Seguía por internet el pleno del pasado lunes y a esto que su
concejal de urbanismo e infraestructuras, contestando a una moción de la
portavoz socialista sobre el alumbrado del nodo de comunicación de la autovía
que nos enlaza con el mundo exterior, se lía con la crisis y los robos del
cableado que algunos utilizan para sobrellevarla. Que no dan abasto, dice. Este
su concejal y, en el caso concreto de la moción, MIENTE. Es verdad que fueron
robados cables antes y después de recepcionar la obra. ¡Años ha de eso! En las arquetas de conexión con cada una de
las farolas, echaron montones de hormigón para acabar con esos robos. Además,
en algunas ocasiones han encendido alguno de los tramos. Así que en este caso,
el Sr. Espejo ha mentido al Pleno municipal y a los ciudadanos de Cartagena y
¡Se queda tan pancho el hombre! La única verdad es que no tiene dinero para
pagar la factura de esas luminarias, como de tantas otras en la ciudad y en sus
diputaciones. Y esta es la recuperación económica de la que tanto se les llena
la boca. Es, LA VIL MENTIRA, una de sus señas de identidad hacia los
cartageneros, señora alcaldesa.
Al tiempo, noticias de la capital del Estado se agolpan en
las redes, media centena de honorables y dignos próceres han sido detenidos.
Alguno de ellos muy cercano a usted, insigne comendadora. Su situación política
se le podría estar complicando porque los segadores ya parece que están cerca.
Se empieza por campos que quizás sean ajenos, pero, como no hay barreras entre
unos y otros que impidan continuar con la sega, es harto posible que los
segadores continúen y amplíen sus campos de trabajo, aquí y en los otros campos.
Todos los decentes de este término municipal llevan años esperando confirmar
que las semillas y los sembradores de las mismas, no lo hacían para regocijo y
bienestar de sus conciudadanos, sino para el suyo propio. Que tanta honorabilidad
y dignidad no eran reales, ni ganadas por el esfuerzo del trabajo bien hecho,
sino más bien por el chanchullo de mercadear con lo que no les pertenece.
Tantos años haciendo siembras infructuosas para los intereses
generales terminan por dar la cara. La podredumbre de la ciudad y de sus
ciudadanos se contrapone al boato y a la ostentación de la que hacen gala esos
malos agricultores. Pésimos gestores del agro como usted, han provocado que 25
personas de cada 100 estén en una situación de exclusión social y que 41 lo
estén pasando verdaderamente mal. Que miles y miles de niños y niñas pasen más
necesidades de las que debieran por vivir donde viven. Que cientos de miles de
familias se hayan quedado sin sus casas y endeudados de por vida. Ustedes, las
sanguijuelas de estos riachuelos secos y áridos, han expoliado y tergiversado
el orden natural de las cosas y pagarán por ello, no lo duden. Porque, en el
sabio y certero refranero español, todos conocemos sentencias al uso que yo me
evito reproducir.
Usted, señora alcaldesa recogerá, más pronto que tarde, la
cosecha que ha cultivado en todos estos años. Usted y los que la ayudaron en
tales menesteres. La verdad vencerá, como no puede ser de otra forma y cada uno
quedará donde verdaderamente le corresponda.
Aquellos que aún la amparan sabrán qué están haciendo. Quizás
nos les quede dignidad alguna, ni razonamiento que poder argumentar, pues, a
tanto, ha llegado la usura y la sinvergonzonería que los movía a todos.
Estos esquilmados campos necesitan de la catarsis griega,
necesitan que sean separados los granos y que, las malas hierbas, den con sus
raíces en los calabozos más oscuros y no obtengan jamás la paz que ellos
extirparon a los inocentes. Que la denostada Justicia no ceje en su empeño, ni
limite los campos que limpiar. Que un campo lleva al otro y el otro al otro.
Que limpien, de una vez y para siempre, y de estos viejos agros, a tanto Al Capone
y tanto D. Vito y sus malas compañías.
Y si tienen que caer gobiernos, que caigan, que nos convoquen
a las urnas lo antes posible. Que es mucho mejor eso que otra cosa, que la
paciencia tiene un límite y estamos muy cerca de sobrepasarla. Un gobierno de
hacendados y terratenientes, de oligarcas neoconservadores, nos sedujo con
dinero fácil y otro nos ha vaciado los bolsillos, los derechos y las
esperanzas. Ambos nos mintieron y engañaron, ambos tienen a un depredador como
símbolo. ¿Qué podíamos esperar?
¡Ahí están!, recogiendo los frutos últimos de toda mala siembra.
Y a ustedes, los jueces y los cuerpos de seguridad, no
cejen en sus investigaciones, continúen con ellas hasta el final y caiga quien
caiga. Solo ustedes pueden devolvernos algo de la esperanza perdida, solo
ustedes tienen la legitimidad de promover y encontrar la verdad de los hechos
que nos han conducido a la triste y deplorable situación de España. Son ustedes
nuestra última expectativa para recuperar el orden económico que jamás tuvo que
ser alterado por estos cuatro listillos. Que es verdad que no son muchos si los
comparamos con los 40 millones de españoles, pero ¡Han hecho tanto daño y a
tantos! Que es como si hubieran sido miríadas. No permitan que les pongan palos
en las ruedas, ¡Rómpanlos antes! ¡No se detengan! ¡Limpien y aseen este sucio
espectáculo!
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