jueves, 30 de septiembre de 2010

DESMANTELANDO EL ESTADO DEL BIEN-ESTAR

Si después de que nuestro gobierno socialista aprobara las medidas de recorte salariales, de congelación de pensiones y de derechos adquiridos y de que los sindicatos convocaran la huelga general, resulta que los que aún siguen trabajando por un mísero salario; si los que como yo lo perdieron y los, hoy pensionistas, no consiguieron ejercer su única fuerza para elevar su protesta más firme en este viejo país es, como mínimo, desalentador. Y esto es más grave de lo que pueda parecer.

¿Qué más da que los sindicatos hayan observado los comportamientos más reprobables? Que hayan saqueado las arcas del Estado, varias veces, con el cuento del patrimonio sindical. Que hayan obtenido millones y millones por subvenciones a cursos de formación. Que sólo hayan dedicado sus esfuerzos a mantener y defender su cuota en las grandes empresas del país. ¿Qué más da si han sido los únicos que, al final, plantan su cara para defendernos de esas medidas de recorte que, por otro lado, sólo han empezado a asomar? Sólo por esto hubiera merecido la pena participar en esa huelga general. Pero la realidad objetiva es la que es. Los ciudadanos trabajadores y en situación de desempleo no parece que se enteren de qué va la película.

Ocurre, la más de las veces, que cuando te pierdes el comienzo de una buena película te has perdido para la siguiente hora y media. No te enteras de nada. Muchos, demasiados son los que se han perdido el comienzo de esta película. Y así nos va.

Ésta comenzó cuando unos desaprensivos y codiciosos decidieron globalizar su particular monopoly. Convinieron que la vieja Europa podría ser un impedimento a sus ruines intereses y decidieron acabar con ella. En ese mundo globalizado no era permisible que un grupo de naciones mantuvieran un particular y envidiable “Estado del Bien-estar”. Si lo permitieran, las demás naciones del mundo reclamarían su legítimo acercamiento a esa situación necesaria para su evolución personal y lógicamente social. Esta posible y futura ambición supondría mayores repartos de la riqueza y a eso no estaban dispuestos. ¿Qué es eso de sanidad gratuita?, ¿Qué es eso de indemnizaciones por perder el puesto de trabajo, además de la intervención de la judicatura? ¿Qué es eso de bajas por enfermedad o por embarazo? ¿Qué es eso pensiones por jubilación, por viudedad, por enfermedad? ¿Qué es eso de disponer de dinero?

En los tiempos antiguos, o sea, hace sólo 200 años, los amos y señores se medían por el número de esclavos que tenían. A más esclavos más amo y señor. Europa supo, a través de 2 guerras mundiales y de mucha, mucha sangre derramada, crear un Estado del Bien-estar en el que los ciudadanos y siempre a través de la LIBERTAD, vivieran simplemente en PAZ. Hoy derrumbadas las ideas de progreso y de reparto de la riqueza, Europa está gobernada por la derecha económica más retrógrada y nefasta para el común de los ciudadanos. Sólo quedaba España con un gobierno de una izquierda ya centrada, a la que bastaría con enseñarle los colmillos o, quizás, incluso algunos chantajes. Y en cuestión de pocos meses donde se decía A se pasó a decir Z.

Y como siempre en la historia, el pueblo se haya dejado no de la mano del Señor, sino de la mano de quienes nunca tuvieron visión de Estado, de estadistas que nunca lo fueron, de gobernantes chantajeados… Y el sueño de Europa se ha desvanecido. Esa unión europea se ha quedado en dar pábulo sólo a los mercados y éstos son lo que son, nocivos para los ciudadanos. Los han hecho incompatibles. Están ganado los mercaderes, los especuladores, los codiciosos, los viles; los que nunca debieran triunfar.
Confiamos los ciudadanos europeos en que nuestros dirigentes trabajaban por y para nuestro bien-estar. Hemos sido defraudados. Han trabajado y trabajan todos estos años exclusivamente para los mercaderes. Se dejaron comprar, sólo ven los números que a éstos interesan. Nos engañaron.

Enormes estructuras comunitarias con miles de funcionarios, pagados con nuestro dinero, que han sido incapaces de tomar las medidas más sencillas y coherentes para evitar este desmantelamiento del estado del bien-estar, que también hemos pagado. Fueron los primeros en sucumbir a los intereses particulares de dos o tres naciones preeminentes. De sucumbir a la inmediata globalización. Globalizaron el planeta mercantilmente olvidándose de los seres humanos que lo habitamos. Nos hicieron, de golpe, a todos más esclavos. Hoy los amos son más amos que hace 200 años. Y yo me pregunto si ¿hay alguien ahí?

Alguien capaz de poner un poco de orden en este, aún, maravilloso mundo. Porque estoy convencido de que sólo se trata de esto, de poner orden. Poner las cosas en su sitio y a cada uno en su lugar. Y siempre y por encima de todo está nuestra grandeza de ser SERES HUMANOS.

Quizás, los datos van confirmando, existan otros seres en la inmensidad del cosmos. (Siempre he estado convencido de ello ¿Por qué si no, tanto universo para nosotros solos?) Es más, creo que siempre anduvieron junto a nosotros, para lo bueno y para lo malo. Además, estoy convencido de que las películas, ya sean de ciencia ficción, como de desastres naturales no se hacen por que sí. Es posible que sean los modernos oráculos (respuesta que da Dios o por sí o por sus ministros). Y simplemente no los entendamos o no queramos entenderlos. Este mundo tiene ya demasiados secretos y quizás vaya siendo el tiempo de que la trama llegue a su fin y todo a pesar de los mercaderes.

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