viernes, 14 de febrero de 2014

LA NUEVA EDAD DE ORO PARA LA HUMANIDAD

Descubierta la mayor estafa económico-financiera mundial, los nuevos dirigentes políticos, y ante las innumerables protestas de millones y millones de ciudadanos en todos los países del mundo, aquellos, en su reunión de urgencia en la sede de las Naciones Unidas, han decidido cancelar todas las deudas públicas y privadas del planeta. Todos los registros contables analógicos y digitales serán llevados a 0 cuando se alcancen las 24 horas del próximo día 16.

También se procederá a la emisión de nuevo papel moneda que, siendo el mismo que hasta ahora, tan solo modificarán sus colores para distinguir los viejos de los nuevos. Con tal medida se pretende el afloramiento al sistema de todos aquellos billetes ocultos en los paraísos fiscales y en los domicilios particulares o mercantiles. Con el fin de acabar con dichos paraísos fiscales, el dinero viejo cambiado por el nuevo, permanecerá depositado en los bancos nacionales del País donde se permuten y serán los correspondientes Estados los nuevos poseedores de su valor.

Se procederá a la instauración de la renta mínima necesaria para cada uno de los ciudadanos, evaluando para ello un índice de las necesidades a cubrir en función de su ubicación geográfica y que siempre será más que suficiente para garantizar la libertad y la igualdad entre todos. Todo aquello que exceda de los correspondientes índices será considerado como lujo e innecesario y, como tal, se tenderá a su eliminación del nuevo sistema. Es intención de los nuevos gobernantes que la redistribución de la riqueza sea, a partir de este momento, uno de los objetivos más importantes de sus nuevas políticas.

Todas las bolsas mercantiles serán cerradas, todas las multinacionales y corporaciones disueltas como tales y sus centros de trabajo pasarán a ser dirigidos por los propios trabajadores. La banca dejará de ser privada y solo existirá la banca pública, que velará por los nuevos ordenamientos.

Un nuevo avance en las tecnologías y su aplicación en todos los procesos productivos, harán posible una mayor liberación del hombre con respecto del trabajo como hasta ahora han sido concebidos y entendidos. Esa nueva libertad, acompañada de los recursos apropiados, posibilitará nuevos horizontes en la evolución social e individual del hombre y de la mujer. Nuevos conocimientos y nuevos desafíos serán afrontados en las mejores condiciones de una Humanidad a salvo de los intereses que promovían la escasez y la supervivencia a cualquier coste. Esta liberación de las cadenas que nos sojuzgaban, servirá para encontrar más las cosas que nos unen que las que nos separan como hermanos de una misma raza.

Entre todos acabaremos con la producción por la producción sin más sentido que el enriquecimiento que, para unos pocos, tenían los cánones anteriores. Nuestro planeta es finito y sus recursos también. No es posible mantener una sobreproducción, que por otro lado, no es necesaria, solo por el hecho y la apetencia de las riquezas para unos pocos. Aprenderemos a valorar nuestro Planeta Tierra como lo que es realmente: Nuestra Casa. Pondremos en valor, y a disposición de todos, aquellas tecnologías que, de forma deliberada, nos fueron ocultadas. Tecnologías y maneras de obtener abundante energía limpia, no contaminante y gratuita. Tecnologías que realmente nos curen y sanen de las enfermedades y no nos hagan esclavos de medicamentos y placebos que solo servían para los fines lucrativos de unos pocos.

Todos los dirigentes han aprobado igualmente la eliminación de todas las armas del tipo que fueren y la disolución de sus ejércitos y armadas. Solo una fuerza especial a nivel mundial velará por el cumplimiento de las nuevas normativas y leyes y solo dicha fuerza mantendrá la capacidad adecuada a las necesidades presentes y futuras, bajo la estricta supervisión del Comité de Ciudadanos que será creado para tal fin.

Esta reestructuración de nuestras sociedades eliminará la pobreza y la miseria de un mundo que no es pobre ni mísero, pero sí cubierto de la mentira y del engaño y que, desde hoy, comenzará a disfrutar de su libertad. El género humano va a comenzar a disponer de lo necesario para su gran salto en la evolución de su especie. Nadie lo podrá impedir porque el tiempo ya ha llegado y este tiempo ES NUESTRO.
 
La ruptura con todo lo anterior ha de suponer el RENACIMIENTO de una nueva Edad de Oro del Ser Humano. Su inteligencia, su sensibilidad por la belleza y por todo lo bueno han de prevalecer por encima de lo mezquino y ruin. Eso solo será posible cuando seamos capaces de redistribuir la riqueza y, cubiertas las necesidades básicas y primarias, iniciar un camino de perfección de nuestras virtudes como seres de amor y no de odio. Es la nueva aptitud, la que desde la igualdad ha de imponerse sobre los interesados y falsos cánones que nos han estado inoculando durante siglos. Renacimiento frente a muerte y desolación, esa es la clave. Tomemos conciencia y avancemos en su consecución.

Quedarán disueltas todas aquellas asociaciones secretas o aquellas otras que apelan a credos y dioses basados en un acto irracional que llaman fe. Es mejor una Humanidad sin dios, porque, hasta ahora tan solo nos han servido para matarnos entre nosotros y ser limitación a nuestras más altas aspiraciones de alcanzar nuestra libertad, nuestra igualdad y nuestra hermandad como seres de una misma raza sin divisiones interesadas por dioses apócrifos.

Todos los códigos de justicia son abolidos desde este momento. Códigos cómplices de nuestra esclavitud y miseria. Hechos y construidos por los mismos que deseaban nuestro temor y miedo y nos pisoteaban las cabezas reduciéndolas a la nada y al vacío existencial como individuos. Este nuevo hombre libre, igual y solidario no necesitará de códigos ni de leyes viejas que tan solo pretendían la supremacía de unos pocos sobre las mayorías.

Estas y las próximas decisiones solo contemplan una nueva realidad: La Liberación del Ser Humano. Un hombre libre, y sin las ataduras impuestas durante siglos, será capaz de alcanzar sus sueños de hacer el bien y de buscar, en su interior espiritual, los conocimientos universales que nos fueron secuestrados de forma interesada para nuestro control.

A ese hombre nuevo le esperan las estrellas. Un hombre libre, igual y solidario será más fuerte y poderoso para, desde el bien, adentrarse en el Infinito de nuestro Universo.
Un nuevo hombre nace a partir de hoy. Una nueva humanidad dispuesta a enfrentarse a los problemas que le sean ajenos como raza y como terrestres y no a mal sobrevivir y padecer por los problemas impuestos por otros semejantes y de los cuales comenzamos, hoy, a liberarnos.

Las más grandes páginas de la Historia dan comienzo. Una nueva Humanidad donde lo humano sea más humano cada día y donde nuestros espíritus, encontrados desde la simpatía y la suficiencia, sean la mayor fuente de energía positiva del Cosmos. El ser humano despertado por el ser humano y no contra el ser humano. La generosidad frente al egoísmo.

Es nuestro deber alejarnos del primitivismo al que nos han obligado vivir. Encorsetados en cuatro reglas destructivas de nuestra verdadera esencia.

Alcanzar grandes logros tecnológicos es incompatible con la miseria y la pobreza. Pues, ¿De qué nos sirven, si hemos de buscar la comida en los contenedores de la basura? Nuestros gritos de ruptura y de renacimiento han de ser escuchados en todos los rincones de nuestro planeta y en todas las estrellas de todas las galaxias. Nuestra decisión por abandonar la podredumbre y la angustia por la vida, ha de ser firme y decidida, irrenunciable. ¡Queremos vivir! Disfrutar de nuestro mundo y de cuanto fue puesto para nuestro goce y complacencia.

De conseguirlo, seremos nuevos dioses en este Universo Infinito del que formamos parte.

Tan solo depende de nuestra buena voluntad colectiva.

¿Por qué no empezamos?


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