Mientras a los españolitos se nos
ha engañado a diestra y siniestra y durante decenas y decenas de años y siglos,
otros españoles, los españolistos se han hecho de patrimonios y haciendas. Nos
hablaban, con mucha dignidad, de esto y de aquello, de lo grande que era
España, del amor a la patria y de la indivisibilidad de nuestra nación. Tras
una guerra civil, con la que también nos obsequiaron los más honorables de la
banca, de las empresas y del clero y de los militares perjuros, devino una
cuarentena de años donde los españolitos, entre los toros, el fútbol, la acción
católica y la represión a todos los niveles, no sabíamos que hubiera algo mas
allá de los pirineos, a no ser por las clases de geografía política y física.
Algunos de ustedes dirán que
insisto demasiado en el tema de la guerra y de los cuarenta años de dictadura,
pero lo creo necesario, pues, a pesar de tanto tiempo, en España no hemos
superado lo que todo aquello nos supuso. Y, por más que algunos se empeñen en que
hay que olvidar (A quienes les sigue interesando mantener sus privilegios y
dominios), no se podrá hacer hasta que los españolitos sepan la verdad de lo
que esos algunos hicieron en su único provecho. España no podrá mirar al futuro
porque lastra una oligarquía procedente de aquellos tiempos que nunca lo
permitirá. Esos españolistos siguen considerando que este País es sólo suyo y
de dios y que los demás españolitos son el atrezzo de esta farsa que ellos
idearon y mantienen. Es desde entonces, es desde siempre, que en España no ha
habido libertad, ni justicia, ni igualdad.
Fueron más de cuarenta años en
los que los españolitos apenas si ejercitaban el uso de la razón y todos
aplaudían, cuales ovejitas, al dictador y sus secuaces. Cuarenta y tantos años
dan para mucho. Incluso para educar, en los mejores colegios, a varias
generaciones de españolistos en el uso de la corrupción, del chantajismo, de la
prevaricación, de la malversación, la calumnia, la difamación, la injuria, el
rapto y tráfico de niños, la apropiación indebida, en los desfalcos y estafas,
en el expolio arqueológico y artístico, en la extorsión y hurto, en el robo y
manipulación del mercado, en la usurpación, en la usura, en el vandalismo y el
daño al medio ambiente, además del adulterio, la bigamia, el cohecho, la
evasión fiscal, exacciones ilegales, en la falsificación de documentos. Y
muchos más delitos que ahora no recuerdo. Cuarenta y tantos años de
españolistos ejerciendo a la sombra de la dictadura…Décadas y décadas
cometiendo infinidad de delitos, infamias e indignidades contra los más débiles
y con la mayor de la impunidad judicial, tan afín y amiga.
Pues, tras el genocidio
perpetrado, pareciera que todo lo demás estuviera como servido y allanado.
¿Quién tras el mismo osaría elevar su voz? No tenemos que olvidar que aquello
empezó siendo una cruzada, bendecida por el papa católico y el Estado Vaticano
al completo. Y la banca. Grandes socios y amigos para controlar a tutti plen a
los desgraciados españolitos. La falsa resignación cristiana al servicio de los
mayores vividores y usurpadores que aún son y mantenemos. Y mucha represión.
Porque la crisis que estamos
padeciendo los españolitos tiene mucho que ver con todo esto. Con una filosofía
instaurada de engaños y ultrajes que parecen ser nuestro sino. Pasar de aquella
dictadura a una democracia, vía autoamnistía en las últimas cortes franquistas,
no parecen ser antídoto ni cura para la enfermedad. Vuelven a gobernarnos los
mismos que entonces y con las mismas recetas: lo ancho para ellos, los
españolistos y señoritos de siempre, y lo estrecho para nosotros, los
españolitos ignorantes y sumisos. Sus mentiras son las triunfantes. La mentira
como medio y camino para seguir tomando el pelo a los españoles. Hasta el
derecho a la justicia nos han arrebatado
para que sus ultrajes futuros no hayan de visitar juzgado alguno.
Hasta tenemos a la condesa de
Franco (Su hija) y una asociación nacional Francisco Franco que, el pasado 18
de julio, realizaron un acto de ensalzamiento al “Alzamiento Nacional” y en el
que se gritaron ¡Franco presente! ¡Arriba España! Y ¡Viva Cristo Rey”. Pretendían hacer un acto más el próximo día 2 de diciembre y parece ser que ha
sido anulado. Nuestra pseudo democracia, tutelada por ellos, no ha sabido
limpiar a tanta hipocresía y a tanta falsedad y a tanto crimen cometido a País
alguno. Hoy gobiernan en todos los ámbitos y están acometiendo el final del desmantelamiento
de nuestro Estado de Derecho, se están vulnerando artículos de la Constitución y nadie
hace algo para evitarlo. Y cuando la gente manifiesta su descontento sacan a
sus policías a dar palos a diestro y a siniestro para instaurar el miedo, que
tantos favores les hace. Controlan todos los medios de comunicación: las
radios, las televisiones, los diarios. Están acabando con las pocas voces que a
los ciudadanos procuraban opinión distinta. Nos están aplicando la doctrina del
Shock más literal.
En esta ocasión no es una guerra
como en el 36, es una crisis financiera, laboral y de eliminación de
información no afín y de empobrecimiento de las clases medias y de echar a la
calle a los desahuciados y generar una masa millonaria de desempleados
menesterosos y hambrientos. Es una guerra más silenciosa pero de iguales
efectos. No somos conscientes de la verdadera realidad, o sí. Y eso les allana
el camino para salir, una vez más, victoriosos de su nueva cruzada. El poco o
mucho camino andado en los años de semidemocracia está siendo desandado a pasos
de gigante y parece que a nadie le importa. Estamos asistiendo al derrumbe de
la libertad, de la igualdad y de la fraternidad como Nación. Una nueva
dictadura está siendo instaurada y lo estamos permitiendo. La cohesión social
conseguida está siendo ultrajada. Los ricos más ricos y los pobres más pobres.
El mayor partido en la oposición,
el PSOE, calla o cuando menos no sabe actuar como la sociedad está demandando y
necesitando. Parece haber perdido su Norte. Ya no son tiempos para nadar y
guardar la ropa. La esencia y razón del partido no está conformada por las
históricas oligarquías, ni por los intereses de los poderosos, su esencia es la
defensa del bien estar de los hombres y mujeres que nacen y viven en esta vieja
España, la defensa de los derechos y de los deberes que han de ser cumplidos
por todos. Y si ha habido, que sí, errores pasados, es honorable su
reconocimiento, su arrepentimiento y su compromiso de no caer en los mismos.
Eso y más, o su desaparición de la escena política y social. Es ahora el
momento de levantarse o de continuar con el sueño que nos traslade a la nada.
Dentro de muy poco tiempo
tendremos una España más parecida a la de los siglos de la inquisición y será
entonces cuando muchos lloremos sin remedio. Y mucha culpa de que ello suceda
será del PSOE. Los ciudadanos se han movilizado, los ciudadanos esperan, pero
todo tiene un tiempo. Una democracia libre es suficiente para anular aquella
ley de autoamnistía y acabar con el siempre eterno concordato, pero primero hay
que reconquistar el poder político y, conforme se están haciendo las cosas,
será imposible. Que los ciudadanos lleguen a confundir al PSOE con el PP, es
síntoma gravísimo y un error político por parte del partido y de sus dirigentes.
La parafernalia del Poder no ha de ser suficiente para acabar con ninguna
ideología.
Y lo que venga será porque lo
habremos merecido a pulso o más bien por dejadez, sometimiento y bastante de
masoquismo. ¡Ciegos! Eso es lo que somos: Españolitos del tres al cuarto,
porque los españolistos son ellos. Nos da la Historia una ocasión para
hacer de este País, una verdadera Nación y un Estado fuerte con el que
enfrentarnos al mundo que se desmorona y no somos capaces de aprovecharla.
Seguiremos siendo una potencia en el
fracaso que siempre hemos sido gracias a tantas y tantas cadenas en nuestros
píes y manos.
De nosotros, los españolitos,
depende.
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