Según los cálculos realizados en 2010 por John Rudge del
departamento de Ciencias de la Tierra de la universidad de Cambridge, nuestro
planeta tiene 4.470 millones de años.
Si partimos de una vida media de 80 años para una persona y
le restamos los años de niñez, la efervescente adolescencia estudiantil y también sus años de
ñoñez, podríamos decir que su operativa más racional tiene unos 40 años como
mucho. Además debiéramos restarle los años ocupados en trabajar o en buscar ese
trabajo que le dé para mal comer y mal vivir pagando y pagando gracias a los
continuados préstamos que inevitablemente ha tenido que suscribir a lo largo de
esos años de curro. También en sacar adelante su prole, que no es moco de pavo.
Con todo ello y algunas otras cuestiones que alcanzaríamos añadir, como la
salud, podríamos hablar de que tiempo para pensar y racionalizar cuanto nos han
estado contando durante toda la vida, hemos tenido poco, muy poco. Así, nuestras
percepciones y actuaciones han estado
dirigidas desde nuestro nacimiento no para recrearnos una historia verídica
sino, más bien, un cuento para niños. Todo nos ha sido dado per se, las cosas
son así, y esto, y aquello y lo demás allá; siempre fue de esta forma y manera,
cuídate de actuar distinto, ¡Ni te lo plantees! Hemos sido deliberadamente
condicionados a pensar y a proceder conforme a un modo obligado e inducido por
las circunstancias, modas y usos del
momento. Y, si encima añadimos que el sistema político en el que te has criado
es una dictadura co-vaticana genocida e instaurada por “la gracia de dios”, ni
te cuento. Más tontos que nadie y, además, con miedo y calladitos.
Nos han llenado de leyendas; mitos; fábulas; dioses y diosas;
vírgenes; ogros y gigantes; símbolos; hadas y brujas; santos; druidas; magos;
hechiceros; dragones; serpientes; hombres de negro; sociedades secretas;
masones; rosacruces; gnomos; príncipes y princesas; religiones… Con un solo
objetivo: Que no puedan saber LA VERDAD, esa que dicen que nos hará LIBRES. Nos
quieren ESCLAVOS e IGNORANTES.
La cuestión de fondo radica en que a día de hoy hay un número
demasiado importante de personas (Masa crítica)
que no creen, ni de perfil, en la certeza de la existencia de seres
inteligentes de fuera de este planeta. No es por la falta de pruebas, no es por
lo sensato y coherente que resulta creer en ello, no es por tanta evidencia
racional, tan solo es por comodidad. Una comodidad que es vaga y conformista
con la mediocridad y el primitivismo de este mundo. ¿Que se van a terminar las
romerías y las procesiones? ¿Que se van a cerrar tantas iglesias y pagodas?
¿Qué va a ser de nosotros si dejamos de estar alienados? ¿Que no habrán más
guerras; ni hambres; ni éxodos; ni pandemias; ni atentados; ni miseria? Se
prefiere creer en algo intangible antes de conocer lo tangible, es más fácil y
no implica ningún calentamiento de cabeza, ni salirse del cuento.
Si hubiera una masa crítica suficiente que creyera en lo
evidente de otros mundos habitados por seres mucho más avanzados y de los que,
incluso, dependiera nuestro origen y existencia, las cosas empezarían a cambiar
a los ritmos adecuados y en la dirección correcta. Es como el indígena de una
tribu ignorada y perdida que tiene la oportunidad de salir de su aldea y
descubrir que el mundo en el que vive tiene otras muchas realidades diferentes
a la suya y que lo que le han estado enseñando sus sacerdotes no es del todo
cierto. De regreso, el indígena sería tomado por loco. Está solo ante todos, la
masa crítica no está de su lado, aunque la verdad le acompañe. Ya no se sentirá
partícipe con la realidad de los suyos. Será cuestión de tiempo que el resto de
la tribu vea esa realidad y el tiempo para cada cosa siempre llega, es
implacable.
El ministro de transportes de Irak inauguró hace unos días un
aeropuerto y se atrevió a decir que en
Irak, hace 7.000 años, ya había aeropuertos, que fueron los primeros en
construirlos. Irak, cuna de la cultura Mesopotámica, origen de las primeras y
más grandes civilizaciones, cuna de los primeros procesos agrícolas y de la
invención de la rueda y de cuantos elementos significaron un antes y un después
en nuestra evolución técnica…… Avances que tuvieron lugar de un día para el
otro y gracias a los que bajaron del cielo, que eso de la ciencia infusa es
otra cosa.
De esa edad de 4.470 millones de años que tiene nuestra casa,
nosotros tan solo conseguimos vislumbrar algo de los últimos 10 ó 12 mil años.
Y si le quitamos todas las mentiras que nos han estado contando solo podríamos
hablar de lo que cada uno ha sido testigo en su propia vida. O sea, nada. Porque
la historia, el cuento, es del todo manipulable y se tergiversa según convenga
a quien tenga el poder de destrucción, el poder de asesinar.
Pero seamos claros, aun creyendo en la existencia de otros
seres inteligentes, no pensemos que son la solución a nuestros problemas porque
muchos de ellos fueron por su causa: “Se
acusa a los ángeles guardianes por haber desviado su misión y encarnado la
explotación, la opresión, la destrucción de los ecosistemas, la guerra, el oro,
la vanidad, la brujería, la fornicación y el engaño. Y como parte de la
humanidad era aniquilada, su clamor subió al cielo. Los arcángeles Miguel,
Sariel, Rafael y Gabriel, al ver la sangre derramada y la injusticia se dijeron
que la tierra desolada grita hasta las puertas del cielo por la destrucción de
sus hijos. Dios los envía entonces a encadenar a los Vigilantes y a destruir a
los gigantes pues han oprimido a los humanos. Los ángeles caídos rogaron a Enoc
que intercediese por ellos y los gigantes ante Dios.”
“Este castigo con
que son castigados los ángeles es un testimonio para los reyes y los poderosos
que poseen la superficie de la Tierra. Desgracia para los que edifican la
iniquidad y la opresión y cimientan sobre el fraude, porque serán derrumbados
de repente y no habrá paz en ellos… Habrá un cambio… los justos serán
victoriosos. Desgracia para vosotros ricos, porque os confiáis en vuestras
riquezas, seréis privados de ellas.”
Estos Vigilantes traicionaron sus órdenes recibidas y
quedaron tan prendidos de la belleza de nuestras mujeres que sucumbieron a sus
encantos. Ahí empezó el desaguisado, el lío en el que estamos, ya que no debe
funcionar muy bien la cadena de mando estelar porque desde que tuvieran lugar
esos acontecimientos, allá por los inicios de nuestra andadura, no hemos estado
haciendo otra cosa que matarnos los unos a los otros y solo por tener más dinero
y poder. Han pasado miles de años y aquellos Vigilantes y aquellos gigantes aún
continúan con nosotros. Se ve que la intercesión de Enoc tuvo su premio y no
acabaron con todos ellos. El diluvio no tuvo todo el éxito esperado. Un error
estratégico que aún estamos pagando con nuestra sangre.
Muchos no hacemos otra cosa que elevar nuestro más
desgarrador y desolado grito al cielo para que vuelvan a bajar esos diez mil
santos y hagan bien su trabajo y se dejen de tanta chapuza que esto ya no
aguanta más y barrunta una muy gorda y ahora contamos con bombas atómicas y de
neutrones y no sabemos qué otras cosas más destructivas para hacer de este aún
bello planeta un verdadero montón de escombros y que, incluso, puede alterar el devenir armónico de
otros astros más allá de nuestro cielo.
¡Ellos sabrán!
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