jueves, 27 de junio de 2013

LA INTERESADA Y DEMONÍACA ORFANDAD HUMANA

Nuestra raza ha alcanzado los más altos niveles de desarrollo conocidos hasta ahora y sin embargo continúa presa de un poder que la mantiene bajo el influjo del miedo que quizás sea por aquello que dejó dicho Celso (Filósofo griego) en su “Discurso verdadero contra los cristianos”: “Enseñar que el Hijo de Dios es atormentado por el Diablo, para enseñarnos con su paciencia a soportar con coraje las provocaciones que éste inflige, es el cúmulo del ridículo. Lo que era necesario, en mi opinión, sería castigar al Diablo, y no aterrorizar a los hombres amenazándonos con sus maleficios” Comparto con Celso que igual ha sido ese nuestro propio castigo, no lo hemos descubierto, no hemos combatido al enemigo, y por eso sigue entre nosotros, haciéndonos la pascua y haciendo imposible que alcancemos el equilibrio y la armonía, tan necesarios éstos para nuestra evolución como entes cósmicos, como seres espirituales, como seres que ansían alcanzar la divinidad de su Creador. 
 
Desde los inicios de nuestra especie hemos sido su fácil presa y nunca hemos encontrado la Paz en este mundo. Incluso aquellos que decían y dicen ser sus combatientes (De las fuerzas demoníacas) no sean más que una extensión de su diabólico gobierno en este planeta que parece perdido. Al fin y al cabo han sido ellos y no otros los orígenes de cuantas guerras fueron y aún son. Distintos dioses que cada cual considera (Según su lugar de nacimiento e influencia) como el único y justificativo de las mayores depravaciones que el ser humano ha cometido y comete.

Falsos dioses todos ellos, tergiversados dioses, que nos separan y enfrentan, pero que todos sus máximos y fanáticos defensores quieren que se enseñen en todas las escuelas, apelando a la costumbre y a la enseñanza de siglos y siglos. El erre que erre. Me río yo de esa enseñanza interesada para mantener ellos el poder y el bienestar que éste les produce y no la liberalización de la Verdad a los demás incrédulos engañados hasta el tuétano. Su único interés está en mantenernos ciegos en la luz del día y temerosos. Así es más fácil su control sobre nosotros y nuestras voluntades. Conceptos e ideas  medievales en inteligencias cibernéticas que aventuran un espacio compartido con otras entidades inteligentes.

Que tengamos al diablo entre nosotros es cada día más claro. Sólo hay que aventurarse con repasar las noticias escritas, habladas o televisadas. Nos gobierna en todos los países y ninguno escapa a su satánica influencia. Nadie lo combate o cuando menos sólo unos pocos que, de forma inmediata, son puestos a buen recaudo, no sin antes vilipendiarlos y destrozarlos en su credibilidad y en su persona, cuando no asesinados. La mayor estafa bancaria a la que hemos sido conducidos, ¿No es diabólica? Y ¿No lo es más cuando aquellos que, se les supone estar a nuestro servicio e intereses, han permitido que nos alcance a todos?  ¿Tan influenciados de ese Diablo están? Observemos que todo lo nuestro nos ha sido recortado y todos los costes y precios nos han sido aumentados, menos a esos que dicen defendernos del mal y que ven cómo sus riquezas aumentan sin freno alguno. Están acabando, que no mejorando, el ya viejo sistema. Así, que la que nos espera aún será peor y más diabólica. Pues son ellos, los peores y más malos, los que nos gobiernan en este mundo.

Paréntesis obligado: Los brasileños con sus gritos y protestas han conseguido vencer a un demonio: La Corrupción. Una Ley que llevaba dos años parada, ha sido aprobada por el Senado. Los corruptos tendrán más años de castigo, no podrán ser amnistiados ni indultados, no podrán pagar fianza alguna para eludir su ingreso en prisión, y la libertad condicional será muy difícil de obtener. Han entendido sus ilustres señorías que ese demonio de la corrupción no es un simple delito, es un crimen atroz. Brasil es un pueblo bastante liberado de esos dioses que tanto nos inoculan los ensotanados. Brasil es, en ese sentido, un país libre para tomar sus propias decisiones y las calles, los ciudadanos brasileños y sus gritos están demostrando que es posible la lucha contra los demonios. ¿Copiará España dicha Ley? Seguro que no. Aquí, el gobierno es más demoníaco y complace antes a los ensotanados. Cierro paréntesis. 

La cuestión radica en que ¿Puede una especie inferior liberarse, por sí sola, de una superior, de un yugo satánico? Llevamos miles de años observando que no. No hay forma humana de combatir a esa fuerza diabólica. Siempre jugamos en inferioridad y somos aplastados. Tampoco han servido, como también decía Celso, “Que después de un ciclo de varios siglos, en el retorno de ciertas conjunciones de astros, se producen conflagraciones y diluvios” De tal forma que si vamos a ser espectadores de una nueva conflagración cósmica, estaríamos en nuestro legítimo derecho y por nuestra, creo, mayoría de edad, en disposición de conocer la verdad de otras existencias que no sean éstas que ya conocemos de sobra y de las que somos incapaces de liberarnos.

Hay algo en nuestro Cosmos más cercano que está ejerciendo una fuerza gravitacional enorme y provocando en todos los planetas del sistema solar, incluido el propio sol, tensiones enormes que alteran el normal devenir de los astros. Así en nuestro amado planeta presenciamos el despertar de antiguos y nuevos volcanes, inundaciones, huracanes, tifones, terremotos, corrimientos de tierras, agujeros profundos, variaciones extremas de temperaturas, desplazamiento del eje magnético y de los polos que se funden provocando alteraciones de las corrientes submarinas. Es muy posible que ese tiempo que decía Celso, los mayas, los hopi, la biblia y muchos más esté aconteciendo. Todo se transforma.

Lo que yo pido a las buenas divinidades, que las hay, es que no permitan que los supervivientes caigan, una vez más, en manos de los satánicos; que hagan un pequeño esfuerzo y se posicionen, para que la humanidad que volverá a empezar no caiga en los mismos errores, que sepan con quién se la juegan, que se alejen de falsas historietas para niños, ni de hombres del saco ni del coco. Ayúdenlos en su desgracia, no los dejen solos y estén tan cerca de ellos como los diablos. Ustedes, buenas divinidades, sí podrán enfrentarse a ellos, ustedes han de tener tanto o más poder que ellos.

Que esa transformación cósmica no lo sea tan solo en lo físico, ¡Ayuden ustedes, buenas divinidades, que la raza humana no es mala, es que no la dejan ser!


¡Ayuden a liberar a esta pobre raza de su esclavitud y de su impuesta maldad!

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