domingo, 26 de marzo de 2017

UNA NUEVA CONCERTACIÓN EDUCATIVA PARA AHONDAR, AÚN MÁS, EN LA DESIGUALDAD SOCIAL

Nunca me gustó eso que llamaron la concertación educativa. Con esta denominación se camuflaba la enseñanza privada con la pública cubriendo el ciclo de la ESO. O sea, que con el dinero público se les hacía un favor a aquellos que no querían que sus hijas-os fueran a los centros públicos y se vieran obligados a conocer y compartir la diversidad, la pobreza y la desigualdad que existe en la sociedad donde viven, ni a recibir el mismo trato ni a ver la precariedad de unos centros y unas aulas que no están a la altura ni al nivel social de quienes poseen altas rentas y pronuncian mucho las “eses” y visten muy a la moda y pueden, perfectamente, pagarse su enseñanza privada y discriminatoria.

Con razones siempre muy justificadas, en un momento clave y en aras de la universalización de la educación se produjo ese trasvase de recursos; el problema es que nunca hay suficiente para todos y se opta por detraer de las instalaciones públicas y de sus programas educativos y actividades, de su bienestar y confort, abocando a lo público a la precariedad más absoluta. Esa es la cuestión, las prioridades. Visiten uno de esos centros concertados, que siempre serán privados, y verá la manifiesta e irracional diferencia con los públicos. Lo público pierde su dignidad adquiriendo una apariencia que lo hace despreciable. Esa es la idea.

Lo digo con conocimiento de causa. Estuve hace unos días en el salón de actos del Instituto de Educación Secundaria ‘Isaac Peral’ en Cartagena y me encontré de vuelta a mis años mozos, pues fue allí donde hice mis últimos cursos del bachillerato superior y el COU. Aquel salón de actos estaba igual que cuarenta y tantos años atrás. Las mismas butacas, el mismo suelo de terrazo, el mismo escenario, los mismos cortinajes, las mismas paredes blancas. ¡DABA PENA!, mucha pena ver todo eso. Las butacas son para faquires y la base donde las nalgas toman asiento no llega ni a la mitad de los muslos y aprecias en ellas, y con mucha nitidez, toda la estructura de hierro que contiene esa más que arcana goma-espuma; el respaldo, apenas una franja a mitad de la espalda, dejando que sientas el peso de tu sesera al aire. Pero, ¡Claro!, no solo era este salón de actos, todo el centro educativo estaba igual que entonces, las mismas viejas puertas y mobiliario, solo los profesores eran distintos a los que yo tuve, aunque he de decir en su favor, que su afán y entrega por la educación pública no se ha resentido a pesar de tanto agravio ni por el contexto en el que han de transmitir sus conocimientos y enseñanzas. Muy deplorable y visiblemente mejorable para tan digna labor de educar a nuestros hijos y la consecuencia de no disponer de los recursos económicos suficientes.

En estos días, quizás el próximo miércoles, el aún gobierno popular de esta Autonomía con su imputado y aún presidente pretende aprobar una Orden de la Consejería de Educación donde ampliar el concierto a la FP y al bachillerato. Calculan un coste inicial de tres millones de euros, que volverán a ser sustraídos de la pública y que se verán aumentados considerablemente año tras año en detrimento de lo de todos.  

De tal manera que los estudiantes de la privada no tendrán que abandonar sus centros privados para recibir la FP y el Bachillerato, cerrando así el círculo. Sus padres no tendrán que arañarse el bolsillo y pagar los 200 ó 300€ mensuales que les cuesta ahora mantener a la criatura en estos centros sin concertación. Al final, hemos de partir de una serie de premisas para entender toda la operación:

1ª.- La mayoría de las familias que llevan sus hijos a estos centros privados-concertados son familias de una clase social media-alta (aunque en sus declaraciones de la renta aparezcan como pobres de solemnidad para soslayar los requerimientos legales de acceso) y mayormente con una gran significación religiosa, aunque ya casi no existan los religiosos de antaño.

2ª.- Durante los años del concierto estas familias pudientes se han ahorrado un pastón que ha sido pagado por todos y que, perfectamente, pueden destinar a otras necesidades. Con ello, se les hace un grandísimo favor, son más pudientes aún.

3ª.- De alguna manera, por ejemplo a través de las AMPAS, han obtenido fondos adicionales e ilegales para el mantenimiento de sus centros. Doble financiación que se llama. Además de las actividades extraescolares que desarrollan y que administran.

4ª.- El ejercicio, porque para estos centros, no se olvide, es un negocio como cualquier otro, les sale con beneficios que quedan en la empresa propietaria del centro y sus socios.

5ª.- Son cientos y cientos de millones de euros los que se dedican a los conciertos, (Todos los años tienen subidas), mientras los centros públicos ven recortadas sus inversiones, mantenimientos y mejoras.

6ª.- Apelan a la igualdad cuando, paradójicamente, lo que han estado creando es una desigualdad creciente en la enseñanza pública.

La derecha es especialista en crear burbujas y esta de la educación concertada no deja de ser otra más. Explotará y, como ya ha ocurrido en otros sectores, las pérdidas volverán a ser nacionalizadas. Además, esta derecha caciquil es experta –vean si no los índices de los últimos 6 años- en generar más desigualdad e incrementar las diferencias entre los que más tienen y lo que menos y continuar con la segregación por motivos religiosos y por sexo. No olviden que más de un tercio de la población española, a día de hoy, se puede considerar como pobre. Esa derecha vela con celo que sus seguidores no sufran las consecuencias de los recortes, sino todo lo contrario.

La educación pública es garante, debe serlo, de la cohesión social, posibilitando que la diferencia entre quienes más tienen y quienes menos se reduzca en lugar de acrecentarse.
Son la educación pública y la sanidad pública los grandes resortes de un Estado Social, de Bienestar y de Derecho, pero esta derecha incumple, siempre que puede, el artículo 31.1 y 2 de nuestra Constitución, que dicen:

1.- “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.”

2.- “El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.”

Con las políticas más neoconservadoras y neoliberales de esta derecha caciquil se incumplen esos preceptos, creando una sociedad con unos índices de desigualdad inadmisible y superior a cualquier otro país de la comunidad europea. No olviden que la verdadera concertación es la ocurrida en estos larguísimos años de crisis financiera y económica: Se trasvase el dinero de la mayoría a una minoría y se hacen cada vez más ricos y ricos.

¡Así vamos!


¡De mal en peor! 

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