martes, 26 de junio de 2012

ALEMANIA NOS ESTÁ HUNDIENDO


Desde mayo de 2010 España está siendo bombardeada por, principalmente, Alemania. Es Alemania quién controla todos los mecanismos europeos y tiene claro que su hegemonía jamás se pondría en juego. En marzo de ese año la famosa prima estaba en 70,9 puntos; dos años después está por encima de los 500. Ya saben que esta prima es el diferencial entre el tipo que paga Alemania para financiarse y el que paga España. Ese mes de mayo llamaron al cadalso a Rodríguez Zapatero y le exigieron las medidas adecuadas para el empobrecimiento español, que los bancos alemanes quería su dinero. Comenzaba nuestro vía crucis particular. ¿Pensaba la ilusa España que le iban a permitir competir con Alemania? Alemania no podía ser superada por ningún otro Estado europeo. A torpedear a España todo lo necesario para su hundimiento, era la solución.

El último torpedo lanzado a la línea de flotación ha sido el rescate de algunos bancos españoles con los 100.000 millones de euros. Este rescate a unas entidades privadas va a suponer la subida del IVA, de sus tramos más bajos al más alto (del 4 y 8 al 18%) y eso si éste último lo dejan como está. Además, Alemania, exige la bajada de salarios de los funcionarios y por ende de los demás trabajadores (cada vez quedan menos) y barajan la bajada de las paupérrimas pensiones y de los fondos destinados a las prestaciones para el desempleo. Socializando las pérdidas que se llama.

Alemania nos quiere de rodillas y lo más pobres posible. No quiere competidores ni dentro ni fuera de Europa. A Alemania le importa un pito la situación de millones de españoles: que hayan más de 2 millones de niños en los índices más bajos de pobreza; que nos estemos acercando a 6 millones de desempleados; que la mejor sanidad del mundo esté siendo destrozada; que cientos de miles de empresas continúen cerrando; que la educación esté siendo ahogada y que nuestros viejos y viejas vuelvan a morir rodeados de miseria. A Alemania le importa un pito los españoles, aunque seamos el 25% de sus exportaciones. Veamos bien las etiquetas y no compremos nada que venga de los germanos, mientras aún podamos comprar algo. Olvidémonos de mercedes, wolswagen y skodas y seat. Que las condiciones por esos 100.000 millones las repaguen vía no exportar a España.  Es de cajón que si ese dinero es para el sector financiero –que tanto les preocupa a ellos- las condiciones se las pongan a éstos y no a los ciudadanos españoles. Pídales explicaciones a quienes ustedes financiaron, a quienes ustedes ahora quieren rescatar para poder cobrar. Pero no a nuestra costa. Y si no, haber tenido más cuidado o menos avaricia. Es el mercado, ¿no lo sabía? Unas veces se gana y otra se pierde. Pero ellos insisten en cobrar aunque sea a costa de los españolitos que no hemos tocado ni uno de esos euros.

Si tenemos claro que es Alemania la que manda en Europa, la que nos está exigiendo que vayamos hacia la miseria y la pobreza y que eso lo hacen para mantener ellos su hegemonía, lo mejor es que abandonemos esa Europa. Nosotros, España, tenemos Iberoamérica, ellos no.

Seamos valientes, plantémonos y digamos: por ahí no. No reconozcamos deuda alguna impuesta por ellos. Esto lo haría un buen dirigente político. Plantar cara y no sumisión. En las batallas, el coraje, es quien gana, no el que se amilana y esconde sin saber qué hacer. Pero quien nos preside desconoce qué es eso. A un rico registrador de la propiedad, determinadas cosas no se le pueden pedir. Él prefiere ver cómo sus conciudadanos se van arrastrando hacia el comedor social y su País perdiéndose en años de pobreza impuesta. Es también un neoliberal. Aunque también puede estar minusvalorando la capacidad de resistencia de su gente y pronto, la serenidad y capacidad de aguante, rompan y estallen y pillen lo que pillen por en medio. Aquellos y éste están ya, jugando con fuego, rozando el límite.

Nos han tomado por tontos y están equivocados. Los españolitos no somos los tontos del bote y como nos toquen los cojones, y ya nos los están tocando, se puede armar la marimorena. Acuérdense alemanes que fuimos nosotros los que echamos a correr a Napoleón y a su mejor ejército.

Busquemos la sensatez y ésta viene por salir de donde no nos quieren. Crucemos de una vez el Atlántico que aquellos llevan nuestra sangre y éstos no. Éstos la quieren para sacrificarnos en sus altares de la raza aria.

Un buen golpe en la mesa que corresponda es todo lo que hay que hacer. Y decir ¡Basta ya! Y a este juego no juego más. Todo lo que sea seguir por la senda que nos han trazado sólo traerá terror, acuérdense, terror.

Ustedes los genios de la política y de la economía sabrán a qué juegan, pero sepan que al pueblo ya se le están hinchando los huevos de ser el paganini de sus guerras económicas.

Las recetas de su ideología neoliberal las aplican según les convenga. Ustedes prestaron dinero, invirtieron, en unas entidades bancarias privadas y, en contra de toda lógica de su capitalismo, pretenden que sus pérdidas sean asumidas por el Estado y por ende por los ciudadanos que nada tuvieron que ver con ellas. Ustedes no juegan limpio, ustedes siempre quieren salir ganando. Son tramposos en el juego. Y con tramposos lo mejor es no jugar más. ¡Crucemos el Atlántico, pero ya! Y dejemos que se bombardeen entre ellos.

Arreglemos nosotros nuestras cosas, que hay muchas que arreglar, pero que no vengan otros a jodernos encima.



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