Tienen que ser muy mediocres para no querer ver esa potente ráfaga
de luz delante de los ojos y no verla o tener a una líder innata e ignorarla,
siendo como es de cicatera la Naturaleza en proveernos de buenos líderes. El
caso se da en Cartagena, donde una chica joven, Ana Belén Castejón, da muestras
de su capacidad para el liderazgo y de su compromiso para hacer la oposición
que nunca se hizo por parte de otros, que tuvieron y tienen esa responsabilidad
y nunca la ejercieron como debieran.
Esos otros que llevan décadas dormidos sobre los laureles de
la consolación y que, comicios tras comicios, solo obtienen fracasos y pérdidas
de apoyos de los ciudadanos que, lejos de ser tontos, perciben, a las claras,
quienes defienden y quiénes no, sus intereses como principales accionistas de
la mayor empresa local que todos pagamos.
Da igual que pertenezcan al mismo partido, pues, lo que les
prima a esos otros, ni es el partido, ni los intereses ciudadanos y su
bienestar. Son los suyos propios e incluso, me atrevería a decir, aquellos de
los propios del gobierno y de otros que siempre permanecen en la sombra del
tambanillo. Esa y no otra es la percepción de su trabajo por parte de todos los
espectadores.
Ocurre, entonces, que los que están –perdedores natos y
atados por los compromisos apalabrados con los enemigos políticos- mueven todas
sus fuerzas e influencias para cortocircuitar el natural y necesario
surgimiento de una, en este caso, lideresa. Dificultan, con la grava más ruda,
todo lo que está en sus manos para que ese partido –PSOE- al que deben todo,
siga anclado en los muelles secos de una inoperancia teledirigida y harto
manifestada por la desconexión con quienes verdaderamente son sus fuerzas de
apoyo y fin principal: Los ciudadanos-as, en este caso, cartageneros.
Hace años, demasiados ya, que un alto dirigente me confesaba
que el partido estaba mejor en la oposición. Y hace menos tiempo, otro, me dijo
que las elecciones locales se ganan o pierden en Madrid. Con estas afirmaciones
demuestran, así, una actitud de lo más nefasto y deplorable para los intereses
de un partido político con aspiraciones de gobierno. Y personajes así, son los
que han conducido al PSOE a la situación actual… caminito hacia la nada. Gentes
así son elegidas democráticamente en las asambleas correspondientes. Lo que
sucede es que los militantes que los eligen no suelen ser los mismos, pues ya
se encargan ellos de que esa militancia que les apoya, sea diferente de una vez
para la otra. Siempre han controlado esos censos y lo han hecho para
salvaguardar “Sus proyectos políticos” que quedaban reducidos al reparto de
los, cada vez, menos puestos institucionales. Qué les importa a ellos que, en
estas décadas, se pasaran de 30.000 votantes a 10.000 en las últimas europeas.
Ellos ni se mueven, ni rectifican, ni modifican, ni alientan, ni provocan, ni quieren…
Con solo mantener “Su puesto” ya les vale. Pues, para eso les sirve el partido
del que han hecho instrumento de sus ambiciones personales y particulares. Todo
ello, en vez de ayudar, de colaborar y de reconocer a quien demuestra tener buena
madera y carecer de hipoteca alguna para liderar el proyecto; de ponerse a su
lado y trabajar para cambiar la deriva. De hacer una oposición digna, de no pasar
ni una. De defender los intereses de sus vecinos y vecinas, que no es otra cosa
su obligación.
Sin embargo y, a pesar de todo y de tanta mediocridad y
falsedad, dentro del propio organismo surge el milagro y alguien dice: ¡Basta
ya! Y tras un corto periodo de tiempo, (A los líderes no les hacen faltan décadas,
porque su liderazgo es innato y fácilmente detectable) es capaz de dar los
giros necesarios para volver a ilusionar a mucha gente y aglutinarlos en la
defensa de lo que siempre tuvo que ser, que no es otra cosa que ejercer, con
dignidad y decencia, los intereses de aquellos que votan o que querrían hacerlo
al ver un trabajo serio y honesto. De ganarse el pan, que se dice.
Pero, como usted ya sabe, en el interior de las puertas
suelen haber cerraduras y pestillos que pretenden dificultar, en todo lo
posible, el acceso, no vaya a ser que las interioridades y los internos sean
removidos por el milagroso huracán. Ahora sí, se apresuran en engrasar todos
los impedimentos, locales y regionales, para intentar que el huracán pase sin
más y se diluya en una mera tormentilla. Surgen personajillos de la cerrajería
de amplio espectro en ayuda de estos y piensan que otros vientos les traerán,
sin más, los votos perdidos y por decantación. Qué equivocados están y qué
anclados en los muelles secos donde ni el agua roza sus cantos. Y con la de
muelles nuevos que han aparecido y con agua cristalina que da brillo y lustre a
la vieja piedra.
Estas son las realidades y las dificultades internas que hay
que añadir a las no pocas externas. Buscan el agotamiento y el cansancio e
incluso algo de chantaje, si se quiere, cuando se buscan otras posibles
ubicaciones para el huracán. Flaco favor y pésima dirección política el atender
a estos viejos empecinamientos por mantener lo obsoleto e inoperante o,
simplemente, ninguna amplitud de miras.
Detonan cohetes en el aire intentando que la nube preñada de
aguas limpias pase sin más. Pero yo creo que están equivocados, una vez más, y
esta nube, este huracán, seguirá hasta limpiar todo lo impuro, lo de dentro y
lo de fuera. En eso confiamos muchos…
… Por el bien del socialismo en Cartagena, que tanta falta
nos hace en esta sociedad neoliberal y neoconservadora donde la corrupción y el
pillaje triunfan a costa del empobrecimiento y la miseria de la gente.
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