sábado, 2 de agosto de 2014

PINTURAS DE GUERRA EN EL PLENO MUNICIPAL DE CARTAGENA

Este pasado lunes tuvo lugar el último pleno antes de las vacaciones de agosto y fue un pleno extenso en su duración, nada, por otra parte, habitual en ellos. Que para algo están los rodillos de la mayoría Pepera.

Como es normal el Pp desestimó todas las mociones y preguntas que los partidos de la oposición le plantearon e intentaron justificar sus posturas desde la arrogancia que su preeminencia de votos, les lleva procurando en las últimas cinco legislaturas. Ni tan siquiera alguna respuesta a la situación de imputada en el caso de Novo Carthago y que, en una batería de nueve preguntas, fue realizada por Ana Belén Castejón a la alcaldesa. Ésta continúa despreciando a los cartageneros y busca la dilatación del caso aprovechando su condición de aforada por el Congreso (Ya han pasado los 30 días que el juez instructor, Sr. Abadía, le concedió para su voluntaria comparecencia ante el juzgado). Pero hubo una excepción, que siempre suele haberlas, con una moción presentada por la portavoz socialista Caridad Rives, que le fue aprobada y, además, halagada su figura política y humana en todos estos años. Según parece, el próximo septiembre, Rives, se reincorporará a su instituto, dando por finalizada, así, su etapa política.

También el socialista Julio Nieto fue objeto de halagos hacia su oratoria y lo bien que lo haría de portavoz de su grupo. En este reparto de mimos no tuvo suerte alguna la concejala y secretaria general municipal, Ana Belén Castejón. Tan mala suerte tuvo, que todo cuanto le dijeron fue, de todo, menos bonica. Hace tiempo que le dedican sus mejores exabruptos, como intentando minarla. Desconocen con quién están jugándose el futuro. Que aquellos sin hipoteca cuentan con algo muy grande como es la libertad para todo. Y, eso, a pesar de que en el 2008 firmara su adhesión a la segregación de Pozo Estrecho de Cartagena. ¿Quién no quiere para su pueblo lo mejor? ¿No es eso digno? En 2008, ustedes llevaban 14 gobernando, ¿Qué dejaron de hacer en dicha diputación para que tuviera esa necesidad de segregarse? Busquen otras excusas con las que atacar, esta no les vale. Y recuerden, sus pretéritos allegados biológicos e ideológicos, juraron lealtad a la II República y tras traicionarla, la mataron. Eso sí es a justiciable, lo otro, es jugar a las casitas.

Nada es porque sí y a cada cosa le corresponde su razón de ser. Veamos: durante estos veinte años de gobiernos mayoritarios del Pp, la oposición ha brillado por su ausencia y, más de las veces, incluso, la sociedad cartagenera ha percibido, ha intuido, cierta complicidad entre el equipo de gobierno y el principal partido de la oposición. Como resultado, en cada convocatoria electoral, el Psoe ha ido perdiendo respaldo electoral. De 13 concejales con los que perdió las elecciones del 95, hoy tan solo alcanza los 5 y el último resultado en las europeas, el número de votos superó, en poco, los 10.000 de un censo de más de 150.000 electores.  No es, que digamos, una buena trayectoria, más bien todo lo contrario.

Ni las dos legislaturas de Zapatero en La Moncloa significaron algún cambio. Así, es fácil afirmar y asegurar que el Psoe en Cartagena ha permanecido en un “fuera de juego” absoluto. O sea, que ser “buena persona y gran política” hay que entenderlo según quién lo diga. Y, como en este caso, quien lo dice son los del pepé, pues como que les jode la posibilidad de perder alguien con tales atributos y que tanto, parece, les ha satisfecho. A muchos nos gustaría poder subscribir lo de “gran política”, pero los datos son fríos y en nada ayudan para ello.

Después tenemos el elogio a la excelente oratoria de Nieto, que nadie la duda, pero de la que podemos hacer una matización: ¿De qué te sirve tener el espíritu henchido y el estómago vacío? Siempre es al revés, primero llenamos el estómago –damos satisfacción a lo básico para vivir- y después nos permitiremos el cultivo de las artes plásticas y oratorias. ¿De qué sirven los grandes oradores si no ganan una elección? Ganar una elección significa la posibilidad de aplicar tus políticas, en este caso, las socialistas, para intentar que el progreso y las necesidades más básicas estén cubiertas y atendidas por los poderes públicos, que para eso nos sacan nuestros dineros en tasas e impuestos. A intentar los repartos igualitarios entre todos los que conformamos estas sociedades que nos hemos dado. A evitar que unos listillos nos roben en nombre del poder político que les damos y que no les pertenece. A luchar por conseguir que estos neoliberales y neoconservadores obtengan poder alguno del ciudadano. ¡Desenmascararles y denunciarles! Para eso no hace falta oratoria alguna, hacen falta otras virtudes.

Al Pp municipal en Cartagena les ha fastidiado muy mucho la aparición de una jovencita –Ana Belén Castejón- que derrocha la energía propia de su juventud con una única finalidad: Acabar con los despropósitos y los desgobiernos de un partido conservador y de derechas que, tras veinte años, ha sido incapaz de solucionar los problemas de Cartagena. Por eso la critican, la menosprecian, la ignoran y la quieren hundir, antes, incluso, de que llegue. Demasiado miedo aflora en sus filas, si llegara algún día en el que pudieran abrirse los cajones y destaparse las alfombras de tanto y tanto desgobierno municipal.

La temen, esa es la verdad. Saben que no ha irrumpido en la política municipal para llegar a acuerdos interesados solo para unos pocos. Quiere levantar todas las alfombras consistoriales y, si la ciudadanía la apoya y su partido la respalda, devolver la dignidad, el progreso y el desarrollo – a todos los niveles- de una ciudad desbastada por políticas clientelares y de mesa camilla. A eso tienen miedo, a perder la tranquilidad que, hasta ahora, consiguieron con los grandes oradores y las grandes políticas que, olvidándose de su única misión, optaron por otras más cómodas y placenteras.

Desconocemos cuál será la voluntad y a quiénes apoyará el partido socialista local y regional, de si optará por más de lo mismo, o, como ha ocurrido a nivel nacional, hará por cambiar los vicios de tantos años de oposición y permitirá que la honradez propia de toda juventud pase a romper con tanto y tanto inmovilismo y aceptación de lo inaceptable social, política, económica, y culturalmente.


Lo que es indudable es que apenas cuentan con 9 meses antes de las elecciones locales y autonómicas, para recomponer el partido y devolver a la ciudadanía la credibilidad que llevan perdida. Quizás sea su última oportunidad para seguir en este juego de la política, pues muchas son ya las alternativas, y poco el tiempo, que corre en su contra. 

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