sábado, 18 de mayo de 2013

DIOS, PATRIA Y REY


Este triunvirato ha sido y es para algunos la base de lo que consideran “Sus principios más sagrados”. Han dedicado la vida a su más estricta observancia. Observancia –ciega-, eso sí, pues ese dios no parece que sea Dios, si no más bien un sucedáneo, esa patria ahora pertenece a Bruselas y a los mercados y el Rey igual ni termina su reinado impuesto por el dictador.

Dios, Patria y Rey; Santiago y cierra España; Santiago Apóstol, el matamoros, patrón de España; Una Grande y Libre; Por el Imperio hacia Dios; Arriba España. Terminologías que no son eternas porque no amparan ninguna verdad. Simbologías usadas e impuestas para forjar cerebros, para manipular voluntades y sobre todo para limitar las libertades y crear masas de adictos incondicionales.    

Batimos todos los récord en cuanto al cumplimiento de tales principios, pues llevamos más de quinientos años con la misma historia. Sobresalimos en ser la “Reserva espiritual de Occidente” y no hay país en el mundo con más procesiones, romerías y rogativas que éste. Sería harto difícil entender tales manifestaciones si no es por que todas ellas van, obligatoriamente, acompañadas de buenos manjares y comidas. Y otra cosa no, pero, beber y comer morcillas, jamón, chuletas a la brasa, buenos quesos curados y paellas de conejo, eso se nos da de maravilla; y si le ponemos música a 300 decibelios, la cosa es una fiesta de cojones. Nunca entendí que ambas cuestiones fueran siempre juntas, nunca me pareció serio, ni siquiera, compatibles. Adorar falsas imágenes junto con el hedonismo propio de la jarana. Lógicamente, la mayoría de todas esas manifestaciones se hacen cuando la primavera asoma y continúan hasta el fin del otoño, que los inviernos son desapacibles para sacar a los santos y santas a pasear por el campo. ¿Irían las mismas gentes si no hubiera fiesta?, ¿Irían se fuera invierno y el calorcito no acompañara?

Este Dios que algunos, hace ya más de 1700 años, se inventaron a su imagen y semejanza, ha sido un Dios impuesto por la violencia y el chantaje y demasiada sangre derramada en su nombre. De no haber creado a la santa inquisición, no serían quiénes son. Asesinaron a los que no pensaban como ellos, los embargaron, los encarcelaron. El miedo era la mejor arma para su objetivo de dominación sobre las voluntades libres. No había lugar a opinar diferente. Impusieron diezmos obligados que, aún hoy, mantenemos en el IRPF. Era y es un chollo poner a Dios por delante. ¿Quién se va a oponer a Dios? ¿Quién es el guapo que va a contradecir la palabra de Dios? Y un aderezo importante en el guiso, es la ignorancia del personal. No hubo escuelas públicas hasta bien entrado el siglo XX y aún hoy vemos cómo pretenden eliminar todas aquellas que no sean las suyas. Les es muy importante la educación para seguir adocenando y aborregando a las mentes más tiernas. Y la beneficencia, que no se olvide, como si nos dieran algo que no nos pertenece.

Este Dios siempre ha estado junto al poder, si es monárquico o dictador, mejor que mejor, que la tradición es muy importante para forjar las mancilladas voluntades. Y sus guerras las convierten en cruzadas, como la civil que provocaron con el único interés de no perder sus privilegios, ni riquezas, amenazados por un sistema de gobierno Republicano en donde lo que se pretende, siempre, es que lo que pertenezca al pueblo sea siempre del pueblo y no de los infinitos intermediarios, sean de ese dios o de las oligarquías empresariales y financieras.

Para terminar con esta unidad del triunvirato, le diré más: Todo eso de ese dios y de esa iglesia no es más que una gran mentira. Son los mayores tergiversadores de la Historia, de la verdad histórica. Todos sus ritos son copiados de otros más antiguos, así como sus grandes verdades, que también. Por eso es tan importante la ignorancia y “su educación”. Al ignorante se le puede manipular, no así al que descubre cuáles son sus bases ideológicas y de fe. Y el negocio hay que mantenerlo al precio que sea, les va la vida en ello. Por que esto que llaman religión, no es más que un negocio de unos listillos sobre los más burros de la clase. Al fin y al cabo a aquellos y a los que son como ellos, sólo les interesa el brillo dorado del oro y el dinero en metálico, les da igual la moneda y su procedencia. La cuestión es tenerlos en abundancia. Y lo más grave de todo esto es cómo juegan con las buenas voluntades de la gente, cómo se aprovechan de su bondad e inocencia y cómo manipulan el espíritu que llevamos dentro para impedir que nos acerquemos, de verdad, al Dios verdadero.

Después tenemos al Rey y su aristocracia, que eran los que los anteriores decidían que fueran y no otros. Es el poder mundano para hacer los trabajos más sucios. Son los recaudadores y los ejércitos y policías para extender la dominación más allá de los espíritus, por la violencia de la fuerza y para mantener el “Orden público” que a ellos tanto beneficia. También gustan de los brillos dorados y de dineros en metálico, que, a diferencia con los ensotanados, que sí cuentan con banco propio, éstos necesitan de los paraísos fiscales para evadir el dinero. Comisionan de todo trato sea éste bueno o malo para la plebe y los guardan en esos paraísos donde su propia Hacienda no los encuentre. Violan las mismas leyes que hacen y hacen recaer en sus pueblos todo el peso de sus desmanes, con hambre, desempleo, suicidios, desahucios y la pérdida de unas pocas migajas conseguidas en la educación, en la sanidad y en la dependencia de los viejos y viejas que, una vez más, han de ser los que hagan un esfuerzo más en mantener a sus hijos y nietos. Éste rey que impuso el dictador, que juró los principios de aquel movimiento nacional, también es católico, como todos los que antes fueron y profesa de esa religión falsa e hipócrita.

Y la Patria. La Patria, ¿De quién? Todos los anteriores han utilizado esta palabra en falso intentando apelar a un sentimiento primario de Nación, cuando ellos lo único que han sabido hacer es esquilmarla y robarla y asesinarla. A diferencia de otros pueblos, éstos no supieron ni conservar el más mínimo lazo con todos aquellos territorios que, el azar de la Historia, convino en poner en sus manos. Mezquindad y mediocridad, como la que hoy vivimos y sufrimos. Nunca tuvieron la más mínima generosidad con “su pueblo”, nunca repartieron nada, bien al contrario.  Todo queda sujeto y bajo los intereses de ese dios, de esa monarquía y de esos aristócratas y oligarcas. ¡Así nos va! En esa Patria no caben los que piensan diferente, los que cuentan con su propio criterio y opinión, no caben los que vienen a joder el negocio secular establecido. Es mejor una Patria de obedientes y sumisos a lo que se les diga, aunque sea mentira, que ellos velan por todos.

Apelan, algunos, a la tradición como seña de identidad. ¿Tradición de qué? Si todo no son más que mentiras y mentiras. Si todo no es más que para sigamos siendo pobres, menesterosos, sin derechos, ni dignidades, sin educación libre de preceptos y axiomas prejuzgados por ellos y su poder, sin siquiera para curar nuestras heridas y enfermedades. Dame pan y dime tonto. Es lo que les gusta, y que les demos las gracias con la genuflexión adecuada y si es posible les besemos la mano que nos extienden.

Ellos gustan de privilegios y exenciones porque se creen superiores al resto. Todo “Por la gracia de Dios”.

Sólo pedimos Libertad, Igualdad y Fraternidad. No más privilegiados viviendo del trabajo de los demás, no más comisionistas, ni vividores del esfuerzo de todo un pueblo. Ni especuladores, ni corruptos legales. ¡Justicia! Y verdadero reparto de la riqueza y de los impuestos.

Este viejo pueblo ha de sacudirse el polvo de tantos SIGLOS injuriado, menospreciado, despojado, atracado, engañado. Este viejo pueblo ha de despertar de ese sueño al que lo tienen sometido, de ese sueño que no es más que una pesadilla que nos mantiene atontados.

¡DESPIERTA PUEBLO ESPAÑOL!

No hay comentarios:

Publicar un comentario