lunes, 20 de diciembre de 2010

DE TUS PENSIONES Y ALGO MÁS

Los planes de pensiones privados perdieron el 3,035% sólo en el mes de noviembre, esto representa unas pérdidas de 1.578 millones de euros. El importe de estas pensiones privadas asciende, hasta noviembre, a 50.556 millones de euros. El conjunto de los planes de pensiones presenta un negativo del 2,49% a noviembre. (Datos de VDOS Stohcastics.)

La banca nos inoculaba la necesidad de hacernos, con ellos, un plan de pensiones privado. Hace ya unos cuantos lustros que comenzaron con las inyecciones. Que las pensiones públicas iban a quebrar y era muy bueno y muy conveniente subscribirlos. Eran un colchón a lo que las públicas pudieran ofrecernos cuando nos llegara la dorada jubilación (que ahora quieren retrasar a los 67 años). Cada cierto tiempo acrecientan los sones tamboriles del crack del sistema para meternos miedo y ver si nos sacan algún euro más. El Estado, nunca lo entenderé, apoyó siempre estos planes. Grosso modo: si yo, persona privada, suscribo un plan de jubilación privado, el Estado me desgrava el 15% del total de lo aportado anualmente. O sea, que con dinero público apoyamos a estos planes que son privados y que cuando se van uniendo, en los tramados de los teclados informáticos, pasan a convertirse en algunos de esos fondos de inversión que sólo benefician a sus gestores. Ni a los subscritos, ni al Estado. Fondos que nunca darán beneficios sino pérdidas, como bien queda demostrado en todos estos años de rodaje. Algunos dirán que el Estado, cuando se rescata el plan, recupera lo desgravado. Pero siempre sobre el resto ya descontadas las pérdidas, con lo que el Estado pierde. También están las grandes empresas que aportan una importante cantidad, por sus empleados, que igualmente desgravaran. En vez de hacerlo como remuneración en nómina, que dado los salarios de nuestro país, no vendrían mal.

¿No hubiera sido más acertado y beneficioso para todos que el Estado hubiera asumido la gestión de estos planes de pensiones? Si yo persona física quiero ampliar los fondos de mi futura pensión, ¿No hubiera sido más coherente subscribir mis aportaciones, fuera de las normalizadas, con el propio pagador de mi pensión y no de otro privado? Hubiera sido el Estado el receptor y administrador de estos dineros. Seguro estoy que todos nos hubiéramos beneficiado más. Ese gobierno tiene cara y cada cuatro años se presenta a elecciones. Nos habríamos ahorrado el enriquecimiento de esos desalmados gestores (sin cara ni elecciones) con sueldos privados, las pérdidas adrede de las inversiones del fondo de inversión, los costes de gasto corriente en comilonas, viajes y demás anotaciones que de seguro se pegan a costa del dichoso plan. Y, sobre todo, de los ataques financieros que con nuestro dinero nos hacen cada vez que quieren. ¡Se pueden hacer tantas cosas con 50.556 millones de euros descontrolados! Llegado a este punto pienso que cada vez somos más tontos y siempre entramos al trapo. Nos dejamos engañar fácilmente. Habría que ver cuánto invierten, de esos mismos fondos, en publicidad.

Conseguirán, les cueste lo que les cueste, la gestión de las pensiones. Da igual dentro de 5 años que de 20. Lo harán y siempre que el Estado lo permita. Y parece que lo va permitiendo. Aunque siempre será el pueblo quién lo decida. Hoy la inmensa mayoría de los españoles desea mantener nuestro sistema de pensiones.

Por eso es reconfortante leer las declaraciones de socialistas que aún se consideran socialistas. Que tienen claro cuál es su ideología y que la defenderán con todas sus consecuencias. Le hablo del secretario general del PSM, Tomás Gómez. Y eso es lo que muchos más tendrían que hacer. Defender la socialdemocracia. Aunque suponga una postura contraria a las propuestas neoliberales que afloran en la dirección del Estado.

No por que los contaminados por el poder, aflojen sus principios, debemos hacerlo el resto. Decía Tomás, en su discurso inicial en el Comité Ejecutivo regional de Madrid, que: “los mercados no están para ser tranquilizados sino para ser gobernados por los gobiernos”. “Que se limiten las operaciones especulativas y que no sean posibles los paraísos fiscales”. “España es la reserva mundial del estado del Bienestar que tiene que ser exportado al resto del mundo”. Aunque, en estos momentos, seamos minoría de Estados socialdemócratas en Europa hay que defender lo que tanto costó conseguir.

Una sociedad no es tal si el principio de cohesión desaparece. La redistribución es fundamental en una sociedad que quiera tener un futuro de paz y de armonía. Las desigualdades sociales conllevan al caos. Las preeminencias no han de ser sólo y exclusivamente dinerarias, de boatos y de ostentaciones vanas; lo Preeminente ha de ser aquello que es compartido por todos, participado por todos, orgullo de todos (como cuando gana la selección española, sin ir más lejos. ¿Quién no se sintió reconfortado y satisfecho? ¿Quién no se sintió español?) La otra falsa e hipócrita preeminencia es exclusivista, esclavista de unos pocos sobre las mayorías. Y si una sociedad no entiende estos principios de igualdad está abocada al fracaso. Los esfuerzos que hayan de hacerse, los hacemos todos, todos, sabiendo a quién hay que vencer, con su cara al descubierto si tiene valor, ¡claro!

Mi enhorabuena al secretario general de los socialistas madrileños. Así se puede ilusionar a los ciudadanos de este país, que en su mayoría siempre se han considerado de izquierdas. Animo, desde aquí, a todos aquellos con responsabilidades políticas para que tomen ejemplo de cuál ha de ser su camino. Cualquier otro distinto los conducirá, nos conducirá al ostracismo.

Progresistas y en comunión con la sociedad que los parió. Dispuestos a no dejarse engañar, ni en lo económico, ni en lo político, con tanto filibustero suelto.

Los pueblos siempre unidos.

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