miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡SÍ SEÑOR, SÍ!

Se han presentado los resultados del informe PISA 2009. Por primera vez aparecen resultados de la Región de Murcia. Independientemente de lo que otros puedan opinar, adornar o tergiversar, los datos objetivos del informe en cuestión, son los que son. No estamos ni en la media. La educación de los murcianos está en la UCI. Y no hay quien la cuide. Pasarla a planta costará mucho tiempo y sobre todo dinero que no se tiene.

Nuestros estudiantes no es que no sepan de ciencias, de matemáticas, de humanidades, que no saben, sino que no entienden ni lo que leen y eso es muy grave, gravísimo. Es lo básico para iniciar cualquier conocimiento. Saber leer. Y nuestros jóvenes murcianos, los que tienen 15 años, no saben leer.

La culpa la tendrá Zapatero, ¿quién sino? Dieciséis años de gobierno popular no han servido para elevar la calidad de la enseñanza en Murcia. Tanto en el conjunto del profesorado, a todos los niveles educativos, como en el alumnado.

En esta Región se han primado, desde el comienzo de los gobiernos populares, el enriquecimiento rápido y el mínimo esfuerzo. No se ha velado por el esfuerzo del estudio, no se ha potenciado la inversión a largo plazo, todo a corto, a cortísimo. Que nuestros jóvenes sean la mano de obra barata para las construcciones de miles de viviendas que no necesitábamos, ni necesitamos; de infraestructuras inamortizables y para los servicios a prestar a los que vengan de fuera a hacer su negocio o simplemente a su retiro. Ésta fue y es la apuesta de los dirigentes populares en nuestra región.

Durante 16 años se han estado apoyando, en detrimento de lo público, los centros privados, quizás pensando que ellos servirían para elevar esos niveles educativos. No ha sido así.

De las 17 comunidades autónomas sólo nos superan Andalucía, Baleares y Canarias. Somos los cuartos más tontos de España. Aunque el tratamiento dado por la sojuzgada prensa regional, sea un compendio de tratar de disfrazar la realidad que les digo: De los más tontos de la clase.

En los tiempos de la sociedad de la información, de la informática, de la Internet ¿para qué voy a gastar dinero en posibilitar que los alumnos tengan un ordenador portátil en clase? Pero para poner una pegatina, que no se ve, en un coche de fórmula 1, sí. A propósito, si Caravante ha incumplido lo acordado, ¿por qué no se le exige la devolución de lo pagado? ¿O no estaban esos fondos condicionados a cumplir algo? ¿O cuáles eran los tiempos?

Retomando el tema. Sorprende, cuando menos, ver a un ex rector de universidad convertido en consejero de obra públicas ¿Qué motiva a un Rector universitario a abandonar la docencia y a descender a las cloacas de la obra pública? Ejemplo de menosprecio a ¿la vocación? Quizás esta sea la causa, no hay vocaciones. Y si no hay vocaciones en los educantes, si no hay motivación en enseñar ¿qué podemos esperar? Ya ven cómo están los conventos, los seminarios y los monasterios, vacíos. Vacíos de vocaciones. Y es lógico que lo estén porque, en este caso, cuando la gente se percata de tanta hipocresía, se aparta, se aleja de aquello que no es bueno y encima no es verdad.

Pero ¿y porqué en la enseñanza? ¿No es bueno enseñar? ¿No es bueno crear opinión? ¿No es bueno hacer crítica de todo cuanto nos rodea como seres inteligentes? ¿No es bueno reflexionar sobre las cosas y buscarles su esencia, su verdadero valor? Pensar, encontrarnos con nosotros mismos, es lo que nos diferencia del resto de seres animados e inanimados. ¡Claro que es bueno! Saber, conocer más allá de lo que algunos quieran que sepamos, tiene que ser bueno para todos porque, entre otras cosas, nos hace más libres. Además, cuánto más sepamos más civilizados, más humanos seremos. Lo que sucede es que quienes tienen en su mano la posibilidad de hacerlo, no lo hacen porque eso no les da votos, eso es a muy largo tiempo y las elecciones cada cuatro. Van carcomiendo los entresijos de la Institución Educativa quizás por que no es una inversión con comisiones. Y no están aquí para eso, están para lo que están, aunque muchos sean los imputados…

A determinados gobiernos, a determinadas ideologías políticas lo único que les interesa es que sus gobernados sepan lo menos posible. Ya saben, lo que siempre ha ocurrido en la historia de este nuestro país. Coinciden estas ideologías con las derechas. Son oscuros, nada transparentes en sus quehaceres. Crean diferencias sociales para que el distanciamiento les preserve su eminencia. Y no conformes dificultan la educación, la formación, la enseñanza libre y universal. Fomentan y propician lo que les conviene, no aquello que pueda inquietarles. Jamás entró en sus planes facilitar los medios para que la gente aprenda y sepa discernir de lo que ellos quieren que sepan. Así siempre es más fácil y el tuerto en el país de los ciegos es quien más ve. Es mejor gobernar a gentes incultas, desleídas o que simplemente no entienden lo que leen y ya no digamos entre-líneas. Es más fácil y mejor para sus intereses. Como en el XIX, ¡que inventen otros!, que nosotros les pondremos el café en la terracita.

El saber es poder. Poder para impedir que te manipulen con informaciones pretenciosas y falsas. Poder para impedir que te anulen como ser crítico que busca el bien-estar de la sociedad que le cobija. Poder para intentar alcanzar la posibilidad de cambiar este corroído mundo que se está cayendo a trozos. Poder para revelarte contra sus fechorías. Poder para decir ¡basta ya!

Y cada cuatro años revalidan sus votos con muchos más. Así es fácil. Robando el saber y el conocimiento al pueblo, robando la crítica a su gestión. Y después de tanto tiempo ni siquiera la oposición política cuenta con instrumentos de reanimación a los durmientes. Porque en esto han convertido a la Región de Murcia, en una región de barrigas agradecidas y clientelares, a una ignorante y, por ende, pobre Región de Murcia de ¡Sí Señor, sí!

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