viernes, 18 de julio de 2014

UNA TIERRA SOLEADA DE LADRONES

Eso es lo que es nuestra vieja España, una tierra de ladrones. Y el que no roba es, sencillamente, porque no sabe cómo hacerlo o es gilipollas, porque, pudiéndole hacer, no lo hace. Para más INRI esto es lo que dicen las gentes, cuando saben de “algún gilipollas”. O sea que el honrado pasa a ser un gilipollas, según el vulgo. Hasta ahí llega la cosa de la des-formación secular de la que hemos sido objeto.

Toda nuestra historia ha sido siempre un robo continuado de las clases más pudientes a las menos. Y llegaron a convencernos de que eso es lo normal y natural, lo evidente, lo justo. Por algo siempre se dieron como prerrogativa que todo cuanto hay bajo este suelo les pertenece solo a ellos y que nosotros, el pueblo que nunca alcanza soberanía alguna, estamos a su servicio para lo que a ellos les haga falta. Y, en esta pseudo-democracia, ídem de ídem. Porque al no ser una democracia real –el pueblo no es el soberano-, los pudientes cambian las tácticas de su ladrocinio; aunque el resultado sea el mismo: los españolitos con lo puesto y aquel que se descuide, a la cárcel. Que alguien tendrá que ir. Que han de justificarse tantos y tantos juzgados, tantos y tantos jueces, tantos y tantos abogados. Una justicia a la que pusieron precio para aquellos que puedan pagársela y los que no, a tragar, conformarse o directamente al trullo.

Nuestra tierra fue famosa por sus bandoleros, que viendo lo que veían se apuntaron al carro y como su formación económica y jurídica no daba para más, lo hacían desde la ilegalidad más desnuda y con el trabuco entre las manos. Un gran error que les hacía pagar sus fechorías con el garrote vil. Qué ilusos y qué cándidos nuestros serranos bandoleros. Hacía ellos, que tanto perturbaban el orden económico y social se dirigían todos los esfuerzos de La Ley y del Estado. Solo ellos eran los ladrones. ¡Qué osadía robar al poderoso, al único soberano!

Nunca esos esfuerzos de La Ley y del Estado se encaminaron hacia los que verdaderamente alteraban el orden económico y social: los bien vestidos y confesos hombres de maneras refinadas y hablares de cierta cultura y formación putrefacta. Tampoco hoy, en estas décadas donde el más pintao ha robado, vía directa o indirecta, todo cuanto en sus manos ha sido posible, se dirigieron hacia ellos los esfuerzos de La Ley y del Estado. Para tres o cuatro juicios en marcha, cientos o miles que prescribirán como mandan los cánones. Y aquellos que se enjuician no pagarán nada comparable con lo robado, ni con el daño social producido, ni devolverán todo lo sustraído. Quizás aquel garrote vil fuera hoy mejor que ayer. A aquellos bandoleros los dibujaban en retratos que eran colocados en las plazas públicas para conocimiento del personal y para posibles delaciones. Hoy no. Hoy a aquellos evasores fiscales se les ampara desde el Estado y no hacen públicos ni sus nombres ni sus retratos. Demasiado importantes han de ser, demasiado alto su status para que anden en boca del populacho, demasiado riesgo para el orden y La Ley. Se les ampara, cuando no se les perdona o indulta. ¿No son, siquiera cómplices, estos que ocultan este tipo de informaciones? Parece que no, hay quien tiene los datos de más de 500 hombres y mujeres que han defraudado, incumplido, evadido sus obligaciones con la Hacienda y se les oculta, se les ampara y defiende. Entre ellos se defienden del vil populacho.

No me resistiré a recordar a Arturo Fasana, el bróker de la evasión a Suiza de todos los españoles con posibles y contable suizo de la trama Gürtel. Cuando los inspectores españoles acudieron a sus oficinas en Suiza en busca de documentos relacionados con la Gürtel, repararon en una carpeta, que si no recuerdo mal, estaba identificada como “Soleado”:

“¡Deje usted eso en su sitio. Si le enseño el contenido de esa carpeta hunden a España!” Fasana, que no está acostumbrado a elevar la voz por haber sido educado en los mejores y más exquisitos modales, increpa así a los agentes españoles. Uno de los inspectores alarga la mano para coger una carpeta que pone “VIP´S” y Fasana, intentado recomponerse les dice:

“-Por favor, deje eso en su sitio. No está dentro de los contenidos de la comisión rogatoria.”
Como verán lo importante es preservar España y no a los españoles y así nos va y estamos como estamos a punto de la quiebra económica, social y política más grave de los últimos siglos. Pero se preserva a los delincuentes de guante blanco que permanecen impunes y ajenos a cualquier investigación. Como si ellos, solos, fuesen España, precisamente.

Alguien reconoce la trascendencia criminal del contenido de una carpeta, pero los inspectores no pueden ni tocarla, pues no han venido por eso. ¿Cómo se llama este juego? Qué norma o ley puede amparar que dicha carpeta u otras se mantengan ocultas.
Es aquello de que si le debes 5 euros a un banco, te pueden hasta embargar los calzoncillos, pero si les debes 5 millones ya es otra cosa.

Lo que más me extraña es que no proliferen más los bandoleros en la sierra, pero claro, hoy con tanto adelanto y GPS, saben, en seguida, dónde te ocultas y ya no es tan fácil como antes. Que no es lo mismo contar con el amparo del Estado y La Ley que el de los árboles, altitudes, rocas y cuevas de la montaña. No se pueden comparar, amigo. Además te promulgan nuevas leyes para que, pase lo que pase, te hagan lo que te hagan con tu dignidad de ciudadano (Que para ellos nunca debiste tener ni tendrás) te mantengas en silencio, oculto en tu casa –si aún te permiten tenerla-, y no hables con nadie igual o más indignado que tú y, sino obedeces, te coserán a multas y multas que quizás ni puedas pagar y, entonces, al trullo. Ahora van a prohibir el derecho a la huelga, porque al final, ese es el objetivo: que trabajes dando las gracias minuto tras minuto y, si te pagan algo por todo tu tiempo y trabajo, que beses el suelo por donde pise el jefe o el dueño de tan honrosa y loable empresa con doble contabilidad. Y ni se te ocurra ponerte malo, ni pedir permiso para ir al baño. En algunos países te limitan a 6 minutos esa visita y te premian con unas monedas si no vas a ellos y en otros han puesto pañales –que descuentan de su salario- a los trabajadores, y que, cuando lleguen a casa, se los quiten o cambien, según autorice o no la pareja (Así se ahorrará la limpieza del saneamiento y derroche de agua) Si todo al final es cuestión de acostumbrarse, porque, al fin y al cabo, somos solo eso, un animal de costumbres, ¿O no?

Vamos mejorando porque somos más productivos y así, algunos podrán robar más, porque esos algunos, hoy, son millares y millares y necesitan más que antes.

Pues ya lo sabe, España siempre fue tierra de ladrones y lo sigue siendo hoy, aún más. Pero no se equivoque, los ladrones no son como usted o como yo, son de guante blanco, los próceres de esta España y su triste y siempre negra historia. Usted y yo somos los que trabajamos y pagamos para que ellos se lo lleven a Fasana, y los archive en la carpeta “Soleado VIP´S”.


¡Que le aproveche!

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