un mundo injusto y caótico donde las desigualdades son el común
denominador y donde las incertidumbres las tenemos más que presentes y en el día
a día, donde el medioambiente y el equilibrio ecológico han sido rotos y que de
todo ello se ha estado encargando este sistema extractivo. No vivimos en paz,
ni con alegría y muchos, demasiados, con excesiva insuficiencia para vivir. No
nos dejan. Nunca lo han hecho.
Creo
que hay algunos empeñados en que esto sea así, per se. Desde que Eva comió de
la manzana y la ofreció a Adan, fuimos sentenciados, y el padecimiento ha sido
continuo y pareciera que reconvirtieron ese Paraíso en un Infierno. Nunca hay
calma ni tranquilidad, ni sosiego, ni paz, ni siquiera silencio y, cuando lo
hay como ahora, hasta nos da miedo. Se cuenta que desde hace siglos se nos dio
un paraíso –este planeta Tierra lo es- y que, desde entonces, no hemos hecho
otra cosa que joderlo día a día, hace ya algunos largos milenios. Nos matamos
los unos a los otros por dinero y riquezas. Solo por eso. Unos las obtienen y
viven como dios y otros que, al serles arrebatadas, viven como parias. Los unos
ordenan, los otros obedecen en espera de que alguna migaja se descuelgue, si es
que se descuelga. Nadie dice la verdad, ellos la manipulan desde muy antiguo
para mantener su status, su elitista clase prepotente, repleta de soberbia y de
codicia. Así y todo, aún somos la criatura por excelencia del Creador, su mayor
creación, ¡Menos mal! Y aquellos que se erigen como representantes suyos
pertenecen al grupo de los unos, no del de los otros. No lograré entenderlo
nunca. En fin. Lo que sí tengo claro es la necesidad de información libre y
veraz alejada de esos unos que la manipulan en su favor y en contra de los
otros.
Parece
ser que las guerras mundiales sufridas en el pasado siglo ya no tienen lugar en
este, o sí. Es como si se hubiera sofisticado el proceder. Qué necesidad tienen
de destruir todo como antes, si ahora disponen de mejores y más efectivas
armas. Destruir para reconstruir no tiene sentido ya, porque el objetivo
–hacerse con el control de la riqueza- no requiere destruir infraestructuras
carísimas. El control se ejerce desde un buen ordenador y con los algoritmos
apropiados que les indiquen las acciones a emprender y las consecuencias que,
de ellos, deriven. Les sobra gente, mucha gente y les faltan materias primas. Además
necesitan mucho dinero, todo el posible, todo el que haya y buenos apuntes
contables en la nube que ellos crearon.
Ahora
nos han presentado un bichito que nadie sabe si ha sido producto de algún
laboratorio por aquello de unos aminoácidos que parece que no debieran estar
donde están y de unas olimpiadas militares en Wuhan del pasado octubre, en las
que, según parece, lo dejaron suelto unos soldados de un ejército muy poderoso.
El caso es que, con anterioridad al desencadenamiento del bicho, ya se planteaba
en foros de grandes personajes del elitista sistema, que algo así podría producirse
en este pequeño mundo. Todo muy estudiado y medido. Ya suelto el bichito y
constatada su extrema virulencia, los Estados cierran filas y fronteras, aíslan
a sus poblaciones y buscan cómo atajarlo a él y a sus consecuencias económicas
y sociales. Ingentes millonadas de dinero serán dispuestos para ganarle la
batalla. Es justo y necesario. Luego ya
veremos cómo se paga y a quién o a quiénes. Estoy seguro que las consecuencias
van a propiciar cambios drásticos en todos los ámbitos, sociales, económicos y
culturales. El mundo inmediato que nos viene va a ser indescriptible y no valdrán
las buenas voluntades de la buena gente. A ellos, a quienes provocan tanto
dolor, todo eso les resbala desde lo alto. Están seguros, demasiado seguros,
tienen el control y todo el poder.
Un
virus que parece ser selectivo hacia aquellos más longevos y que, con otros
problemas de salud añadidos, ya fueron objeto de análisis en abril de 2012 según
informe sobre la estabilidad financiera mundial del FMI y donde se recogían
consideraciones como estas:
*
“Vivir hoy más años es un hecho muy positivo que ha mejorado
el bienestar individual. Pero la prolongación de la esperanza de vida acarrea
costos financieros para los gobiernos a través de los planes de jubilación del
personal y los sistemas de seguridad social, para las empresas con planes de
prestaciones jubilatorias definidas, para las compañías de seguros que venden
rentas vitalicias y para los particulares que carecen de prestaciones
jubilatorias garantizadas.
* Las implicaciones financieras de que la gente viva más de
lo esperado (el llamado riesgo de longevidad) son muy grandes. Si el promedio
de vida aumentara para el año 2050 tres años más de lo previsto hoy, los costos
de envejecimiento –que ya son enormes- aumentarían un 50%
* El riesgo de longevidad es un tema que exige mayor atención
ya, en vista del impacto financiero y de que las medidas eficaces de mitigación
tardan años en dar fruto…” (Abril 2012)
Según Eurostat en 2018, “...El impacto del envejecimiento de
la población dentro de la UE puede ser muy importante en las próximas décadas
(Ya lo es) El descenso continuado de las tasas de natalidad y el aumento de la
esperanza de vida están transformando la forma de la pirámide de edad dando una
estructura de población mucho más envejecida. La proporción de personas en edad
laboral está reduciéndose, mientras que el número relativo de personas está
aumentando… Esto, a su vez, implicará un aumento de la carga sobre las personas
en edad laboral a fin de hacer frente al gasto social exigido por el
envejecimiento de la población para una serie de servicios conexos…”
El 18 de octubre de 2019, el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, en asociación con el Foro
Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, llevó a cabo en Nueva York el “Evento
201” Este evento, del que además participaron líderes mundiales de negocios,
gobierno y salud pública, consistió en un simulacro pandémico de alto nivel en
el que fueron expuestas las áreas en las que serían necesarias “alianzas
público/privadas” para hacer frente a una eventual pandemia de
coronavirus y disminuir las consecuencias económicas y sociales a gran escala. “El ejercicio sirvió para resaltar los
desafíos de preparación y respuesta que probablemente surgirían en una pandemia
muy severa”. (https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/16/quienes-hicieron-el-mapa-de-johns-hopkins-ya-habian-hecho-un-simulacro-en-octubre-pasado/)
Serán coincidencias, puras coincidencias. Pero cuando se
trata de rearmar un puzzle, solo hay que tener paciencia y todas las piezas.
Ponerlas en su sitio es más fácil, porque, o encajan o no encajan… Y esas
buenas intenciones que dejan caer en sus palabras no son verdaderas, son falsas
y no están, de cierto, en su agenda. Ellos no son Estado, ellos son lo Privado.
Ya en 2002 apareció el virus ZH; en 2004 el Shark; en 2005 el
de la Gripe Aviar; en 2009 el de la Gripe Porcina; en 2014 el Ébola; en 2016 el
Zica y ahora en 2020 el Coronavirus. Todos registrados en la oficina de
patentes de los EE.UU. Virus que han ido mejorándose genéticamente según los
objetivos a combatir.
Puede que se esté jugando una gran partida de ajedrez bajo
los mismos criterios y las mismas pretensiones de esas extractivas élites y,
puede incluso, que aún no vislumbremos lo dantesco que puede llegar a ser el
escenario real que nos están preparando. Iremos, poco a poco, viendo el
desenlace y cómo queda armado el nuevo puzzle.
Porque esto que estamos sintiendo puede que sea solo un
ensayo para el Apocalipsis. Porque un Apocalipsis ordenado siempre será mejor
que otro que no lo esté. Es la sofisticación de la que les hablaba antes. Es
como aquella escena de la película “La Vida de Bryan” donde el centurión pedía,
a todos los condenados a la crucifixión, hacer una bonita procesión hasta el
Calvario. Si se consigue el control de las masas, sí se consigue que
permanezcan en sus casas, ese Apocalipsis lo será mucho menos. Será más
aséptico y mucho más llevadero para quienes le sobrevivan porque sus casas
serán sus propias mortajas y sus propias tumbas y saldrá mucho más barato.
Recuerden que lograron construir la bomba de Neutrones para que los daños fueran
solo sobre lo que realmente les estorba –los seres vivos- y no sobre las
infraestructuras y los enormes bienes materiales que tenemos. Que ya puestos, hagámoslo
bien.
Noticia en Diario 16 del
pasado día 15: “Mientras en España y en Italia el coronavirus se está
expandiendo y la ciudadanía de los dos países está recluida en sus casas para
evitar contagios, 20.000 soldados estadounidenses han llegado a Europa en siete
aeropuertos. Este contingente se verá incrementado con la llegada de otros
10.000 a los que se sumarán otros 7.000 militares de otros países europeos.
¿Este despliegue
está orientado a proteger a la ciudadanía europea del coronavirus?
Evidentemente, no. La realidad es que estos militares han llegado a Europa para
iniciar la Europe Defender 20 que
comenzará el próximo mes de abril y finalizará en junio.
Se trata de un
ejercicio militar diseñado por el Gobierno de Donald Trump, en colaboración con
la OTAN, para probar las estrategias que deben utilizarse por parte de Estados
Unidos y Europa cuando se produzca una amenaza que llevar a una hipotética
guerra. La principal amenaza que hay ahora mismo en la Unión Europea es el
coronavirus. Si no se despliegan esas tropas para luchar contra el COVID-19,
¿qué amenaza existe?
La única que
pudiera existir, tomando como referencia la mentalidad conspiranoica de los
Estados Unidos, es Rusia —aliada de China—, país con el que, de cuando en
cuando, se crean tensiones, tanto contra los rusos como contra sus aliados.
Para este
ejercicio, además de los 37.000 militares, llegarán más de 14.000
equipamientos. Entre esos equipos, ¿están incluidas las medidas para la
protección del coronavirus? No, ya que, según ha informado el Pentágono, los
soldados están sanos y exentos de contraer el coronavirus.
Teniendo en
cuenta la situación que hay ahora mismo en Europa con el COVID-19, no se
entiende que este ejercicio militar no se posponga, sobre todo después de que
la OMS haya declarado que estamos ante una pandemia global.
Sorprende,
además, la diferencia de trato respecto a los militares estadounidenses que
podrán circular libremente por Europa mientras la ciudadanía se ve obligada a
estar recluida en sus hogares para evitar más contagios.
Por otro lado,
desde un punto de vista geopolítico, surge una pregunta: ¿por qué se va a
llevar a cabo este ejercicio en una zona geográfica cercana a Rusia, con las
consecuencias que puede tener? El gobierno de Vladimir Putin ha planteado
numerosas objeciones a esta Europe Defender 20 y, viendo que no ha recibido
respuesta alguna por parte de los Estados Unidos ni de la OTAN, colocará a sus
tropas en estado de alerta, lo cual genera un escenario nada tranquilizador.
Por su parte,
China, aliada de Rusia, firmó hace meses un contrato con Italia para reforzar
sus relaciones comerciales. Este acuerdo fue interpretado por diferentes
analistas estadounidenses como una amenaza puesto que hacía menor la
dependencia de Italia con los Estados Unidos.
El coronavirus
nace en China y, casualmente, el país europeo donde el brote ha sido más
importante ha sido Italia. El pánico se generó por la difusión que se hizo de
los primeros contagios en el país transalpino cuando, en realidad, el
desencadenante no estaba relacionado con un ciudadano italiano.
La alianza de
China y Rusia, además, supone una gran amenaza económica para Estados Unidos,
ya que reduce la importancia del dólar en el mercado mundial, lo cual le genera
una pérdida de poder a los norteamericanos, tanto desde el punto de vista
económico como geopolítico. Este hecho ha provocado, por un lado, diferentes
provocaciones estadounidenses hacia Rusia a través de movimientos en los
mercados y despliegue de tropas.
Sin embargo,
mientras que la ciudadanía del mundo tiene los ojos clavados en China, Italia o
España por la crisis del coronavirus, Estados Unidos ha decidido desplegar sus
tropas en territorio europeo para realizar un ejercicio que perfectamente se
podría posponer hasta que pase la crisis sanitaria y social que vive el
continente.
Entonces ¿por qué
tanta presión para que lleguen a Europa soldados estadounidenses para un simple
ejercicio y sabiendo que esto provoca en Rusia un alto nivel de alerta militar?
Mientras todo esto está ocurriendo, la humanidad está pendiente del
coronavirus. En realidad, ¿qué está pasando?” (https://diario16.com/el-ejercito-de-estados-unidos-se-despliega-en-europa-a-pesar-del-coronavirus/)
Todo lo anterior en cuanto a un posible Apocalipsis
artificial, sin olvidarnos de que los auténticos Apocalipsis son los naturales.
Esos son los genuinos. Y todas las culturas y civilizaciones recuerdan el último en su más íntimo y
ancestral conocimiento y cada cierto tiempo, vuelve. Son naturales ciclos
cósmicos y quizá ya hallamos tocado techo y un nuevo reseteo sea necesario para
borrar tanto error sin sentido y tanta ALEVOSÍA de los que siempre se erigieron
en los “Sumos Sacerdotes” (Alevosía: 1.- Circunstancia de haberse asegurado
quien comete un delito contra las personas de que no corre ningún riesgo que
pudiera provenir de una reacción defensiva por parte de la persona atacada. 2.-
Traición, deslealtad.
Todo es posible que se complique en el grado máximo. Pero
también cabe la esperanza de ser auxiliados por quien pueda hacerlo, solo de su
voluntad depende. No la perdamos. Que no estamos solos.
Que les vaya bien, amigos congéneres. Mi abrazo más sincero y
fraternal y que no nos pase nada y volvamos a vernos pronto. Será un buen
síntoma.