martes, 12 de junio de 2012

EXTRATERRESTRES, BUENOS Y MALOS, SIEMPRE LOS HUBO


Tras cuatro años de la mayor crisis económica y financiera podemos concluir en que la misma se debe más a la pérdida de los valores éticos y morales que, como humanos, no debiéramos haber olvidado. Reducir nuestra esencia, casi divina –fuimos hechos a imagen y semejanza del Creador-, a la inmundicia resultante del dinero es la consecuencia directa de esta crisis. Hay quienes pregonan que debemos trabajar más y ser más productivos. ¿Será para que los mismos se vuelvan a llevar nuestro esfuerzo? No van por ahí los tiros. La situación a nivel mundial es de caos. 

Las estructuras en las que nos hemos basado han sido erróneas y, simplemente, está colapsando. Ya no son sostenibles. Y, como los naipes, irán cayendo una tras otra. La pescadilla, es tan ciega y tan absurda que acabará comiéndose así misma y a nosotros. En eso están empeñados los magos y los sacerdotes que desde antiguo nos gobiernan. Nos haría falta despertar de tanto engaño y ser conscientes del cambio en el que estamos inmersos.

Según culturas antiguas estamos saliendo de un período de oscuridad y nos encaminamos a otro de luz. Incluso los expertos de la astrofísica están informando de que estamos recibiendo enormes cantidades de plasma desde el mismo centro de nuestra galaxia. Se avecina una conjunción de nuestro sistema solar con ese centro, donde parece existir una desconocida energía que es capaz de transformar lo existente. Otros, incluso creen en que esos influjos nos harán cambiar, que nuestro ADN sufrirá los cambios necesarios para que veamos más allá de nosotros mismos. Ya ocurrió antes. Que se despertaran las potencialidades que siempre hemos tenido y que otros siempre se empeñaron en que permanecieran ocultas. Sería estupendo. Podríamos distinguir quién nos está engañando en su propio interés y beneficio. Podríamos, sólo con dirigir nuestro pensamiento, saber quién pretende nuestro daño. Podríamos, también, ver a otros seres que siempre han existido a nuestro lado y no veíamos. Al malo, lo descubriríamos de forma inmediata y nosotros mismos, sin necesidad de justicias falsas, lo pondríamos donde mereciera.

La cuestión es que percibo que algo grande tiene que pasar a esta Humanidad atontada y aborregada a los intereses de unos pocos sinvergüenzas y endemoniados. ¡Qué ya está bien! Creo firmemente que vamos a ser testigos de hechos impensables para la mayoría. Y que, desgraciadamente, la gente no está siendo preparada como debiera. Esos endemoniados se resisten a que demos nuestro paso evolutivo. Nos tienen encarcelados en la miseria de unos conocimientos que sólo les sirven a ellos, nos quieren esclavos. Lógicamente, ellos quieren que permanezcamos en la oscuridad y obedientes a sus dictados y órdenes.

Creo que no fuimos creados por ningún Dios, más bien por otros seres más inteligentes y desarrollados que nosotros: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza…” (Génesis I 26-27) “Hagamos”, ¿es Dios uno, o eran varios? Nuestro desconocimiento es absoluto, no sabemos nada y pensamos que sí. ¡Qué tontos somos! Un Universo infinito para nosotros solos, ¡Ni que Dios fuera un derrochador!

Las numerosas sociedades secretas que existen en este mundo, ¿Para quién o quienes trabajan? ¿Cuál es la razón de su existencia? ¿Quiénes las sostienen y con qué fondos? Estos sumos sacerdotes nunca permitieron que alcanzáramos saber alguno. Desconociendo nuestro origen y pasado, qué podemos hacer con el presente y el futuro. Siempre hemos mirado a las estrellas, aunque últimamente las miramos menos. Nuestro sol amanece y anochece por puntos distintos a los de siempre y ni siquiera nos hemos dado cuenta de ello. Nos ofrecen todas las distracciones posibles para que ni se nos ocurra pensar, ni reflexionar en nuestros adentros. Nos han convertido en máquinas para gastar y consumir más de lo que necesitamos y cuando llegue la curva insostenible nos eliminarán para que, los pocos que puedan sobrevivir, vuelvan a empezar. Ellos seguirán siendo los sacerdotes, los magos, y nosotros seguiremos siendo sacrificados para la complacencia de aquellos seres superiores demoníacos. Si lo permitimos.

Tenemos ante nosotros una oportunidad, si queremos aprovecharla hemos de despojarnos de tanto miedo y ser exigentes con la verdad y con desvelar los arcanos secretos que no nos son permitidos. ¡Qué ya está bien! Tomemos consciencia de nuestra fuerza interior, de nuestra voluntad para abrir una gran puerta a nuestro presente y futuro como seres casi divinos que somos. Convoquemos a los seres de luz y apartemos a los de la oscuridad, descubrámoslos y desenmascaremos  a tanto poseído. Llevan demasiado tiempo controlándonos y sacrificándonos para su deleite. Es hora de que los disfraces caigan. Luchemos por ello. Hazte las preguntas que siempre dejaste de lado, dales la respuesta meditada y reflexionada que están en ti. ¡Abre tu mente!

La cuenta atrás ya está echada, sólo nos queda tomar las posiciones más correctas. En ti está tu elección. Piensa, reflexiona, busca en lo más hondo de tu ser y encontrarás las respuesta adecuadas. Tres días de oscuridad nos aguardan y todo se parará, será el momento de abrir nuestra mente y nuestro corazón. Ellos saben de la verdad del Cosmos.

En los últimos 20 años hemos recibido infinidad de señales y las hemos desdeñado por la simple razón de que a los sacerdotes y magos no les interesa que las veamos y entendamos. Otras señales intentarán confundirnos y será muy difícil la elección, de ahí la importancia de que despertemos. Hemos de estar muy atentos ante los grandes acontecimientos que vamos a presenciar. De nuestra perspicacia, de nuestro saber distinguir lo bueno de lo malo depende el futuro de nuestros hijos, depende el futuro de la Nueva Humanidad. No te dejes engañar, te prometerán un mundo mejor y no será cierto, no te dejes engañar. Los medios los controlan ellos, los magos y los sacerdotes… 
... son los malos.


Escucha a tu mente en silencio y oye a tu corazón latir. Sólo así aprenderás a ver La Luz.

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