domingo, 16 de enero de 2011

A POR LOS OCHENTA MIL

Mi más contundente condena a la agresión sufrida por Pedro Alberto Cruz, consejero de Cultura y Turismo de nuestra Comunidad Autónoma. En un estado democrático, las diferencias políticas, han de saldarse en otros escenarios (que para eso nos los hemos dado) y no en el de la violencia y menos cuando ésta es personificada.

Confío en que los autores de este hecho tan deleznable y ruin sean detenidos, lo antes posible, y por quien corresponde, las autoridades policiales. Si algún caso requiere de la mayor diligencia, por el bien de todos, éste es uno de ellos. Y todos los ciudadanos celebraríamos la puesta a disposición judicial de los autores, sean quienes sean.

Ahora bien,
¿En qué cabezas sensatas y cuerdas cabe imputar los hechos, cuando aún se desconoce a los autores, a “la ultraizquierda más rancia y agresiva”? No son pues cabezas sensatas y cuerdas sino más bien repletas de odio.

¿Qué mente puede afirmar que “Estamos viviendo en Murcia un clima enrarecido por unos pocos, que han hecho de la mentira y la amenaza su estandarte para actuar”, sino es una mente paranoica?
En el mal gobierno de esta región lleva 16 años haciéndose y nadie les dijo nada… son los gobernantes (unos pocos) de esta región los que han creado el clima enrarecido. 170.000 parados, empresas que se ven obligados al cierre, entre otros motivos, porque los que gobiernan no les pagan. Miles de desahuciados de sus hogares, los comedores sociales a reventar y un largo etcétera de desgobiernos que han hecho de la mentira su estandarte para actuar. Y la Justicia también tiene que ver con este clima tan enrarecido, con tantos y tantos casos de corrupción sin resolver. Eso provoca, cuando menos, sospecha de que algo más está enrarecido…Y la gente lo está pasando mal, verdaderamente mal. Y todavía queremos las calles tranquilas y en silencio.

El portavoz adjunto del Gobierno regional, Miguel Ángel Pérez, declara:
“Responde a la frustración irracional y al clima de tensión promovido por la izquierda recalcitrante, que ha mostrado su verdadera cara y su estrategia de manipulación”. Sin darse cuenta se autodefinen ellos mismos: -frustración irracional- la que ellos tienen y no esperaban con la respuesta en las calles, no solo de los funcionarios sino también de los afectados por el desgobierno del gobierno –clima de tensión promovido por la derecha recalcitrante que ha mostrado su verdadera cara y su estrategia de manipulación- vean sino cómo tratan sus medios afines a cualquier iniciativa que no sea del interés gubernamental.

Continúa la joya de la comunicación: “La impotencia y el odio que genera en la izquierda su ostracismo político y el resultado de las encuestas en la Región…” Encuestas que son anteriores al ejercicio democrático de las manifestaciones que tienen lugar y que la realidad posterior puede apuntar a un cambio de gobierno en las próximas elecciones. Eso si que les pone nerviosos, muy nerviosos. Y quizás responda al temor de que con la pérdida del poder puedan conocerse las tropelías cometidas durante tanto tiempo y con toda la desfachatez.

Aparece Rajoy diciendo: “La agresión sufrida por Pedro Alberto Cruz es el último y más grave episodio de una campaña de acoso contra el Gobierno de Murcia que se ha venido desarrollando en los últimos días ante la pasividad del Ministerio del Interior”
Qué mal lo llevan, cuando son a ellos, a los que el pueblo les protesta y les exige. Han llamado hasta al Rajoy. Y total por cuatro huevos y por que la casa del Presi está ahí, justo en la Gran Vía, que es por donde, en Murcia, siempre se han desarrollado todas las manifestaciones.
Procuran que el silencio impere siempre y el desconocimiento también.

Dicho lo anterior:
Para la próxima manifestación hemos de llegar a los 80.000 manifestantes como mínimo. Los murcianos no pueden quedar impasibles ante tanto desacato, mentira, tergiversación y manipulación.
El gobierno regional se ha hundido en lo más bajo de la ciénaga al priorizar sus réditos políticos con este lamentable suceso. Efecto boomerang, se llama.
El gobierno regional ha perdido la poca credibilidad que le quedaba al apuntar directamente a la izquierda socialista.
El gobierno regional ha perdido el norte culpabilizando a los sindicatos y a los funcionarios “de sembrar vientos para que se recojan tempestades”
El gobierno regional ha demostrado el mayor de los cinismos posibles en mentes que, se constata, están enfermas de soberbia y prepotencia.


Y finalmente y, después de todo, puede también resultar que los motivos hayan sido sólo y exclusivamente de competencia personal. Es otra variable a no perder rastro. Porque ya me dirán ustedes, estimados y pacientes lectores, cómo se les quedaría la cara a más de uno. Y eso sin presentar su dimisión, como corresponde a tanta jeta.

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