lunes, 19 de noviembre de 2012

LA IGLESIA, LA BANCA, LOS EMPRESARIOS, EL EJÉRCITO Y LOS POLÍTICOS DEL PP

Son las organizaciones que faltan por manifestarse en España. Ya lo han hecho todos los demás: la magistratura, la sanidad, la educación, los servicios sociales, las policías nacionales y locales, la guardia civil, los estudiantes, los parados, los desahuciados, los abogados, los autónomos, los sindicatos y algunos pocos políticos verdaderamente comprometidos con la defensa del esquilmado ciudadano.

 

Pero la Iglesia, la banca, los empresarios, el ejército y los políticos del Partido Impopular, aún no se han manifestado en contra del desmantelamiento del estado del bienestar, ni ante la pérdida de derechos sociales, ni ante el traslado de las rentas de la mayoría de la población hacia las clases dirigentes. ¿POR QUÉ SERÁ? Quizás sea por que ellos son los receptores, de una u otra forma, de lo que los demás estamos perdiendo y, así, mantienen, consolidan y enriquecen, aún más, los estrados inmediatos a la cúspide de esta pirámide facistoide y satánica, que siempre les perteneció. Y sus políticos, los brazos ejecutores de la defensa, a ultranza, de esos intereses y privilegios de estas oligarquías tan eternas. Esta crisis no se hizo para que ellos la padecieran, si no todo lo contrario, se hizo para empobrecer y dominar a las clases medias y a todos los que piensan diferente y no pertenecen a sus castas y linajes. No hay para todos, dicen.

 

Mientras, la inmensa parte de la población sí ha manifestado su oposición a lo que está ocurriendo en España y a lo que su gobierno está ejecutando: el mayor expolio a la ciudadanía, no sólo económico, si no también, de derechos y libertades sociales e individuales, de derrumbamiento de la moral y de la ética que sustenta a cualquier Estado cohesionado socialmente. Esas cuatro instituciones ni mú. Sea por que no les esté afectando en la misma medida toda esta tropelía de ajustes que Rajoy y sus ministros nos están aplicando a los que ni vestimos uniforme, ni hábitos, ni corbatas, ni trajes de no se quién. A los que ocupamos la base de esa maléfica pirámide de indignidades y alevosías. Aquí, la crisis se hizo para los huérfanos de una estructura que les represente y les defienda, pues España nunca les perteneció, España siempre fue exclusivamente suya y por la gracia de dios.

 

Ya somos el 44% de españoles los que andamos en precario. Y, conforme comience 2013, la cifra irá en aumento. ¿A qué porcentaje podremos llegar? Al 50%, al 60% o, quizás, al 75%. Ese, y no otro es el camino elegido por nuestros indignos representantes políticos. Es muy posible que lo alcancemos en el 2014 o incluso mucho antes. Porque, ¿Qué hay que pueda modificar esa escalada hacia la nada más absoluta? NADA. ¿Cuáles son los proyectos para el crecimiento, para el desarrollo de nuevas industrias, de nuevos puestos de trabajo? ¿Cuál es el nuevo modelo económico? NINGUNO.

 

Cientos de miles, entre los inmigrantes que se vuelven a sus países y nuestros jóvenes mejor preparados, que marchan a trabajar a los países donde el trabajo y el desarrollo se fomentan (Alemania ha recibido en los primeros 6 meses de este año a 500.000 personas que en sus países no tienen nada para ganarse la vida) Población que hará bajar nuestra demografía, además de la disminución de la natalidad (¿A quién se le ocurrirá procrear?) y con ello aumentarán esos porcentajes de pobreza hasta lo insoportable. Un sector fundamental, como lo es el de la investigación, ha sido, está siendo, desmantelado a toda prisa. ¡Que inventen ellos! Decían en el siglo XIX la misma derecha retrógrada como esta del XXI.

 

Nuestro indigno gobierno (Alcanzó el poder a través de la mentira más soez) sólo está centrado en que a la Iglesia, al ejército, a los banqueros, a los empresarios y a sus políticos, no les falte de nada. Para ellos sí que hay, nada ha de faltarles. Al resto de españoles se les sigue quitando para dárselo a ellos y como su avidez es extrema, lo seguirán haciendo a destajo. Las ayudas Europeas van a ser rebajadas de forma considerable. Ya no habrá ni para mantener los bancos de alimentos de donde los más míseros se abastecen. Más pobreza y más miseria. En España, el futuro no es esperanza de nada bueno, si no todo lo contrario.

 

El frugal Estado español está siendo desmantelado, traspasando a empresas afines lo que es de todos y aún nos queda. Nos están despojando hasta de la cohesión social y al final terminaremos  dándonos tortazos por un trozo de pan. Pero ellos mantendrán el control gracias a su ejército y darán “Paz, complacencia, resignación y un mendrugo” con su Iglesia a los pocos que queden. Este y no otro parece ser el futuro que nos tienen programado. Pronto –en ello están- limitarán de tal forma la Internet y su contenido, que ni llegaremos a hacer uso de ella. Pronto serán sus voces las únicas que clamen la mentira y la mentira se hará verdad.

 

La moderna inquisición ha sido puesta en marcha, la inquisición del siglo XXI ya recorre España, Italia, Grecia, Irlanda, Portugal y avanza hacia Europa y avanza a los EE.UU., de América. Y volverán las viejas pestes y las guerras de siempre y los miedos y el terror.  La sostenibilidad de este mundo pasa, según esas oligarquías  mundiales, por la reducción del personal. Somos 7 mil millones de humanos y a su sistema esta cantidad no les conviene. Y les es más fácil y conveniente reducir los miles de millones que a su sistema satisfaga. Eso antes de perder su poder y estatus piramidal. Eso antes que procurar cambios en este sistema decimonónico y sacerdotal.

 

Y mucha procesión y mucha misa y mucho sí señor. Y alguna que otra hoguerita para quemar a tanto y tanto infiel, a tanto hereje que no se deja tomar el pelo, ni engañar y que llegaron a tener la osadía de pretender cambiar las formas y modos de gobierno de las castas más antiguas. Y para que el resto aprenda lo que hay: “o conmigo o contra mí.” Y que las oligarquías de este mediocre mundo puedan seguir viviendo a costa de los que queden.

 

No somos más burros  por que no podemos.

Amén.

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