miércoles, 4 de julio de 2012

LA REALIDAD OCULTA Y LA LLEGADA DEL APOCALIPSIS


Nos encontramos inmersos en una realidad que las élites que nos gobiernan nos han ido imponiendo en las últimas décadas con mayor ahínco, sabedores que su fin está próximo. Una crisis financiera, como nunca antes, que nos está distrayendo de lo verdaderamente importante. Porque no somos conscientes de cuáles son los verdaderos cambios que se están realizando a nuestro alrededor.

El sol ya no se esconde por donde siempre. Nuestro planeta ha variado su eje de rotación. Las estrellas no están donde estaban. El campo magnético que nos protege de radiaciones cósmicas está más débil que nunca. Alrededor del sol ocurren cosas que ningún científico puede explicar. Una esfera gigantesca, de un tamaño varias veces superior a nuestra tierra que se acerca al mismo y que parece conectarse, enchufarse y que, una vez recargada, se aleja. Otros cientos de esferas que pululan a su alrededor y otras que incluso parecen atravesarlo. Otros objetos no esféricos y de enorme tamaño que también se pasean sin responder a las fuerzas gravitacionales, ni a las altísimas temperaturas, ni a las inmensas radiaciones magnéticas ni de plasma.

Culturas de hace milenios (Sumeria, Maya, Egipcia, Cristiana, etc.) que nos informaban de un planeta inmenso que nos visita cada 3.600 años, Nibiru, Ajenjo, Planeta X, Tyche, son algunos de sus nombres. Y que hoy, según parece ya, es visible.  Algunos incluso hablan de estar habitado por los Annunakis, que, otros afirman son nuestros creadores a partir del mono y los necesarios retoques genéticos.

Todos los planetas de nuestro sistema solar giran alrededor del sol y a su vez nuestro sistema gira alrededor de otro mayor en uno de los brazos de la espiral de nuestro centro galáctico. Según la cultura Maya,  esto se hace en un proceso que dividieron en cinco periodos de 5125; éste el tiempo que el sol central de la galaxia da para el desarrollo de una civilización y para que ésta avance en su proceso evolutivo. Ahora nos encontramos en el último año de los 13 que nos situará a la entrada a la luz de la galaxia. Dicen que el tiempo irá más rápido, que nuestras percepciones se agudizarán y nuestros conocimientos se verán ampliados. Éste último periodo de los 25.625 años que dura nuestra rotación al centro galáctico, es el que dará comienzo, según los mayas, el 21 de diciembre de este año.

Otras percepciones afirman que a partir de esa fecha entramos en el período Bíblico según el cual tendrá lugar la llegada de Cristo.  Él mismo siempre nos habló de su vuelta.

No quiero, o sí, imaginar el follón que se va a montar. Es de suponer que esta vez no vendrá a contarnos las cosas a través de las parábolas y que hablará clarito. Tampoco, espero, de tregua a tanto sinvergüenza y cara dura que nos han estado engañando estos 2012 años. Sobre todo a esa iglesia que usurpó su nombre y sus enseñanzas de amor fraternal para manipular la verdad y el origen de nuestra existencia. Estos tiempos que vivimos ya no son tiempos para las divagaciones, sí lo son para la exigencia de responsabilidades. No es que hayamos acabado con la esencia verdadera de la Humanidad, es que casi nos hemos cargado nuestro planeta, la casa que sustenta a aquella y a tantas y tantas especies animales y vegetales que los dioses pusieron a nuestro cuidado. Ha sido la codicia y la avaricia de los pocos poderosos que pactaron con Satán, los que nos han llevado a esta situación de caos y de desolación. A un mundo corrupto, viciado y pervertido, a un mundo lleno de la maldad que ellos han sembrado para su gozo.

Y Cristo, el auténtico, el que dejó dicho, viene a pedir cuentas. Es el tiempo y vamos a ser testigos, seremos ajusticiados por nuestros hechos y no hechos. Por nuestro nivel de corrupción. Una nueva guerra entre el Mal y el Bien va a tener lugar y sus naves están ya tomando posiciones. Todos los libros antiguos, religiosos o no, lo recogen. Es el tiempo y vamos a ser testigos. El Apocalipsis está a nuestras puertas. Nuestra incapacidad ya manifestada en la realidad que nos circunda es prueba de ello.

Hemos dispuesto de todo lo necesario para ser felices pero las fuerzas del mal siempre han salido victoriosas. No hemos sabido enfrentarnos a ellas, quizás por que sean muy poderosas, quizás por que los miedos y los chantajes han sido muchos. Presos de nosotros mismos, no hemos tenido la valentía suficiente para enfrentarnos a todos esos hijos de la gran puta que nos han estado mintiendo a cada instante.

Se derrumbarán, muy pronto, todas las hipócritas estructuras que Lucifer y sus secuaces crearon para nuestra esclavitud, y eso, a pesar de que opondrán todas sus fuerzas para continuar con tanta farsa. Incluso volverán a mentirnos, volverán a erigirse en los únicos salvadores de este mundo que consideran suyo.

También está escrito que, por esta vez, Cristo saldrá vencedor y los ángeles caídos y sus secuaces serán derrotados. Por fin el Bien ganará al Mal. Nuestra única obligación será no confundirnos con los malvados, esa será nuestra ocasión.

Y aquellos que salgan victoriosos volverán a tener una oportunidad de hacer de este maravilloso planeta el verdadero Paraíso que siempre fue. Todo esto está escrito y sólo queda esperar, estar atentos y no equivocarnos de bando.

Que les vaya bien en el Apocalipsis.


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