martes, 28 de agosto de 2012

LA NOVENA DE BEETHOVEN YA DEJÓ DE SONAR EN EUROPA


En 1972, el Consejo de Europa convirtió la “Oda a la Alegría” de Beethoven en su himno y, posteriormente, en 1985, fue adoptado por los dirigentes de la Unión Europea como himno oficial de los europeos. No posee letra, siendo la expresión de los ideales europeos de libertad, paz y solidaridad solo a través del lenguaje universal de la música.

En 1823 compuso Beethoven su Novena Sinfonía poniendo música al poema que Schiller “Oda a la Libertad” escribiera en 1785. Observará el lector que la oda a la alegría, en su origen, era a la libertad. Cosas de la censura que vería muy pretencioso y revolucionario eso de la Libertad, mejor a la alegría, pensarían aquellos censores y nos ahorramos las connotaciones y el despertar de las conciencias. Cuánto peligro ha tenido esa palabra de Libertad para los poderosos, la odian a muerte.

Desde 1999 el Partido Popular Europeo gobierna Europa revalidando sus mayorías en las elecciones del 2004 y 2009. Esta situación política podría explicar el giro que la Unión Europea ha experimentado hasta llegar a la situación actual. YA NO SUENA LA NOVENA.

Copiando las políticas económicas que Teacher y Reagan impusieran en los años de sus mandatos, del 1979 al 1990 la primera y del 1981 al 1989 el segundo, los neoliberales europeos iniciaron, a partir del 99, su particular cruzada con el capitalismo más salvaje como estandarte.

Aquellas políticas socialdemócratas que fomentaban la Convergencia de los países europeos más pobres con los más ricos, ya ven en que han quedado: En el mayor de los sometimientos de aquellos a estos, además del mayor empobrecimiento de esos países periféricos y revertiendo toda la riqueza al centro físico de Europa. Decía la letra que Miguel Ríos cantaba en su himno a la alegría: “Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día. Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol…”

Estos neoliberales, capitalistas a muerte, se encontraron con el poder que las urnas les dio y con un Mercado Común de cientos de millones de europeos. ¿Mercado? ¿Sin regulación alguna? ¿Bancos? ¿Sin regulación alguna? ¡Grandes Bancos y Grandes Empresas! ¡Hágase vuestra voluntad aquí en Europa como en los cielos del resto del mundo! Y pusiéronse manos a la obra y hoy, unas pocas décadas después, ya ve lo que yo veo: Una Europa no al servicio de los ciudadanos sino al servicio de los mercados. Los mercados son Dios. Toda una filosofía en contra de lo que Miguel Ríos decía: “…El que los hombres volverán a ser hermanos. Ven, canta…”

Una Europa a la que están desmantelando su Estado del Bienestar. Decía la canción de Rios: “…Si en tu camino sólo existe la tristeza y el llanto amargo de la soledad completa, ven, canta…” Una Europa donde los suicidios aumentan por cientos de hombres y mujeres que han perdido lo poco o lo mucho que consiguieron con su trabajo. Una Europa donde la esclavitud laboral se antepone a la del trabajo como un intercambio de prestaciones dignas y suficientes. Una Europa sojuzgada a los intereses mercantilistas de unos pocos que juegan a una oca mundial y perversa con las personas y que a éstas se les despoja de cualquier atributo de dignidad y respeto. Sólo somos unas mercancías más en su perverso y malévolo juego de la oca: Juego lleno de trampas que sólo buscan tu perdición, tu eliminación del mismo.

Terminaba Miguel Ríos: “…Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala, hermano, más allá de las estrellas, ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol”

Estos neoliberales se han cargado a Europa, el sueño de millones de europeos que creíamos que, por fin, este continente se uniría para conseguir un mundo mejor y más justo, no sólo para los europeos, también para todos los ciudadanos de este viejo mundo que parece ir en la dirección equivocada. Como tantas y tantas veces ya ocurrió en la Historia.

Ahora que controlan el Mercado Europeo, ahora que han empobrecido a los PIIGS, corren en busca de la unión política. Ahora que han sojuzgado las voluntades de esos países, quieren la unión política. La suya, ¡Claro! La del Sacro Imperio Germánico (Católico y apostólico, no se olvide) Ya no tienen suficiente con el poder económico, con haberles cedido gran parte de las soberanías nacionales. Ahora ansían también el poder político, las soberanías completas de todas las naciones.

Europa, como ensayo de un nuevo orden mundial, parece ir por buen camino. Los europeos, anestesiados, son inconscientes de lo que en la fragua se está gestando. Inconscientes del futuro más inmediato para ellos y el de sus hijos. Tras el derrumbe de las sociedades PIIGS, vendrá el derrumbe de las del centro europeo. No crean que se librarán. No pidan socorro, ya no habrá nadie con capacidad para prestárselo.

Yo haré como Miguel Ríos… “Si es que no encuentras la alegría en esta tierra, búscala, hermano, más allá de las estrellas, ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol” Porque si esta Europa tiene solución y si este mundo es viable será gracias a aquellos de más allá de las estrellas, no lo dudo.

Decía Beethoven: “Yo sé que en mi arte Dios está más cerca de mí… Nada hay tan hermoso como aproximarse a la Divinidad y esparcir sus rayos sobre los hombres.” “Deseo la redención de toda miseria para quien penetre el sentido de mi música. Ningún mal puede provenir de ella. Quien la comprenda se librará de los males que arrastran a los hombres.”

¡QUE SUENE LA NOVENA!

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