El ministro, Sr. Montoro, pierde toda su veracidad, si es que
alguna le quedaba y nosotros los españolitos seguiremos desconociendo lo que,
por cierto y en justa correspondencia, también habría que argumentar con el “Imperativo
legal”, debiéramos conocer y que hasta ahora tan solo intuimos por tantas y
tantas noticias en las que ha quedado suficientemente demostrado que, en este
viejo y arruinado País, nos ha robado hasta el más pintao.
El imperativo legal cubre no solo las vergüenzas de aquellos
–demasiados- que durante decenios, y en los puestos más altos y más bajos, de
esta corrompida administración han estado robando con artimañas y sin ellas.
Unos lo hacían solos y otros acompañados de sus propias huestes, que también
mojaban en la sopa. El caso es que no hay País que soporte tal cúmulo de
latrocinios sin que se resientan sus muros más viejos y ancestrales. No es otra
cosa este imperativo legal, que la excusa para ocultarnos quiénes nos han estafado
durante tanto y tanto tiempo. Apelan a la seguridad del Estado como si el
empobrecimiento y pérdida de derechos de la gente no fuera también un ataque a
esa seguridad. Les pierde tanta ceguera y tanta usura.
Quizás por ello, el también supuesto cobrador de sobres y
presidente del Gobierno haya comunicado a la Merkel primero y a todos nosotros,
después, que aún quedan 2 ó 3 años de ajustes y que éstos andarán sobre los
50.000 millones de euros. No se quiénes aguantarán más esta situación de locura
y de pobreza y, quizás por ello, se hayan apresurado a reforzar los elementos
de defensa de la policía nacional y adquirido hasta un camión de esos con agua
a presión. Las decenas de miles de manifestaciones habidas hasta ahora han sido
un ejemplo de comportamiento pacífico, que, sin embargo, a este gobierno le
indujo a realizar una nueva Ley de Seguridad Ciudadana en la que aquellos
buenos manifestantes son considerados como un peligro público. Quizás sepan que
nos dirigen inexorablemente al levantamiento y tomen sus medidas.
A todos ellos no les afecta, pues continúan ganando –de
nuestros impuestos y tasas- sus buenas pagas. Creen, que manipulando la
información, convencerán al personal de que todo va bien. Y salen con este
nuevo recorte, que no es moco de pavo y se suma a los 7 largos años de una
crisis que no es tal, sino una estafa piramidal de aquellos banqueros y
financieros que, como dueños del dinero, hacen lo que les sale de sus
entresijos sin que ninguna autoridad, ni ningún Estado, ni ninguna asociación
de Estados –cada vez menos soberanos- digan ¡Basta ya! Ellos, los mismos a los
que se les llena la boca con aquello de que sirven a los ciudadanos, son meras
marionetas de un sistema que nos está conduciendo al suicidio colectivo y que,
al ser colectivo, también les alcanzará, que no lo duden ni por un instante.
Así, ese “Imperativo legal” es el cajón de sastre donde
guardar los casos de la mafia china, de su anterior majestad, de los poseedores
de cuentas en Suiza y demás paraísos fiscales, de la carpeta “Soleado” de
Falsana, de expresidentes y presidentes, de consejeros delegados de grandes
empresas multinacionales y de grandes e “Ilustres banqueros”, de chóferes y
adjuntos, de consejeros y exconsejeros y de toda una ristra de chorizos que han
provocado y extendido la pobreza a las gentes que, ni lo eran, ni tenían por
qué serlo.
Así, ese “Imperativo legal” preserva a lo que ellos llaman
“ESTADO” y ese Estado ya no es el nuestro, no es el de la gente que sufre y
padece las miserias por ellos provocadas y que cada día son más legión. Ese
ESTADO es una simple ESTAFA. Hasta el buque insignia de la Armada era nido de
la corrupción a través del tráfico de drogas. No se libra ni El Tato. Que sepan
que la ESTAFA será debidamente tratada, a la altura de lo que merece, aquí y en
Francia y en el resto de esta Europa que han dejado morir a su suerte.
A cambio de soportar tales y numerosas ignominias, nos
ofrecen trabajos por menos de 500€. ¿Quién puede vivir con 500€? Despidos
gratis, contrataciones por horas o minutos. Mientras el barril de crudo baja,
ellos suben sus gasolinas; mientras los alemanes ya producen el equivalente a
20 centrales nucleares con las fotovoltaicas, estos fascistas, estos
dictadores, buscan petróleo en Canarias y deshacen nuestros huertos
fotovoltaicos y pagamos la electricidad como si fuera oro. Sus empresarios
quieren más reformas laborales y aún menos derechos para el trabajador. Querrán
que el currito les pague por ir a trabajar. ¡Se han, todos ellos, vuelto locos!
En estos pocos años han destrozado todas nuestras esperanzas
y las de nuestros hijos e hijas, y se ríen, y se muestran complacidos. ¡Cínicos
y malvados! Eso es lo que son.
¡Imperativo legal! En eso se escudan para mantener el orden
que ellos han alterado, que han maleado e infectado con los peores virus de la
codicia y de la usura de sus sucias y repugnantes almas.
¿Dónde está la Justicia? No la esperen, también se halla
infectada y ya nadie cree en ella. Años y años de instrucciones que solo ayudan
a los encausados y hacen olvidar los casos pero no las consecuencias de los
mismos que se sufren en el día a día. Los causantes de tanto dolor andan
libres, mientras que las mayorías penan con las culpas por ellos provocadas.
Unos pocos se ríen de millones y los aplastan con su
prepotencia usurpada por la mentira y el engaño. ¿Quiénes se piensan que son?
Si no son más que la escoria y la basura que sus padres nos dejaron para
nuestro padecimiento, para nuestra y su vergüenza, si tuvieron alguna.
¡Imperativo legal! ¡Váyase usted a la mierda, Sr. Ministro!
A la mierda no, a tomar por saco.
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