Los grandes dirigentes políticos del mundo están muy preocupados, unos más que otros (los que hasta ahora han sido el primer mundo, por ejemplo), por la situación de la economía mundial. Y no parece que acierten a encontrar solución alguna.
El caso es que este mundo se ha vuelto muy complejo. Tan complejo que tenemos la manía de crear organismos nacionales, regionales e internacionales para todo. Que surge una problemática, se soluciona con la creación del consiguiente organismo. Lo dotamos de validez jurídica, de infraestructura y de personal y ya está.
Todos ellos son, lógicamente, públicos, los pagamos vía impuestos. Al poco tiempo demuestran su ineficacia (no por ser públicos), pero, no hay problema, creamos otro más gordo, con más infraestructura, con más personal y con más oropeles. ¡Cualquiera desmantela uno!
Cada uno de estos organismos genera una cantidad de burocracia difícil de digerir –quizás fuera ese su objetivo, perderse entre informes e informes que para nada valen.
Así tenemos un mundo lleno de Organismos que con nuestro dinero son incapaces de resolver algo. Y mientras debatimos en grandes hemiciclos o haciendo viajes turísticos por el mundo, lo privado crea superestructuras económicas y financieras que escapan a cualquier control y son ellos los que provocan, con su inconmensurable avidez por el dinero, la pobreza del mundo…
Ahí tenemos al G-7 que desde su creación en 1999 ya se ha convertido en el G-20. Se vuelven a reunir pasado mañana. Sarkozy va a proponer tres ideas:
En primer lugar la creación de instrumentos "más eficaces y más rápidos" para "prevenir y afrontar" las crisis. O sea, lo que les decía al principio, más organismos; sin desmantelar los ya establecidos.
El caso es que este mundo se ha vuelto muy complejo. Tan complejo que tenemos la manía de crear organismos nacionales, regionales e internacionales para todo. Que surge una problemática, se soluciona con la creación del consiguiente organismo. Lo dotamos de validez jurídica, de infraestructura y de personal y ya está.
Todos ellos son, lógicamente, públicos, los pagamos vía impuestos. Al poco tiempo demuestran su ineficacia (no por ser públicos), pero, no hay problema, creamos otro más gordo, con más infraestructura, con más personal y con más oropeles. ¡Cualquiera desmantela uno!
Cada uno de estos organismos genera una cantidad de burocracia difícil de digerir –quizás fuera ese su objetivo, perderse entre informes e informes que para nada valen.
Así tenemos un mundo lleno de Organismos que con nuestro dinero son incapaces de resolver algo. Y mientras debatimos en grandes hemiciclos o haciendo viajes turísticos por el mundo, lo privado crea superestructuras económicas y financieras que escapan a cualquier control y son ellos los que provocan, con su inconmensurable avidez por el dinero, la pobreza del mundo…
Ahí tenemos al G-7 que desde su creación en 1999 ya se ha convertido en el G-20. Se vuelven a reunir pasado mañana. Sarkozy va a proponer tres ideas:
En primer lugar la creación de instrumentos "más eficaces y más rápidos" para "prevenir y afrontar" las crisis. O sea, lo que les decía al principio, más organismos; sin desmantelar los ya establecidos.
En segundo lugar, mejorar la coordinación de las políticas económicas y monetarias de las grandes regiones del mundo. O sea, que cuando, en aras de la globalización de la que tanto alardeaban, permitieron que todas nuestras empresas se deslocalizaran en busca de mayores beneficios, no hicieron nada. Hoy que tenemos desmantelados industrialmente a nuestros países y que el paro toca arrebato; hoy que el trasvase monetario ya se ha producido, haciendo que esos países emergentes cuenten con superávits escandalosos se ponen a coordinar; hoy que les hemos dado al sistema bancario hasta el último céntimo, se ponen a coordinar. Durante estos años de vértigo, esas empresas deslocalizadas han ganado y obtenido beneficios astronómicos sin que nadie les pusiera cascabel alguno, sin que trasladaran al consumidor parte de los beneficios; sin que trasladaran a sus naciones las plusvalías de escándalo percibidas a costa de nosotros y de los trabajadores de esos países emergentes. Hoy que esas empresas han tocado el maná, algunos pretenden no sé qué. Absurdo.
Esas grandes empresas no lo van a permitir, les cueste lo que les cueste y los países emergentes donde se localizaron tampoco. Lo veremos. ¿Desconocían estos dirigentes cuál sería el final de la deslocalización, de la globalización? Ahora intentan arreglarlo, a buenas horas. Fueron ellos los que permitieron los trasvases de tecnología, de empresas y capitales (y no digo que no hubiera de hacerse, pero de otro modo), sin preveer las consecuencias y ahora pretenden solucionarlo, arriaos vamos.
Y en tercer lugar, poner en tela de juicio un sistema "dominado por una sola moneda", el dólar, cuya acumulación por parte de algunos países como China, acentúa el déficit de la balanza de pagos de Estados Unidos.
Y para ello, el presidente francés proponía "ofrecer un activo de reserva internacional que no sea emitido por un sólo país", citando el Derecho de Tiradas Especiales (DTS) creado en 1969 por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los gobernadores de los bancos centrales subrayaron el lunes "la necesidad de contar progresivamente con tasas de cambio más flexibles" mientras que el presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, defendió un nuevo sistema que incluya al yuan y a las otras grandes divisas (dólar, euro, yen y libra esterlina) y que utilice "al oro como punto de referencia internacional". (A mediados del siglo XX al oro lo quitaron como punto de referencia y, desde hace unos pocos años, ha habido una compra desmesurada del mismo…que estará en manos de…los mismos de siempre.)
En un artículo (El capital-socialismo) hice referencia, en febrero de este año, a Nicolas Sarkozy que, en la inauguración de la 40ª edición del Foro Económico Mundial de Davos, dijo:
“Cómo volver a poner la economía al servicio del hombre. Pero entendámonos: no se trata de preguntarnos por qué sistema vamos a sustituir al capitalismo, sino de saber qué capitalismo queremos. Todos sabemos qué hubiera ocurrido sin la intervención estatal para mantener la confianza y apoyar la industria: el colapso total. No es una cuestión de liberalismo, ni de socialismo, ni de derechas, ni de izquierdas, es una realidad. Son los desequilibrios de la economía mundial los que alimentaron el desarrollo de las finanzas globales. Desreglamentamos las finanzas para poder financiar más fácilmente el déficit de aquellos que consumían demasiado con los excedentes de aquellos que no consumían suficiente. Seguiremos haciendo correr riesgos insostenibles a la economía y animando a la especulación y sacrificando el largo plazo si no cambiamos la reglamentación bancaria, las reglas de prudencia, las reglas contables. No reconciliaremos a los ciudadanos con la mundialización, con el capitalismo, si no somos capaces de aportar un contrapeso al mercado, correctivos. El presidente de EE.UU., Barack Obama tiene razón cuando dice que hay que disuadir a los bancos de que especulen para sí mismos o de que financien fondos especulativos. Pero ese debate no puede ser resuelto por un solo país sea cual sea su peso en las finanzas mundiales. Ese debate debe decidirse en el G-20”
El presidente Obama también anunció medidas destinadas a limitar el tamaño de los bancos y sus actividades especulativas.
No entiendo mucho de economía pero creo que lo que ahora propone Sarkozy, nada tiene que ver con ese discurso inaugural. Lo veo muy descafeinado, políticas flojas que llamo.
Igual es que los bancos y las empresas, de las que los primeros son dueños, les han dicho algo al respecto a Sarkozy y a Obama. Es muy posible que se lo explicaran muy claro. Es muy posible que les dejaran claro quién gobierna el mundo…
Igual es que los bancos y las empresas, de las que los primeros son dueños, les han dicho algo al respecto a Sarkozy y a Obama. Es muy posible que se lo explicaran muy claro. Es muy posible que les dejaran claro quién gobierna el mundo…
La cuestión es que si al toro no se le coge por los cuernos, éste hará lo que quiera. Y en este mundo el toro no es otro que el sistema financiero y está desbocao, ellos con la desregularización de los mercados y la globalización, también desregularizada, lo permitieron.
Y, desde aquellas declaraciones llenas de esperanza, hemos pasado a la creación de instrumentos "más eficaces y más rápidos…”. Lo que les digo, arriaos vamos…
Y, desde aquellas declaraciones llenas de esperanza, hemos pasado a la creación de instrumentos "más eficaces y más rápidos…”. Lo que les digo, arriaos vamos…
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