sábado, 5 de diciembre de 2009

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO

Quizás tengamos que sacar las banderas, de nuevo, a la calle. Una vez más el "SISTEMA" nos ha engañado. Nos han robado lo poco y lo mucho que habíamos conseguido. No conformes con lo que tenían, querían más. Durante décadas y, paso a paso, han ido eliminando los obstáculos que limitaban sus objetivos. No querían que los ESTADOS, donde habíamos depositado nuestra confianza, intervinieran, controlaran o regularan.
Decían que el "MERCADO" era libre y se regulaba sólo, ya saben, lo de la oferta y la demanda. Apareció el ordenador de sobremesa y se GLOBALIZÓ la economía. Idearon nuevos productos financieros, fondos estructurados y sin estructurar, sobre divisas e inflacciones, planes de pensiones y jubilación, seguros y reaseguros. Hipotecas y rehipotecas. Acciones sobre acciones. Un maremágnum de fórmulas financieras que sólo unos pocos comprenden. Ni siquiera los dignos y vetustos funcionarios, pagados por nuestros impuestos, han hecho algo. O mejor dicho, sí hacen, buscan a los perfectamente controlados por sus nóminas, incluso a los jubilados con pensiones míseras. Alguién tiene que pagar los impuestos que otros no pagan.

Mientras, los gestores de esas ENTIDADES, SOCIEDADES, GRUPOS, CORPORACIONES, etc., se llenan y llenan los bolsillos con desorbitados salarios, con bonus millonarios por los objetivos alcanzados, comprar y recompras, ventas y reventas, (aunque éstos supongan inmensas pérdidas a la sociedad), con jubiliaciones millonarias por los servicios prestados y con rescisiones de contrato multimillonarias, etc., etc.
Durante años han ido vaciando nuestros bolsillos y nadie ha hecho nada. Incluso los "Estados" han participado de la vorágine. Permitieron el juego e incluso lo alentaron. Ahora han sido ellos los que, para tapar el desaguisado, inyectan más y más dinero al "Sistema". Dinero que supondrá generaciones y generaciones de POBREZA, porque ese dinero eran nuestros ahorros y nos los han arrebatado. Nadie resulta culpable, ni siquiera imputado. ¿Quién es el guapo que se atreve? Juristas de alto prestigio y preparación están ahí dispuestos para salvaguardar su integridad, su dignidad y su infamia ¿será por dinero para pagar sus honorarios? Ahora, eso sí, no toméis una pizza sin pagar. Os detendrán varios efectivos de las fuerzas de seguridad y os conducirán a la comisaria más próxima. Allí os interrogarán, acojonarán, abrirán vuestra ficha de delicuente y puestos a disposición de la autoridad competente, ésta os condenará a unos años de cárcel. Por hacer cosas malas, que sois muy malos.

Pavoroso siglo XX. Imnumerables guerras, dos de ellas mundiales. Millones y millones de muertos que siempre son los mismos: EL PUEBLO. El pueblo que trabaja y muere para ganarse su sustento y la avaricia de unos pocos. Desamparado pueblo. De nada han servido sus revoluciones y democracias.
Es como si, por encima de todos y de todo, hubiera una selecta élite de ungidos. SELECTA ÉLITE DE UNGIDOS que sólo atiende a su enriquecimiento, sea al precio que sea; mienten, falsifican, engañan y enmarañan, incluso matan. Ellos no pagan, pagamos nosotros, pueblo.
Los políticos, aquellos a quienes damos nuestra confianza, aquellos a quienes subimos a lo más alto del poder, nos abandonan a nuestra suerte. Siempre hay intereses más importantes. Es como si la mencionada "selecta élite de ungidos" fueran los que realmente gobiernan en el mundo. Y nuestros políticos meras marionetas. Únanse los elegidos, en el mundo, por el pueblo. Únanse y devuelvan al pueblo lo que es del pueblo. ¿Qué sería del CAPITAL sin la mano de obra? Nada.

Hemos iniciado el SIGLO XXI y éste no barrunta nada bueno. La incertidumbre que nos rodea cada día es más pesada. Pero quizás estemos a tiempo. A TIEMPO de ser capaces de hacer el mundo que todos ansiamos. Un MUNDO en PAZ y ARMONÍA, donde la luz sea BRILLANTE y CLARA, donde los seres humanos se enorgullezcan de serlo y donde sus manos, su corazón, su mente y su color sean también los nuestros.
A sacar las banderas, una vez más, de la DIGNIDAD, de la HONRADEZ y de la EQUIDAD; del reparto de la riqueza, de la eliminación del HAMBRE y de la MISERIA. Del crecimiento sostenible con la NATURALEZA que nos permite la VIDA. A sacar los banderas y, de todas, hacer una: la BANDERA DEL HOMBRE.
Luchemos por ese mundo y hagásmolo como si fuera NUESTRA ÚLTIMA OPORTUNIDAD. Desenmascaremos a esa selecta éltie de ungidos y busquemos en la HUMILDAD nuestra GRANDEZA de seres HUMANOS.

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