martes, 4 de enero de 2011

INICIAMOS 2011 CON SOTANAS NEGRAS

Desconocemos si los augurios, muchos, irán cumpliéndose. Hemos conocido del calendario maya, que junto al egipcio y otros, vaticinaban, cerca, el fin de un ciclo que se completa cada 25.000 años. Ambos calendarios y, como no podía ser de otra forma, son el resultado de la observación de los astros que, tras siglos de estudio, confirman la periodicidad de unos procesos cósmicos que, lógicamente, nos sobrepasan…

El cómo estas civilizaciones llegaron a alcanzar estos conocimientos es un misterio... Aunque las pruebas de ayuda recibida de otros, que siempre bajaban de los cielos, son muchas…

Todos los universos, ahora se cree que son varios y no uno, son magnitudes y conjunciones y conjugaciones en un constante movimiento, en una constante e invariable renovación de todo su contenido que al final parecen reducirse a luz...

Estamos en el punto más primario del conocimiento, no del universo que nos acoge, sino de nuestro sistema solar, un puntito de nuestra galaxia que ni se ve. Si nuestro satélite es capaz de influir, por ejemplo, en los mares, provocando subidas y bajadas de sus aguas en las orillas de nuestras costas (mareas) en tan sólo unas horas, de qué no será capaz la influencia de miles de astros, aunque sus influencias no sean apreciadas en horas sino en siglos…

Desde hace unos años, pocos, disponemos de herramientas que hemos acercado a otros astros, como por ejemplo a nuestro sol. Soho-Lasco, son un ejemplo. Los estudios de nuestros astrofísicos llevan apuntando a que el sol puede ocasionarnos alguna sorpresa de forma más o menos inmediata, quizás comience para este año; aunque el grueso se reserva para el próximo. También conocen de las alineaciones de nuestro planeta con el centro de nuestra galaxia y de sus posibles consecuencias. Hechos éstos también conocidos por las civilizaciones antiguas, a pesar de no contar con nuestra ciencia ni con nuestra tecnología, ¿o sí?...
La variación de nuestro eje magnético es medible y de esas mediciones se constata que es posible que, en poco, la tierra se pare por tres días (¡siempre el tres!) y que tras esos días de fiesta telúrica se estabilice un nuevo eje magnético. Nuestro mapas tendrán que ser modificados, nada estará en su sitio. Lo que es tierra pasará a ser agua, lo que agua, tierra. Lo alto será bajo y lo bajo alto. Lo frío, caliente, lo caliente frío. Todo será distinto...

Somos espectadores, desde hace algunos años ya, de las grandes variaciones en lo que llamamos el tiempo meteorológico, enormes inundaciones y sequías, fríos polares que descienden o ascienden, según el lugar, y huracanes y tifones; así como de grandes terremotos y maremotos. Quizás, por todo ello, se decidió la construcción de unos (creo que 4) silos enormes y con la máxima seguridad posible con la mayor cantidad de semillas de toda la flora. También, quienes han podido, se han construido Bunkers con los que poder sobrevivir unos meses o años. Hay quién tiene varios por aquello de no se sabe a dónde habrá que ir… Repitiendo aquello del arca de Noe. Miles de años después y que hemos desperdiciado tras tanta sotana negra…

Desde la existencia del ser humano en este planeta, hay descubrimientos que nos llevan a 400.000 años atrás. Se constata, en los registros históricos, que siempre ha ocurrido así. Desapariciones de especies enteras, diluvios y un largo etcétera de calamidades mundiales que, en la mayoría de los casos, hemos considerado mitos y leyendas antiguas. La Atlántida podría ser un buen ejemplo. Una civilización con unos conocimientos extraordinarios que desapareció sin apenas dejar rastro…Quizás, en los fondos del Atlántico, ¿por qué se llamará así, a este océano?...

Si este ser humano y, en todos estos tiempos, ha sido simplemente una marioneta de esas fuerzas universales, habrá que convenir en que la figura de un Dios omnipotente y buenachón, un Dios que todo lo ve, que premia a los buenos y castiga a los malos, un Dios del que hemos sido hechos a su imagen y semejanza, pues como que no va mucho con la realidad, diría yo. Parece, más bien, que, a algunos, les fue bien defender un engaño que les posibilitaría el poder y el control de millones y millones de seres ¿inteligentes? en siglos y siglos de historia…

Siempre sostuve que el imperio romano nunca debiera haber caído como lo hizo, con la inestimable ayuda de una iglesia de viles y oscuros seres. De haber continuado con el saber y el conocimiento del que disponían estos romanos, hoy, nuestra civilización contaría con otra realidad muy distinta. No hemos de olvidar que el avance de la ciencia y de la tecnología sólo ha sido posible a partir del pasado siglo XX, cuando se conseguía imponer la razón empírica y se dejaba a un lado a tanta oscura sotana de ¿supersticiones llena? Sólo de I siglo de estudio hemos dispuesto, ¿cuánto mejor nos hubiera ido, en estos momentos, para enfrentarnos mejor a lo que parece que se nos viene encima, si hubiéramos dispuesto de XXVII siglos? Esos que se erigieron y erigen en ser el camino, no condujeron bien a su rebaño para que se salvara, porque nunca pareció que fuera ese su objetivo…

En cuanto se sienten desplazados, reúnen a su rebaño para seguirles engañando. Haciendo política terrenal, que es lo que siempre hicieron bien, para mantener su estatus de preeminencia, que es lo que a ellos, en el fondo, les gusta. ¡Si la Historia pudiera hablar! Más de uno tendría que poner pies en polvorosa. San Juan, al que Jesús ¿permitió? que lo bautizara, también nació de una virgen, como muchos otros en la historia. Además, de este sublime personaje, Jesús, no hay ni una sola prueba de su existencia. ¡Si la historia hablara! Porque es posible que su figura sólo haya sido un reflejo astral, pero tergiversado, como es lógico…

Dejen ya, sumos sacerdotes, de comernos el tarro. Y no pretendan que se les vayan a llenar ahora los templos en busca de una salvación que ustedes han impedido en todos estos siglos. Nunca fueron ejemplo de su credo. Ni ustedes, ni los que son como ustedes. Si lo fueron de no permitir el conocimiento que hoy necesitaríamos para sentirnos un poco más a salvo y la libertad para haber avanzado hacia nuestra divinidad...
¡Así nos va!

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