Por extensión se define a la política como “Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado”.
En la política española de los últimos treinta años hemos hecho avances de caballo y paradas de burro. Y así nos va.
Cuando una persona o grupo de ellas deciden dedicarse a la política lo hacen normalmente bajo las siglas de algún partido político. Esas siglas contienen una filosofía de cuál ha de ser el principio que los motive. Así cada uno va eligiendo y libremente las acepta. Y si tiene suerte, dentro de la estructura de partido, de ser aceptado (que no venga a incordiar, ni a crearnos problemas –aunque sus incordios y problemas respondan a la más fiel aplicación de su filosofía-) podrá hacer carrera política. Ver, oír y callar, parece ser la consigna, a seguir la corriente. Hay que tener aplomo, por supuesto. Aplomo y tripas muy gordas y saber que, de esa aptitud sumisa, depende su situación política y quizás su puesto orgánico o institucional.
¡Con lo que está sucediendo en este mundo¡ y esos son los mimbres.
A nivel de Estado, con nuestro gobierno socialista al frente, se le echa en falta valor, coraje y decisión en muchos temas en los que esos calificativos debieran sobrar.
El Papa ha visitado Santiago y Barcelona. Antes de pisar tierra ya nos insultaba a los españoles denunciando que en España “ha nacido una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años treinta. Y ese enfrentamiento, disputa, entre fe y modernidad ocurre también hoy de manera muy vivaz”
¿Se le ha ido la olla al Papa? En absoluto. Somos el único país europeo que aún pagamos el diezmo, 6.000.000.000 de euros, aparte de la X de la declaración de la renta. Aparte del dinero negro que significa el cepillo dominical. Aparte de la exención del IVA y más privilegios y el decreto de Aznar, antes de irse, para que pudieran escriturar a nombre de la Iglesia todas aquellas propiedades inmuebles inescrituradas…
No deja de defender su ideología y emplea los medios necesarios que se le ponen a tiro. Él, como máximo defensor de su política, ataca sin aspavientos, sin frases divagantes y carentes de significado. Él tiene un problema en un país que siempre le fue siervo y fiel. Y quiere movilizar a sus ovejas y ponerlas en guardia para que defiendan sus principios al precio que sea. El propio viaje ha servido para dejar clara la situación, no estaban todos los que dicen que son.
Nuestro País ha sufrido, como pocos, el peso de una Iglesia que defendió como cruzada a la guerra civil y sacaba, bajo palio, a su dictador. Una Iglesia que jamás pidió perdón ni por eso ni por los cuarenta años de dictadura que alentaban y cobijaban bajo sus negras sotanas. Ni tampoco los crímenes cometidos tras la contienda. Como cruzada que era, había que acabar con todo disidente. No valía la pluralidad, sólo su credo. Por cojones y por la gracias de dios.
Y mientras el Papa, Jefe del Estado Vaticano, llegaba a España con la espada en alto, el gobierno anunciaba la retirada de la Ley de Libertad Religiosa hasta después de las elecciones. Vergonzoso.
¿A qué puede responder tal decisión? ¿A perder votos? O quizás a no tener la fuerza que la verdad de nuestra Constitución consagra y nos da. Somos un Estado laico y lo queremos completo. Ya está bien de tantas concesiones a aquellos que harán todo lo posible por seguir contando con sus ovejitas dóciles y obedientes, siervos de Dios. De su Dios. Ejemplos los hay a miles. Están en contra de todo lo que un Estado aconfesional aprueba y vaya contra sus intereses. Y les damos pábulo. Ya está bien. Ha hecho mal el gobierno con plegarse. Eso no es avanzar, es retroceder ante los retrógados y conservadores del estatus que los hace fuertes frente a los ignorantes y sumisos.
Decía más tarde el Papa, “Entre la verdad y la libertad hay una relación estrecha y necesaria. La búsqueda honesta de la verdad, la aspiración a ella, es la condición para una auténtica libertad. No se puede vivir una sin otra.”
Cualquiera que se moleste en averiguar la verdad de esta Iglesia quedaría perplejo, atónito. Es la multinacional más grande y más vieja del mundo. Han, durante siglos, mentido, falseado y acomodado su credo a lo que más les convenía. Durante más de 1.500 años guardaron escritos y libros de la vista del siervo. Éste no tenía derecho ni a saber leer ni a escribir, más fácil para su control, más ovejita. Y si no a la hoguera…
Y lo más cojonudo, no tienen ni una sola, ni una sola prueba de todo aquello que conforma su religión. Por ello sacaron aquello de que hay que tener fe: “luz y conocimiento sobrenatural con que sin ver se cree lo que Dios dice y la Iglesia propone”, eso de Dios dice lo podríamos obviar, con lo que la fe es sólo lo que Iglesia diga y santas pascuas. Es esta Iglesia la mayor manipulación del ser humano en toda la historia más reciente. Manipulación para que éste, el hombre, no alcance nunca su Verdad y su Libertad.
Se autoproclamaron en los defensores de la Humanidad. De la humanidad que ellos querían, claro. Cambiaron todo lo que a ellos no les interesaba que supiéramos. Y, poco a poco, se irá descubriendo en la medida en que nos molestemos, sólo un poquito. Hoy tenemos la mejor herramienta de nuestra última existencia, Internet. Es la primera vez que el ser humano posee en sus manos un instrumento a través del cual puede ampliar su visión del mundo, su visión de lo que somos, de lo que otros son. Les invito, naveguen por la red, busquen otras opiniones, otras propuestas, otras realidades.
Busquen las mismas simbologías en otras religiones anteriores a la cristiana. Busquen las coincidencias de los relatos, busquen a los gigantes del génesis, busquen a los babilonios y a sus dioses. Busquen las raíces en el antiguo Egipto. Busquen viajes espaciales, verdades de nuestro origen como seres humanos y divinos. Busquen a los judíos. Descubrirán cuánto nos han estado engañando esta élite de sumos sacerdotes…
Y hoy en los inicios del siglo XXI tenemos que buscar, aún más, esos conocimientos que nos robaron durante siglos. Sólo así alcanzaremos algo más de Verdad y Libertad. Porque la verdad no se esconde tras las enseñanzas de tebeos. La ciencia nos ha abierto mucho los ojos y nos queda mucho camino que recorrer. Pero ya está bien de tantas historias moñas. Y tenemos el derecho a saber la verdad de nuestra existencia y quizás sea por que es de ahí de donde podremos alcanzar la LIBERTAD.
En la política española de los últimos treinta años hemos hecho avances de caballo y paradas de burro. Y así nos va.
Cuando una persona o grupo de ellas deciden dedicarse a la política lo hacen normalmente bajo las siglas de algún partido político. Esas siglas contienen una filosofía de cuál ha de ser el principio que los motive. Así cada uno va eligiendo y libremente las acepta. Y si tiene suerte, dentro de la estructura de partido, de ser aceptado (que no venga a incordiar, ni a crearnos problemas –aunque sus incordios y problemas respondan a la más fiel aplicación de su filosofía-) podrá hacer carrera política. Ver, oír y callar, parece ser la consigna, a seguir la corriente. Hay que tener aplomo, por supuesto. Aplomo y tripas muy gordas y saber que, de esa aptitud sumisa, depende su situación política y quizás su puesto orgánico o institucional.
¡Con lo que está sucediendo en este mundo¡ y esos son los mimbres.
A nivel de Estado, con nuestro gobierno socialista al frente, se le echa en falta valor, coraje y decisión en muchos temas en los que esos calificativos debieran sobrar.
El Papa ha visitado Santiago y Barcelona. Antes de pisar tierra ya nos insultaba a los españoles denunciando que en España “ha nacido una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años treinta. Y ese enfrentamiento, disputa, entre fe y modernidad ocurre también hoy de manera muy vivaz”
¿Se le ha ido la olla al Papa? En absoluto. Somos el único país europeo que aún pagamos el diezmo, 6.000.000.000 de euros, aparte de la X de la declaración de la renta. Aparte del dinero negro que significa el cepillo dominical. Aparte de la exención del IVA y más privilegios y el decreto de Aznar, antes de irse, para que pudieran escriturar a nombre de la Iglesia todas aquellas propiedades inmuebles inescrituradas…
No deja de defender su ideología y emplea los medios necesarios que se le ponen a tiro. Él, como máximo defensor de su política, ataca sin aspavientos, sin frases divagantes y carentes de significado. Él tiene un problema en un país que siempre le fue siervo y fiel. Y quiere movilizar a sus ovejas y ponerlas en guardia para que defiendan sus principios al precio que sea. El propio viaje ha servido para dejar clara la situación, no estaban todos los que dicen que son.
Nuestro País ha sufrido, como pocos, el peso de una Iglesia que defendió como cruzada a la guerra civil y sacaba, bajo palio, a su dictador. Una Iglesia que jamás pidió perdón ni por eso ni por los cuarenta años de dictadura que alentaban y cobijaban bajo sus negras sotanas. Ni tampoco los crímenes cometidos tras la contienda. Como cruzada que era, había que acabar con todo disidente. No valía la pluralidad, sólo su credo. Por cojones y por la gracias de dios.
Y mientras el Papa, Jefe del Estado Vaticano, llegaba a España con la espada en alto, el gobierno anunciaba la retirada de la Ley de Libertad Religiosa hasta después de las elecciones. Vergonzoso.
¿A qué puede responder tal decisión? ¿A perder votos? O quizás a no tener la fuerza que la verdad de nuestra Constitución consagra y nos da. Somos un Estado laico y lo queremos completo. Ya está bien de tantas concesiones a aquellos que harán todo lo posible por seguir contando con sus ovejitas dóciles y obedientes, siervos de Dios. De su Dios. Ejemplos los hay a miles. Están en contra de todo lo que un Estado aconfesional aprueba y vaya contra sus intereses. Y les damos pábulo. Ya está bien. Ha hecho mal el gobierno con plegarse. Eso no es avanzar, es retroceder ante los retrógados y conservadores del estatus que los hace fuertes frente a los ignorantes y sumisos.
Decía más tarde el Papa, “Entre la verdad y la libertad hay una relación estrecha y necesaria. La búsqueda honesta de la verdad, la aspiración a ella, es la condición para una auténtica libertad. No se puede vivir una sin otra.”
Cualquiera que se moleste en averiguar la verdad de esta Iglesia quedaría perplejo, atónito. Es la multinacional más grande y más vieja del mundo. Han, durante siglos, mentido, falseado y acomodado su credo a lo que más les convenía. Durante más de 1.500 años guardaron escritos y libros de la vista del siervo. Éste no tenía derecho ni a saber leer ni a escribir, más fácil para su control, más ovejita. Y si no a la hoguera…
Y lo más cojonudo, no tienen ni una sola, ni una sola prueba de todo aquello que conforma su religión. Por ello sacaron aquello de que hay que tener fe: “luz y conocimiento sobrenatural con que sin ver se cree lo que Dios dice y la Iglesia propone”, eso de Dios dice lo podríamos obviar, con lo que la fe es sólo lo que Iglesia diga y santas pascuas. Es esta Iglesia la mayor manipulación del ser humano en toda la historia más reciente. Manipulación para que éste, el hombre, no alcance nunca su Verdad y su Libertad.
Se autoproclamaron en los defensores de la Humanidad. De la humanidad que ellos querían, claro. Cambiaron todo lo que a ellos no les interesaba que supiéramos. Y, poco a poco, se irá descubriendo en la medida en que nos molestemos, sólo un poquito. Hoy tenemos la mejor herramienta de nuestra última existencia, Internet. Es la primera vez que el ser humano posee en sus manos un instrumento a través del cual puede ampliar su visión del mundo, su visión de lo que somos, de lo que otros son. Les invito, naveguen por la red, busquen otras opiniones, otras propuestas, otras realidades.
Busquen las mismas simbologías en otras religiones anteriores a la cristiana. Busquen las coincidencias de los relatos, busquen a los gigantes del génesis, busquen a los babilonios y a sus dioses. Busquen las raíces en el antiguo Egipto. Busquen viajes espaciales, verdades de nuestro origen como seres humanos y divinos. Busquen a los judíos. Descubrirán cuánto nos han estado engañando esta élite de sumos sacerdotes…
Y hoy en los inicios del siglo XXI tenemos que buscar, aún más, esos conocimientos que nos robaron durante siglos. Sólo así alcanzaremos algo más de Verdad y Libertad. Porque la verdad no se esconde tras las enseñanzas de tebeos. La ciencia nos ha abierto mucho los ojos y nos queda mucho camino que recorrer. Pero ya está bien de tantas historias moñas. Y tenemos el derecho a saber la verdad de nuestra existencia y quizás sea por que es de ahí de donde podremos alcanzar la LIBERTAD.
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