sábado, 13 de octubre de 2012

EL DINERO, EL TRABAJO, LOS PODEROSOS, LAS RELIGIONES, LA HUMANIDAD FRACASADA Y NUNCA BIEN REDIMIDA


Disponemos de los mayores avances tecnológicos alcanzados en toda nuestra Historia conocida y, en contra de toda lógica, andamos, como siempre, igual de mal. La situación de la mayoría de los habitantes de nuestro mundo no ha mejorado en la misma proporción que esos avances, ni tales avances han supuesto nuestra liberación del hecho del trabajo como una esclavitud que dura siglos y siglos. La miseria, no sólo económica si no moral y espiritual, sigue campando por este mundo que parece querer alcanzar el agotamiento y con él, la extinción de nuestra raza. La Humanidad se encuentra sin rumbo ante un egoísmo y una maldad que han carcomido las bases de toda ética y moral.

Hay unos principios ideológicos de los poderosos, de los que mandan, que impiden los cambios proporcionados a las nuevas realidades que el desarrollo tecnológico ha producido. Los desarrollos tecnológicos no han posibilitado la mejora del cambio laboral. A más desarrollo, menor mano de obra. Pero, en vez de reducir los horarios laborales, por ejemplo, aumentamos el desempleo de millones y millones y los excluimos y los abandonamos, sin recursos económicos, a la miseria. Son un excedente más de la cadena productiva, igual que si fuera un residuo de la cadena de producción. A eso nos equiparan los poderosos, a molestos residuos. Para ellos, no somos otra cosa que eso, residuos, sobrantes; que, además, quieren seguir comiendo. Mientras, unos pocos, aumentan sus riquezas de forma exponencial.

Las mejoras técnicas eliminan la mano de obra y las personas son eliminadas del proceso productivo en tanto y en cuanto la técnica las va reemplazando. ¿Es eso Humano? La implantación de la energía libre y gratuita, siendo posible, no entra dentro de los planes de los poderosos, que, de seguro, dejarían de serlo. Necesitan controlar la escasez porque es ahí donde ellos ejercen su poder, en el reparto de la miseria. A mayor escasez, mayor es su poder sobre nosotros. No hay trabajo, bajan salarios a los que trabajan y más ganan ellos para sus haciendas y, de paso, doblegan nuestras voluntades ya que, por un trozo de pan, haremos lo que nos pidan. Se podría repartir el trabajo existente y sí sólo son necesarias 20 horas de curro, pues eso, el resto lo podíamos dedicar a otras cosas. Y por supuesto, esa bajada de horarios, con los mismos salarios o, incluso, mejorados que, en las últimas décadas han perdido mucho poder adquisitivo. Redistribución de la riqueza que se llama.

La Humanidad ha sido dotada con las mejores herramientas de la Naturaleza: la inteligencia, los sentimientos y un Espíritu, eso sí, olvidado y alejado; pero que aún nos une al Creador de todo cuanto es. Es la gran obra, la obra por excelencia del Universo y de esa abstracción que conocemos como Dios.

Sin embargo, esa excelsa creación, no es sinónimo de bondad y generosidad, si no más bien lo contrario, como está sucediendo en los tiempos actuales y en todos los tiempos pasados. El ser humano está repleto de bondad y de maldad y, depende de quién lo dirija, afloran unos u otros. Y, hasta ahora, han sido los malos sentimientos los predominantes, los que prevalecen en lo más alto y a grandísima distancia de los otros y que, encima, son los más fáciles de aplicar.

En eso no hemos avanzado mucho. ¿Cómo es posible que una cuestión de dinero suponga la destrucción de millones y millones de personas? Pues parece que siempre fue así. El dinero es quien manda y, si lo tienes, vives, y si no lo tienes pues a padecer y a sufrir y que una muerte rápida te libere lo antes posible de tanta penitencia. Ese dinero es una creación humana y humano es su control.

Hay dos religiones, una mayoritaria, la cristiana y otra minoritaria, la judía. En la primera, se prima la existencia de una vida posterior a ésta y en la segunda no existe otra vida en el más allá. Sabrá que los judíos sionistas son los que controlan casi todo el dinero que existe en el mundo, no sólo el de papel o moneda, si no, sobre todo, el de los metales preciosos. Además, controlan los medios de comunicación escritos, radiofónicos y televisivos, y ahora también, la Internet. Controlan Hollywood y todo el cine que nos distrae de la crudeza del día a día.

Así, mientras los cristianos hemos andado, algunos, con sumo cuidado en no pecar para no ir al infierno en la otra vida, ellos, los judíos se han ocupado de vivir lo mejor posible en ésta. Y han pecado y pecan como nadie lo haya hecho jamás. Para ellos no existe más vida que aquella que se vive en el día a día, así que a joder lo que puedan. Eso sí, sólo a los que no sean como ellos, que por algo son el pueblo elegido por Dios. Habría que preguntarse qué tipo de Dios es ese, tan excluyente porque ¿No somos todos hijos Suyos? ¿Hay más de un Dios? Parece que así es.

A lo largo de la Historia a los cristianos se nos ha metido el miedo, de un dios que premia a los buenos y castiga a los malos, en la médula espinal, pero, sólo a las bases, por que tampoco podemos decir que los dirigentes de esa cristiandad hayan vivido mal que digamos, el día a día, y al precio que fuera necesario. Ahí está el Vaticano como ejemplo de la buena vida y la de todos los papas de su Historia y el amor y la dedicación que profesan a todo lo que reluzca de amarillo. Inventaron eso del cielo y el infierno allá por el siglo XI ó XII para hacérnoslo más gráfico y entendible.  Mientras, los sionistas jazzaros se fueron haciendo con el control económico y financiero de este mundo de ¿Humanos?

Cada vez tengo más claro que esta crisis económica y financiera parece tener más que ver con una cuestión religiosa que económica. Y que, a través de ella, los judíos sionistas jazzaros se están vengando todo lo posible de nosotros, los goyim, los gentiles. Esta crisis empezó en los EE.UU., en Wall Street (Que ellos controlan) y la exportaron a Europa, donde los efectos están siendo desbastadores. Incluso hombres del Goldman Sachs ya gobiernan en algunos países europeos. Y, si bien en EE.UU., su Fed rescata e imprime el dinero necesario, en Europa, al banco central, no se le permite. Está claro cuál es la intencionalidad: Acabar con Europa. ¿Cómo permitir que la socialdemocracia europea siguiera con eso de la redistribución de la riqueza? ¿Cómo permitir que todos los europeos vivan alegremente con su Estado del Bienestar? Controlan los medios, controlan a los gobiernos, controlan el dinero y la única solución es empobrecer y dividir Europa: Hundirla. Podría ser el resultado de una vieja venganza, gestada con el paso de los siglos. No hay que olvidar la que están montando en Oriente próximo contra la otra gran religión, la musulmana, y que, por si las moscas, han comprado gran parte de la Patagonia Argentina y Chilena por si han de hacer las maletas.

Al final me queda la certeza de que sólo hemos sido unos peleles de unos y de otros, católicos y judíos. Hemos sido la mano de obra para su enriquecimiento y buena vida cuando ésta ha sido necesaria y ahora que no lo es tanto, pues todo el que sobra, a la calle y a pudrirse. Tres grandes religiones del mundo, descendientes todas de Abraham, y que llevan siglos y siglos a la gresca y nosotros entre ellos, con sus líos de qué Dios es el verdadero.

Hace 2012 años que nació Jesús. Nos contaron que nació para la liberación del pecado y para redimirnos y para enseñarnos la buena nueva, un Nuevo Testamento. Este hombre, hijo de otro Dios, predicó la bondad, la fraternidad y la libertad y echó a los mercaderes del templo. Nunca tuvo necesidad de trabajar, ni llevar dinero encima, cosa mal vista por estos sionistas, pues va en contra de su único objetivo: hipotecarte para toda la vida. El sabía que lo crucificarían, convirtiéndose en el Cristo, y que ese crimen también formaba parte del sacrificio por nosotros y nuestra salvación. Los judíos nunca aceptaron su mensaje, ellos preferían su Antiguo Testamento (Les iba mucho mejor), el de la vieja Babilonia. Los cristianos auténticos del Nuevo Testamento, fueron eliminados y nació, pocos siglos después, la iglesia católica. Y conformaron, siglo tras siglo, una doctrina que, mucho o poco, tuviera de aquellas enseñanzas originales, pues la antigua Babilonia también se haya presente en ella, de forma muy manifiesta.

Lo que a mi se me ocurre es que si hace 2012 años se produjo ese hecho tan transcendental en nuestra Historia, cuán más justificado estaría ahora la repetición del mismo milagroso hecho. En aquella época, el mundo era menos de la mitad que el de ahora, unos pocos de millones de habitantes en todo él y sólo los romanos eran los verdugos y opresores del resto. Encima no había contaminación ni fuerza atómica. Hoy, la situación es bastante, bastante, diferente. Incluso somos capaces de provocar la desaparición, no ya de nuestro propio planeta, si no de nuestro sistema solar. Ya no es sólo la salvación de nuestras almas, es también la salvación de todo un sistema solar y sus consecuencias. Así que, si es necesaria justificación alguna, hoy, las tenemos todas y más.

Además lo dejó dicho: “VOLVERÉ”.

La Era de Piscis está concluyendo y el fin de la Era Oscura, también. Este mundo necesita un reseteo y un poco más de verdad en él no nos vendría del todo mal. Dicen, los que saben de todo esto, que primero ha de venir el Anticristo y, digo yo, que ¿Si no ha tenido ya bastante en toda nuestra Historia?, que sólo ha estado marcada por su maléfica presencia y obra. Si algo bueno ha de sucederle a la Humanidad, creo que ya va siendo el momento, que son ya muchos siglos de jodienda y molienda.

Dios me libre de ser irreverente, pero ¿A qué está esperando?, que mañana es tarde. Que la que se está montando es muy, muy gorda y esto puede acabar como el rosario de la aurora o peor.

Y de paso podríamos acabar con tantas religiones falsas e hipócritas y sus interesados dioses de pacotilla.

La frase: “Llega un tiempo en el que el silencio es traición” (Martín Luther King)

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