jueves, 7 de marzo de 2013

EL REY ESCORPIÓN


Una Fábula de la peor Política

El título de este artículo, aunque coincide con el de una película, nada tiene que ver con ella. Es una mera coincidencia. El caso, en cuestión, está en que dentro del P. Impopular y durante más de veinte años, se fue gestando, lenta, pero de forma firme, la leyenda de un nuevo rey escorpión.

Un rey que llegó con lo puesto y que pronto aprendió las artes y los modales para forjarse una vida de rey. Tuvo la ocasión de ver, comprobar y aprehender las sutilezas de la trastienda política donde lo más indecoroso se cocina y se adoba para servirse en frío o en caliente, según se vea o convenga. Artimañas de las que, algunos, se sirven también para quedar inmunes de cualquier actuación legal en su contra. Aprendió y supo de dónde parten los hilos de la tela de araña, no de un partido político, si no de un grupo que más bien se parece a cualquiera de las mafias que, al precio que sea, imponen sus verdades llenas de mentiras. De cómo esos hilos se entretejen con otros de otras mafias ya sean económicas, empresariales, comerciales, bancarias, mediáticas, religiosas y políticas. El todo atado y bien atado que dijera el mayor dictador de este reino antiguo.

Este forjador de su propio reino fue un alumno aventajado y aprendió rápido (Buenos maestros siempre son necesarios para tales objetivos y los tuvo) Estaba él en el mejor sitio y lugar posible, donde estas artes del camuflaje y de la mentira y de otras muchas disciplinas más brillaban por su abundancia. De ahí a su propio reino era un coser y cantar.

La discreción para no levantar sospechas dentro de su propia casa era esencial, obtener la máxima información de todo cuanto pudiera, también. Pero sobre todo era la confianza. La confianza de los otros sobre uno es fundamental, sin ella no es posible continuar con los sueños de grandeza y de reinados. Este arte básico siempre quedaba revalidado: los que estaban, salían y entraban otros nuevos que, a su vez, también terminarían por salir. Sólo con el tacto necesario él siempre estaría allí, controlándolo todo, absolutamente todo.

Junto al símbolo gaviotíl debieran, hace tiempo, haber puesto otro con el escorpión. Aquellas sobrevolaban los cielos despejados y, éste, la tierra con una orografía harto complicada, pero que, gracias a ella, propiciaba recónditos escondites a los que sólo los más avezados suelen llegar. Escondites con las adecuadas defensas exteriores. El escorpión está dotado especialmente para la escalada de cuántas cimas se le antepongan en su bien estudiado recorrido. Hasta la nieve no supone obstáculo alguno.

A nadie le debe gustar tener en casa a un escorpión o también llamado alacrán. Según parece, su picadura producida por un aguijón situado en el extremo final de su posterior anatomía, es muy, pero que muy dolorosa e incluso puede llegar a provocar la muerte del sujeto picado, si éste no es tratado a tiempo con el antídoto apropiado.

Para montar cualquier reino hace falta dinero, mucho dinero y a ello se aplicó el escorpión escondido. Utilizó de todo lo aprehendido en sus años de aprendizaje. Y ya era capaz de tejer su propia tela de araña sin que nadie, nadie absolutamente, sospechara lo más mínimo. E hizo grandes proezas con la bolsa de valores gracias a las informaciones privilegiadas obtenidas de unos y de otros. Recaudaba fondos de empresas afines y merecedoras de contratos públicos millonarios. Y como el que reparte siempre se lleva la mejor parte, él así lo hacía. Y como no eran dineros sujetos al Tribunal, se repartían a modo de ayudas para los uniformes y corbatas de todos los colores, que los expuestos a las pantallas y cámaras requerían y  recibían. Todo con la mayor de las discreciones y como a nadie amargar un dulce, nadie preguntaba. Más vale sobre en mano que ciento volando.

La avaricia siempre es ilimitada, por eso se llama avaricia. El caso es que su buen salario y privilegios no le eran suficientes al escorpión en cuestión y su reinado. El escorpión puede ir acompañado de pareja o no. Pero en este caso, su acompañante le era muy útil y, aunque nunca se le conociera trabajo alguno, llegó a disponer en sus particulares cuentas bancarias de unas cantidades de dinero inmenso que un juez encorvado no dio más importancia y desestimó cualquier acción. ¿Era un juez pillado en la tela de araña? A saber. Yo lo que sí se es que si me pillan a mí con millones de euros en una cuenta bancaria y no he tenido en mi vida trabajo, o incluso, lo hubiera tenido, me habrían mandado a cuatro o cinco unidades policiales a arrestarme de inmediato y en el interrogatorio hubiera cantado, de un tirón, hasta la Traviata o las bodas de Fígaro, que, ya puestos, no hubiera sido ningún problema.

La cuestión es que todo empezó cuando un juez, que no era encorvado, empezó a tirar de los hilos de otra tela de araña próxima que, aunque estaba repleta de intersecciones, sólo era cuestión de tiempo su desentramado. Ya saben que a ese juez se lo quitaron de en medio de forma rápida, vamos, que lo enjuiciaron, culparon y echaron hasta de la judicatura. Eso tiene el ser fiel a la justicia. Para estas cosas así, la mafia funciona de cojones. ¡Todos a una! Que nos derriban el tinglao.

Cuando no hace muchos años esto aconteció, al escorpión le quitaron todos sus privilegios e incluso, dijeron, lo echaron del P. Impopular. Pero, como casi todo lo que dicen, era una mentira más, pues el escorpión aún mantenía despacho, coche oficial, secretaria y sueldo con un contrato de trabajo que decían era en diferido de una liquidación pactada del pasado al futuro (Ni en la guerra de las Galaxias). Esta trola tan gorda no se la tragó ni el más tonto del reino. Aparecen en ese momento unos papeles con apuntes sombreados en amarillo, que hablan de lo que era una normalidad dentro de la estructura más cerrada del P. Impopular: El reparto para ayuda de uniformes y corbatas… sobresueldos al fin y al cabo, sin tributar ni en su origen ni en su destino.

Millones y millones escondidos y que han sido obtenidos poco a poco sin que nadie se diera cuenta, o miraban hacia otro lado por estar cogidos por los huevos y sabiendo que un apretón en tales partes producen un dolor parecido al de el escorpión, aunque bastante menos. Dicen que vendía hasta besugos, eso sí, bien pintados sobre lienzo fino, pero que por más que estuvieran en el Prado, no justificaban tales fortunas.

Huelga decir que el escorpión, cuando se siente amenazado, es muy peligroso y es capaz de revolverse en contorsiones más que difíciles y picar a diestro y siniestro sin mirar a quién. Llevamos unos meses asistiendo a pequeños aguijonazos que sólo aventuran otros aún mayores. De momento, este rey escorpión, sólo les ha presentado tres denuncias a aquellos que lo mantuvieron y criaron durante décadas y décadas. Son sólo el aperitivo de una comida posterior que se presume abundante, larga, de venganza y hasta orgiástica. Si yo y mi reino caen, no os quepa la menor duda de que el vuestro también lo hará, se habrá repetido una y mil veces el escorpión acorralado.

En todo este transcurso, el P. Impopular alcanzó el poder de la Nación infligiendo uno de los mayores ataques posibles a sus ciudadanos y a su estado del bien estar, desmintiendo descaradamente todas sus promesas electorales. Así, el mismo que gobernaba aquella casa, ahora gobierna la mayor del reino. Dos por uno, que dirán los comerciales. Mucho en juego, gran partida la que estamos presenciando. Aunque sus contenidos no sean los más decorosos ni honestos. El resultado a ningún honrará.

Este desnortado y perdido P. Impopular, este descubierto contubernio político, empresarial y todo lo demás, ha respondido con la denuncia contra el mensajero. Quizás para acallar las voces de un pueblo que está hasta los mismísimos, de tanta y tanta canallada en su contra.

Veremos si la Justicia se mantiene firme en su deber de hacer Justicia, vamos, si la dejan. O será un Juez más al que echen a la calle. Que la cosa es más seria de lo que parece y es muy grave, muy grave. Están jugando con un fuego que es muy fácil que se extienda sin control y son muchas, demasiadas, las chispas ya encendidas.

Dijo la máxima autoridad del Estado que todos, todos los ciudadanos son iguales ante la Ley. De momento no se está cumpliendo, ni siquiera con su hija. Y mal camino es ese. Que están jugando con fuego, no lo olviden.

De momento, el escorpión continúa con sus estrategias y pequeños picotazos. Conforme se vaya sintiendo más acorralado, más profundos y dolorosos serán aquellos, que no quepa duda. Que con un reino no se juega y menos con el que él se construyó, aunque fuera con las prácticas y aprendizajes más obscenos y corruptos.

Él continúa siendo el rey escorpión.

De momento.



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