domingo, 3 de marzo de 2013

UN PUEBLO SIN BUENOS DIRIGENTES



Eso es lo que ha sido España durante siglos y ese hecho de no tener buenos dirigentes se ha visto acentuado en el último siglo, en las últimas décadas hasta el presente más desastroso. No hemos tenido suerte los españoles con aquellos que parecían ser los más preparados y adecuados para la gobernación de nuestro viejo País.

Desde aquellos dirigentes del sector empresarial e industrial, desde los terratenientes, de los comerciantes hasta los curas y cardenales que promovieron una guerra civil para mantener sus privilegios por encima de los intereses de la Nación, hasta aquellos militares que, haciéndose eco de tales ignominias y decimonónicas ideologías, empuñaron las armas en contra de todos aquellos que pretendían alcanzar un poco de progreso, de libertad y de igualdad. Ganó el desastre de continuar con las mismas estructuras de privilegios para unos pocos. Los ricos por encima de los pobres.

Más de cuarenta años educando a los españoles en el servilismo al amo y al señor. En pedir a cambio tan sólo una limosna para seguir mal viviendo. Educando en una religión llena de falsedad e hipocresía y también de privilegios económicos, patrimoniales y doctrinales. Religión a los que llegaban miles y cientos de miles de seminaristas sólo con la intención de obtener un plato de comida y, a cambio, seguir con el doblegar de las voluntades de las clases, ahora  ya, inferiores y necesitadas de falso y premeditado consuelo de un Dios que les exige renuncia, pobreza, honradez, conformidad, sometimiento y silencio en esta vida, para alcanzar en el más allá todas las mieles y felicidades no permitidas en éste, mientras aquellos sí que las disfrutan.

Hoy, en este arruinado País por las mismas clases de entonces, no levanta cabeza y cada día que pasa se hunde más y más. Sigue, el pueblo español, siendo el sustento de todos esos parásitos de la empresa, de la política, de la iglesia, del comercio. Ellos tienen el poder para despojar y aniquilar al pueblo español y a ello se aplican con esfuerzo a través de las mentiras más abyecta. Seguimos siendo los tontos del bote. Ellos catalogan a los que se atreven a protestar como terroristas que sólo buscan alterar la paz social, su paz social.

No se conforman con transformar las deudas bancarias y privadas de sus empresas amigas en públicas. No se conforman en retirar los pocos derechos sociales conseguidos y dárselos a las empresas amigas. No se conforman con permitir que cientos de miles de ciudadanos pierdan sus casas y queden directamente endeudaos de por vida y sin posibilidad alguna de levantar cabeza, ni ellos ni sus descendientes. Tampoco les importa los miles de suicidios que esto provoca. No les importa que millones y millones de españoles no tengan trabajo con el que ganarse sus habichuelas. No les importa que miles y miles de jóvenes españoles abandonen nuestro País en busca del trabajo que aquí no se les da. No les importa que sus grandes empresas, con miles y miles de millones de beneficios, nos saqueen nuestros bolsillos con el encarecimiento de sus servicios o productos. Lo único que verdaderamente les importa es quitarnos todo el dinero posible y más y dejarnos en la miseria de un pueblo que se muere de hambre y de falta justicia social.

Nunca tuvo España buenos dirigentes. Sólo usureros de la política, de la empresa, de la iglesia y del comercio. Nunca les importó España y los españoles. El dinero que roban lo evaden a los paraísos fiscales buscando su opacidad y no pagar los impuestos correspondientes. Se les llena la boca con la palabra España, como si les importara, como si supieran que España no es algo abstracto y que España es España porque hay españoles que la sufren y padecen y no como ellos que la disfrutan a tutti plen. En esta aciaga época son los productos de lujo los que más crecen. El dinero lo tienen entre cuatro y el Bárcenas. Tesorero con mayordomo y millones y millones en Suiza y Dios sabe dónde más. Empresarios que marchan a otros países abandonando y dejando a su suerte a millones de trabajadores. Empresarios que desmantelan un tejido industrial que será muy difícil recuperar y que nos dirige a las últimas posiciones de cualquier gráfica donde la miseria campa a sus anchas.

Estos dirigentes nacionales consiguieron, hace unos años, taponar la Gürtell. Pero debe ser tan gorda que desborda por doquier y, hoy, es posible que el joven juez ponga puntos y comas al entramado del saqueo y estafa a los españoles llevada a cabo por dirigentes que utilizan la política como vehículo para su enriquecimiento personal y empresarios sin escrúpulos que compran voluntades y repercutiendo esos gastos en el precio final de su producto que pagará el saqueado ciudadano. También habrá que estar atento al caso del Chao Ping. Tan gordo como aquel y donde esas grandes personalidades de la mejor sociedad española confiaron para evadir sus dineros e impuestos.

Estos dirigentes nacionales de todos los sectores que se rodean de un halo de respetuosidad falso porque no son más que escoria de una sociedad a la que ellos condenan con sus faenas. Nunca les importó España ni los españoles, nunca. Sólo el dinero que les pudieran arrebatar directa o indirectamente. No forman parte de esta sociedad, de esta Nación, ellos sólo se sirven de nosotros para alcanzar la riqueza que nos roban a todos. Ellos son la élite, los privilegiados gracias al engaño, al soborno, al cohecho, a la trampa, son los que nos roban día tras día desde una falsa legalidad que les ampara y defiende.

La pobre España nunca tuvo buenos dirigentes, ni antes ni ahora. Colegios profesionales, asociaciones empresariales y comerciales que no sirven absolutamente para nada y que son una carga carísima para esta sociedad. Reductos de un régimen de pesebres a costa de nuestros impuestos y dineros.

España siempre fue y es una excusa para su latrocinio. Ya va siendo la hora que los españoles despierten a tanta y tanta sinvergonzonería, a tanta cara dura, a tanta risotada a nuestra cuenta. Porque también es culpa nuestra el haberlos permitido y no hacer nada.

Y hoy más que nunca. Tanto “diferido” es susceptible de manipulación. Que el pueblo tome el poder y las riendas, es lo único que podrá salvarnos como Nación. ¡Basta ya de tanto engaño! ¡Basta ya de aprovecharse de tanta confianza delegada! Esta ha de ser la respuesta a tanto ultraje. Cambiar el sistema, acabar con él antes de que él acabe con absolutamente todos los españoles honrados y verdaderamente leales a España.

¡Por la República! Y que limpie tanta basura instalada en pomposas oligarquías que no hacen más saquearnos. Un sistema nuevo, una nueva forma de gestionar lo que es nuestro, una España para todos los españoles. Una nueva Nación con dirigentes honrados y sensatos. 

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu visita.

    Quiero decirte que comparto al 100x100 el contenido de tu comentario.

    Un abrazo, paisano

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  2. Como no compartirlo, Todo, una tristísima verdad.

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