martes, 16 de octubre de 2012

EUROPA Y EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ


El nobel de la Paz de este año 2012 ha sido concedido a Europa entre otras cosas, y según los cerebros del premio, “Por su contribución durante seis décadas al avance de la paz y la reconciliación, la democracia, y los derechos humanos en Europa”. 

Es penoso, triste y desolador tal premio. Porque, si no se ha encontrado mejor aspirante al galardón, la cosa está peor de lo que nos imaginamos. Europa no es digna de tal premio nobel. Europa se unió para defender sus intereses económicos y no aquellos de la democracia y de los derechos humanos. En los comienzos nos hicieron creer posible un estado del bienestar (Pagado con nuestro dinero) que su codicia y el devenir de los años, están destrozando. Han comenzado por los países más débiles y no pararán hasta llegar hasta los más fuertes, incluida la propia Alemania, pues la City no tiene freno y los Rothschild, tampoco.

Europa es un perfecto fracaso, porque tras esas décadas, no es la política quien la gobierna, si no la banca. Y aparecen los verdaderos objetivos que siempre han sido económicos. Hemos fomentado guerras sin otra razón que la económica. Hemos derribado gobiernos y mantenido otros, según el interés financiero a obtener. Hemos permitido el desmesurado crecimiento de corporaciones y multinacionales que, ajenas a cualquier control, gobiernan a su antojo. Y nunca les ha importado la gente. Se cambian o hacen las leyes que sólo a ellos benefician. Hemos abierto las puertas a políticos que nunca lo fueron y que sirvieron y sirven sólo al capital y que bien les premia sus interesados servicios. ¡Puerca gentuza!

En estas décadas de la paz que justifican, se olvidan que sólo han servido para arrebatarnos las empresas nacionales y dejar a los Estados más secos que la mojama. Han privatizado lo que era de todos y nos han estado engañando con sandeces y cuentos chinos. Hoy Europa es mucho más pobre y la miseria avanza por las grandes avenidas repletas de una vieja Historia que, tarde o temprano, siempre es la misma: ¡Esclavos! Es el poder económico y financiero quien manda en Europa y así nos quieren: ¡Esclavos!

Fuimos un sueño, un bello sueño. Yo también soñaba con esa Europa del conocimiento, del reparto de la riqueza, del cuidado de nuestros mayores, del mimo a nuestros hijos, de una Europa de la cultura como vehículo para el desarrollo de las personas en su avance hacia el mejor de los bienestares. Una Europa cohesionada y solidaria, atenta a la ayuda que este maltrecho mundo necesita. Una Europa presente en el mundo para solucionar sus problemas y no para crearlos. Una Europa donde el diálogo y la colaboración fueran sus máximos exponentes. Una Europa sin OTAN, ni ejércitos imperialistas. Una Europa para un nuevo Renacimiento de todo el planeta. Una Europa donde poder vivir en paz. Pero ese sueño se está desvaneciendo muy rápido y, hoy, apenas si queda luz en él.

Países como España han sido desmantelados en estos últimos años y permitido por políticos miopes, ineptos y mediocres. Nos han arrebatado todo aquello que les estorbaba en sus planes hegemónicos de una Europa centralista. Y hoy, con el gobierno más antiespañol de nuestra Historia, estamos siendo finalmente expoliados. Y como final a ese expolio, se están llevando a nuestros jóvenes mejor preparados y aquí quedará, ya va quedando, la pobreza y la miseria, rodeadas ambas con una cara a cuadros que nos convierten en los más tontos de la clase que acaba para no volver, porque no se ve futuro alguno. Así no lo hay, no lo puede haber.   

Europa no es ejemplo de nada bueno, porque pudiéndolo haber sido, no se ha hecho. Europa no es digna de ese premio nobel de la paz 2012 porque, más temprano que tarde, las calles de esta vieja Europa volverán a incendiarse como antaño. O, ¿Hay alguien que piense que por el camino elegido esto va a mejorar? El dinero lo tienen y lo manejan manos privadas y, ante ese disparate permitido por la política, no es posible esperar algo bueno para la ciudadanía. Nos engañan y acogotan con el miedo y así los europeos volvemos a la esclavitud sin democracia que valga, sin educación, sin la sanidad que cure y sin la valentía para la sublevación ante tanta y tanta injuria. La corrupción, la especulación, la malversación y el sentirse seguro ante una justicia inoperante hacen que la monstruosa criatura siga creciendo y creciendo a nuestra costa.

Han comenzado por el sur y acabarán en el norte, que a nadie le quepa la menor duda. Hay un monstruo insaciable y nunca parará por sí sólo. Debieran ser otros (Todos nosotros) los que le pusieran freno e incluso acabaran con él, pero de momento…

… El sueño va transformándose en pesadilla y, eso, a pesar del nobel 2012, que ninguna falta hacía por ser manifiestamente inmerecido.

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