lunes, 9 de mayo de 2011

LOS CORSARIOS-PIRATAS DE LA POLÍTICA Y CON GAVIOTA EN VEZ DEL LORO

La piratería es una práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo. Consiste en que una embarcación privada, o no, ataca a otra en aguas internacionales o en lugares no sometidos a la jurisdicción de ningún Estado, con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos en esclavos y muchas veces apoderarse de la nave misma.

Los piratas existen desde que el mundo es mundo. Ya en la antigua Grecia y Roma existían. Los vikingos, los berberiscos y los cristianos también fueron expertos en el arte. Posteriormente piratas ingleses y franceses fueron los dueños de la piratería y bien que nos jodieron a los españoles.

Para dar legitimidad a la piratería, los franceses e ingleses crean a los corsarios que, con patente de corso (licencia para robar y saquear), son institucionalizados. Pasan a estar protegidos por las leyes de dichos países. Lógicamente los españoles no opinaban lo mismo y seguían tratándolos como lo que realmente eran, piratas.

Aún, hoy, existen los piratas. En Somalia, Indonesia y Malasia, principalmente.

Hecha la introducción nos centraremos en cogollo de esta reflexión.

Para ello rescato la siguiente frase del comienzo: “con el propósito de robar su carga, exigir rescate por los pasajeros, convertirlos en esclavos y muchas veces apoderarse de la nave misma”. En esta Región de Murcia ya nos han robado la carga, el rescate por los ciudadanos no cesan de pedirlo, ya nos han convertido en esclavos y pretenden quedarse con la nave per secula seculorum. ¿Vamos a permitirlo? ¿Tan ciegos somos?

La Región de Murcia era un tesoro del que había que apropiarse. Estaba fresca y prometía. No estaba mal. Y como buenos corsarios-piratas se apropiaron de ella. No les fue difícil. Los guardianes, los ciudadanos, sucumbieron a los encantamientos. Confundieron las elecciones nacionales con las autonómicas y municipales. Siempre las confunden, cosa que les viene muy bien a los corsarios-piratas gavioteros. Han pasado 16 años y aquel tesoro que era, hoy, es una gran ruina. Y, al igual que entonces, los guardianes, los ciudadanos de ese tesoro, confunden las elecciones. Los corsarios-piratas gavioteros les confunden a propósito. Ahora toca la revisión de la gestión municipal y autonómica. El próximo año será la de las nacionales.

Centrémonos: Los políticos del PP han gestionado, con mayorías amplías y cómodas, 16 años en la mayoría de los ayuntamientos y en la Comunidad Autónoma, de esta Región. En esos años, por un modelo de crecimiento determinado, se produjo la llegada de ingentes cantidades de dinero a esas mismas instituciones. Hoy, todas ellas, están en banca rota. ¿Son buenos o malos estos gestores políticos? La respuesta es fácil, son malos.

Cuando los ciudadanos encomendamos, a través de nuestro voto, la gestión de nuestras instituciones, lo que estamos mandando es la mejor gestión de nuestros recursos, sean los naturales (recibidos de nuestros antepasados y de la propia naturaleza) o dinerarios (los que pagamos con nuestros impuestos) No queremos otra cosa que la mejor gestión de ellos, por el interés general de todos sin excepción.

Estos gestores del PP han demostrado que no son buenos gestores. Ni en los ayuntamientos ni en la Comunidad Autónoma. Su comportamiento ha sido como el de los piratas o corsarios más arriba referenciados. En estos 16 años han esquilmado las cuentas, han gastado como si fuesen virreyes. Para sí y para sus incondicionales de la rapiña. En nada consideraban que había que ahorrar o sencillamente gastar lo necesario. Toda obra, por ellos acometida, ha supuesto su encarecimiento. Si salía en 10 se pasaba a 20 y 30 por el arte de la magia. Que alguien nos diga alguna obra realizada por los gestores corsarios-piratas del PP que haya costado lo que inicialmente se había presupuestado. Será difícil encontrarla. Han engañado y engañan hasta lo indecible. ¿Tiene acaso un corsario-pirata gaviotero eso que conocemos como vergüenza? No. Son desvergonzados crónicos, porque, si la tuvieran, hace tiempo se hubieran marchado. ¿Puede un corsario-pirata gaviotero sentir vergüenza? Impensable, contradictorio.

Al principio era construir y construir, hoy, hay que volver al campo, al agro. Hoy somos más esclavos que hace 16 años y mañana lo seremos más, téngalo por seguro. Tendremos que pagar lo que se han gastado en su fiesta, que no la nuestra. Porque para ellos, esto de la gestión pública, es una fiesta o, mejor, una gran orgía. Ellos invitan, nosotros pagamos. Se conforma el grupo, se controlan los accesos, se crea el decorado, se avituallan las despensas y a follar como locos. A los de fuera, les vayan dando… Yo ya estoy harto de que me follen tanto, ¿usted no?

La democracia es buena sencillamente porque posibilita cambios. Y los cambios son buenos por que traen nuevos aires, limpios de vicios, de hipotecas y de servidumbres pactadas.

A estas alturas, de una película de largometraje sin final feliz, no quiero cansarle con datos y datos, ni tan siquiera con el último informe del BBVA. Tampoco con hacer listas de los disparates que llevamos 16 años soportando. Pero uno si me lo voy a permitir: La Paramount. ¿Se acuerda? Seguro que antes del día 20 tendremos a toda plana, en los diarios subvencionados con nuestro dinero, que ya tienen los inversores. ¡Por favor paremos la emisión de esta película! Seguro que, con otra, vemos mejor las cosas y con más perspectiva por que la actual es de perspectiva cónica y el punto al que enfoca es desolador (¡sólo para los espectadores, claro!) 

Haga, estimado lector, una reflexión objetiva. Olvídese de todo aquello que no tenga que ver con su municipio y con nuestra Comunidad Autónoma. El único responsable de que su ayuntamiento esté en banca rota es su alcalde o alcaldesa y el único responsable de que nuestra Comunidad Autónoma esté en banca rota es nuestro presidente. No le busque los tres píes al gato. El día 22 tiene en su mano que no le roben más, ni a usted ni a sus hijos, estos corsarios-piratas-gavioteros de la política. El día 22 lo tiene en su mano. Y en marzo del próximo año, probablemente, tendrá la posibilidad de cambiar, si así lo cree oportuno, la política nacional. Cada cosa en su momento y cada cosa en su sitio. Así nadie se pierde, ni nadie pierde su oportunidad de hacer, en cada momento, lo que crea más conveniente. Le apuesto lo que quiera a que salimos ganando.

De momento le espero ver en la manifestación del próximo día 15, si usted no es otro corsario-pirata-gaviotero de estos.                                       

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