El Papa LEÓN X, su nombre era Giovanni de Lorenzo di Médici (Segundo hijo de Lorenzo), nació en 1475 y a los 13 años ya era cardenal. Cosa que, a día de hoy, sería imposible porque la gente lo vería algo raro, pero en aquellos años, la gente no sabía ni leer ni escribir y la Iglesia era quien ponía y quitaba reyes. Así, el dinero posibilitaba cosas como esa de ser cardenal a tan temprana edad. A este papa se le atribuye una frase: “Desde tiempos inmemoriales es sabido cuán provechosa nos ha resultado esta fábula de Jesucristo” y otra que dice: “Disfrutemos del papado puesto que Dios nos lo ha dado”
El obispo Jerónimo dijo: “Nosotros realmente ardemos de codicia, y
mientras vociferamos contra el dinero, llenamos nuestros jarrones con oro, y
nada no es suficiente”
Le participo de un correo electrónico que circula por la red y que
cuenta lo siguiente: “La Mezquita de Córdoba fue construida entre los años 780
y 785 por Abderramán I. Doce siglos después, el 2 de marzo de 2006, la iglesia
católica inscribió el inmueble a su nombre en el Registro de la Propiedad nº 4
de Córdoba (tomo 2381, libro 155, folio 198). El trámite costó apenas 30 euros.
Esto es lo que se conoce como “inmatricular” o más bien especular.
Dos milagros, de la mano del hombre, son necesarios :
“El primero, que Aznar cambio la Ley Hipotecaria en 1998 para permitir
a la iglesia apropiarse de edificios de dominio público, aunque sean patrimonio
de todos los españoles –basta con que el señor obispo dé fe y certifique que
pertenecen a la iglesia, sin necesidad de notario.
El segundo, que disponer de un edificio de 23.400m2 en pleno centro de
Córdoba le sale gratis a la iglesia, además no paga el IBI y tampoco los gastos
de conservación que los pagamos todos los españoles.
Entrar en la Mezquita cuesta 8 euros por persona; al año reciben más de
un millón de visitantes. No te entregan factura, se considera un donativo y así
está exento de pagar impuestos. Así el obispado de Córdoba dispone de la
Mezquita como suyo que es. Decide quién puede trabajar como guía y quién no.
Hay días en que se cierra el acceso a los turistas porque hay una convención de
curas o lo que ellos quieran, es suyo.
Desde 1998, la iglesia ha inscrito a su nombre cientos o miles de
edificios o terrenos, vaya usted a saber, muchos de ellos financiados por los
vecinos de cada pueblo o ciudad.
Que la iglesia no pague el IBI supone una pérdida de 3.000 millones de
euros (justo lo recortado en educación) A la iglesia van 13.000 millones de
euros.”
Parece que en España hay unos 18.633 sacerdotes, si cobran unos 700
euros y suponiendo que paguen seguridad social y esas cosas, nos darían unos
gastos de personal de 18.633.000€. Añadamos obispos, cardenales, arzobispos,
coadjutores, religiosos y contratados laicos. Pongamos que todos estos sumen
10.000 personas y pongamos a 2.000 euros de gastos brutos, serían 20 millones.
Total 38.633.000. Digamos, siendo más generosos, que los gastos de personal de
esta iglesia asciendan a 100 millones. Si no pagan IBI, si no pagan impuestos,
si no pagan casi nada, ¿a dónde van tantos miles de millones recaudados en el
IRPF, en los presupuestos del Estado, en los museos catedralicios, en las
bodas, bautizos y entierros y en tantas y tantas otras cosas? Al Vaticano le
gusta España. España debe de ser una muy buena proveedora de fondos. Nosotros
pagamos y ellos se lo llevan. En el Banco Vaticano están muy nerviosos. Su,
hasta hace poco responsable, temeroso de su vida, envió a dos amigos
documentación suficiente para esclarecer el lavado de dinero que políticos,
empresarios y mafiosos realizaban a través de cuentas cifradas. ¡El Banco
Vaticano, la mejor lavadora para sus oscuros dineros! ¡Máxima discreción! Dicha
documentación está en manos de la policía romana. ¿Saldrá a la voz pública?
Seguramente no, si Dios así lo dispone. Todo sea su voluntad, hermanos.
¿Presentan cuentas a los españoles del dinero que aquí obtienen? ¿Se
las dan a conocer en cada una de sus iglesias? Toda la vida pidiendo sin
transparencia alguna, sin facturas, sin explicaciones. Gastan un poco en obras
de caridad y con ello tapan las fortunas que nos arrebatan. Así cualquiera
monta una multinacional. Chollo, chollo, lo que se dice un verdadero chollo.
Así que en el Vaticano siempre andan con verdaderas tramas acerca de sus
dineros y cada cura lo celebra bebiendo un buen vino dulce, que bastante amarga
es la vida. Y los lujos de sus sedes, desde las sillerías más bellas hasta los
dorados más auríficos, pasando por sus ropajes de seda y oro. Sencillez, donde
las haya, que se dice.
¿Sabían ustedes que el celibato, instaurado allá por los principios del
siglo X, se debía a una cuestión de herencia, no más? Los sacerdotes casados no
dejarían nada a la iglesia, serían su mujer y sus descendientes los primeros
beneficiarios, la iglesia ni un céntimo. Y eso no podía ser. De ahí nació el
celibato, de nada más.
Quizás por cosas como estas, Friedrich Nietzche decía que “La iglesia
es la máxima imaginable de todas las corrupciones”
Alguna razón, o toda, tendría Nietzche. Y más que hermanos, somos unos
primos pringaos que no aprendemos. Esta iglesia no es de Cristo, es de Satán.
¿Tan difícil es verlo?
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