jueves, 18 de noviembre de 2010

DE RAJOY A VALCÁRCEL

Datos previos a tener en cuenta en relación a nuestra CC.AA., de Murcia:
Población: 1.446.52
Población activa: 640.200
Población ocupada: 562.900
Población desempleada: 177.300
Pensión media España: 856,31€
Pensión media Murcia: 664€
Salario medio España: 22.000€
Salario medio Murcia: 17.000€
De cada 100 menores de 18 años, 34 viven en riesgo de pobreza.
Miles de familias murcianas en las que ninguno de sus miembros aporta ingresos.
Comedores sociales a reventar, rompiendo todas las gráficas y la vergüenza e impotencia se convierten en lágrimas que a otros faltan.
El mayor retraso en cumplir con la Ley de la Dependencia.
El nivel educativo más bajo y el abandono escolar más alto.
El mayor número de casos de corrupción entre los dirigentes que gobiernan y gobernaron.
La mayor cantidad de cuentos jamás contados a la CC. AA., de Murcia.
Las agencias de calificación económica rebajaron a Murcia a tercera regional.
Presentan tarde los presupuestos y los presentan con déficit. Desfachatez al cubo.



Presidente, un gobernante debe ser tan previsible como el sol, de modo que sepamos ya hoy a qué hora nos hemos de levantar pasado mañana. Un gobernante imprevisible es un fabricante de sospechas, un campanario de alarmas, que obliga a los ciudadanos a vivir en estado de guardia permanente.
Es usted imprevisible, en parte por la volatilidad de sus palabras, en parte por sus políticas erráticas (no ha dado usted ni una…), y en parte porque se niega a adoptar una estrategia económica definida, comprensible y estable. (Nunca la tuvo, eso es verdad…)
En suma, presidente. No inspira confianza porque ni dice la verdad, ni reconoce los hechos, ni facilita las soluciones.
No inspira confianza. En ningún momento se ha mostrado dispuesto a hacer lo que las circunstancias exigen. (Presentar su dimisión por incompetente…)
Está mal las cosas, pero no hay ninguna perspectiva de que con usted puedan mejorar.
En el mejor de los casos, la perspectiva que usted nos ofrece es un estancamiento económico, con unas tasas de paro semejantes a las actuales. Digo en el mejor de los casos. (Hasta que no llegue la panacea con Mr. Paramount, y eso si llega…)
La cosa es tan seria, presidente, que, aunque usted se propusiera rectificar en todos los frentes, nadie le creería.
Diga a los inversores que se olviden de su historial, que borren de su memoria todo lo que usted ha dicho y hecho en estos (dieciséis) años a ver qué responden. (Igual le vuelven a poner las AAA)
Dígales a las familias que consuman, a esas familias que usted deja endeudadas, en paro y esperando que les suban los impuestos. (¿De dónde?)
Se ha ganado usted a pulso una desconfianza inmensa como pocas e irreparable como todas.
Lo único serio que cabe si queremos que se nos tome en serio dentro y fuera de España es señalar un punto y aparte.
Proclamar a todos los vientos que esta etapa ha concluido y que comienza otra nueva (en mayo 2011)
Sin ellas será imposible que se recupere la confianza, que se realicen las reformas, que circule el crédito, que se anime la inversión, que se cree empleo, que amanezca para los parados… (para los pensionistas, para los jóvenes, para los estudiantes y para todos aquellos que siempre fueron honrados ciudadanos)
¿Qué va a hacer usted a partir de ahora si no es una campaña electoral permanente, una oportunidad interminable de posponer cualquier medida eficaz para que no se enturbien las urnas? (¿A quién le queda por estafar?, ¿de dónde sacará fondos para la campaña?)
Está usted resignado a que nada cambie, a que siga la caída, a que el tiempo le traiga el remedio o, al menos, un soporte para la propaganda (¿Paramount?, ¿Polaris?, ¿Portman Golf?, ¿Sacyr?, ¿La Generala?, ¿Las Cajas?, ¿Samper?)
Un gobernante que fracasa tiene la obligación moral de renunciar a seguir imponiendo sus errores.
Un gobernante democrático sabe que, cuando se equivoca tanto como usted lo ha hecho y con tan graves consecuencias, debe retirarse aunque la ley no le obligue.
Cuanto antes penetre esta idea en su cabeza, presidente, será mejor para todos: mejor para los parados, mejor para la economía, mejor para España y (Murcia)… Incluso mejor para usted mismo. (Y nos librará a todos los murcianos de la mayor pesadilla que hemos tenido)
Nada más señor presidente y muchas gracias.

¡Uy!, que he traspapelado los idem y he transcrito parte del discurso que Mariano Rajoy le ha dedicado a nuestro presidente José Luís Rodríguez Zapatero esta mañana. Pero ¡joder!, es que le viene al pelo a nuestro presidente Ramón Luís Valcárcel Siso y lo voy a dejar tal cual. Lo coloreado son unas apostillas sin mayor consecuencia que se me han ocurrido al tiempo…

Le ruego, lector, que acepte mi desvarío, porque no era esta mi intención. ¿O sí?

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